6.202.700 parados

Como se esperaba, la Encuesta de Población Activa (EPA) nos ha sacudido esta mañana con unos datos dramáticos, absolutamente asfixiantes. Por primera vez en la Historia, el paro en nuestro país supera la cifra de los seis millones. En concreto, hay 6.202.700 personas desempleadas. Un 27,16% de tasa de paro. No hemos tocado fondo, el desempleo no para de crecer y la situación es insostenible. En un año, se han perdido en España 798.500 empleos. En el primer trimestre del año la destrucción de puestos de trabajo ha sido de 322.300 personas. En el primer trimestre de 2012 se destruyeron 374.300 empleos, por lo que ya saben a qué se agarrará el gobierno para defender que estas cifras no son tan malas, o que son menos malas que hace un año.

Lo cierto es que la situación es desoladora, insoportable. Miremos donde miremos, no vemos más que negros augurios y personas en condiciones muy lamentables. Hay familias que han perdido sus casas, vidas destrozadas por la falta de empleo, gente que está pasando hambre. Sí, hay hambre en España, hay dramas personales a los que el Estado no está sabiendo dar respuesta. El país está deprimido en lo económico y, poco a poco, cada vez más en lo emocional. No puede ser de otra forma. Un 27,16% de los ciudadanos en edad de trabajar no pueden hacerlo. Más de la mitad de los jóvenes no tienen trabajo. Hay personas de unos 50-55 años que han perdido su empleo y saben que tendrán muy complicado volver a encontrar un trabajo. Hay jóvenes que están posponiendo sine die sus proyectos vitales porque no tiene forma de sostenerlos. 

Hay cada vez más españoles que se marchan de su país en busca de oportunidades laborales, lo dejan todo atrás y sen hacia fuera en algo que no es movilidad exterior ni nada por el estilo, es una huida, una emigración en toda regla de personas que ven que en su país no hay trabajo, que se ven condenados a la miseria y, no con ánimo de mejorar sus perspectivas laborales o enriquecerse con experiencias profesionales en el extranjero, sino con la urgencia que da la falta de empleo se ven obligados a irse a otros países. Probablemente, a trabajar en pésimas condiciones, a hacer el trabajo que no quieran hacer los ciudadanos de aquellos países que acojan a los necesitados emigrantes españoles. Ésta y no otra es la realidad. Y es una realidad trágica que debería ser el eje de actuación del gobierno y de todos los partidos políticos. Déficit, déficit y déficit. Es la obsesión del gobierno. Así nos va. La prima baja, la Bolsa sube. ¿Y qué más da si eso no se traduce en una mejora de la economía que genera más puestos de trabajo? No creo que esta mañana haya fiestas en las colas del paro celebrando la caída de la prima de riesgo, como tampoco creo que el Ibex-35 vaya a bajar por el drama de todas estas familias sin empleo.

Muchos llevamos años defendiendo que debería haber un pacto de Estado que implicara a todas las fuerzas políticas, al menos a las más representativas, a los sindicatos y a los empresarios. Todos los actores afectados por esta páramo para el empleo en el que se ha convertido nuestro país deben echar una mano en esta labor titánica y primordial de revertir esta situación. Ninguna previsión macroeconómica da una clara recuperación del mercado laboral en España en los próximos años. Acaso unas migajas, bajar al 24-25% en los próximos dos, tres años. Nadie puede comprender que los gobernantes centren sus esfuerzos en cualquier otra cosa que no sea el empleo. Ese mantra de la austeridad que tanto repiten nuestros mandatarios debería cambiarse por el de generar ya puestos de trabajo, contribuir a que se puedan generar. Es una situación de urgencia nacional. La reforma laboral no ha funcionado y el único endeble argumento que emplean sus defensores es aquel de aventurar qué habría pasado si no se hubiera aprobado esta reforma. Se habrían destruido más puestos de trabajos, vienen a decir. Bueno, eso no lo sabemos. Lo que sí sabemos es que desde que se aprobó la reforma laboral han perdido su empleo casi 800.000 personas.

La lucha contra el paro debe ser una labor de todos. Es indecente que se lean los datos del paro en términos de interés partidista o electoral como, sin duda, había personas que lo hacían cuando gobernaba el PSOE y, sin duda, hay gente que lo hace ahora. Actuar de este modo es sencillamente miserable. Las cifras del paro son la muestra de una tragedia nacional que todos debemos combatir. No pueden servir para apoyar nuestras posturas políticas o atacar las de otros. No se trata de hacer batalla partidista entre formaciones políticas que no han sabido resolver este problema. Ninguna de ellas. Se trata de reflexionar sobre este problema y buscar juntos soluciones. 

Con responsabilidad, anteponiendo el interés general a los intereses particulares, sin prejuicios, abiertos al diálogo y con una cifra en mente: 6.202.700 parados. No puede ser otra la preocupación de todos los que tienen algún tipo de responsabilidad política en este país. Y no se aceptará que también en esto nos ofrezcan uno de sus espectáculos circenses con combates dialécticos de salón y enfrentamientos de bajos vuelos que no ayudan en nada al país

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