Muere Hugo Chávez


Ha muerto Hugo Chávez Frías, presidente venezolano desde 1998. Finalmente no ha podido vencer al cáncer que padecía desde hace dos años y del que trató de recuperarse en Cuba estos últimos meses. Su vicepresidente, Nicolás Maduro, anunció la noticia por televisión. El presidente ha muerto y deja en Venezuela un escenario de próxima consulta electoral en la que, en principio, Maduro se enfrentará al líder opositor Henrique Capriles, aunque está por ver si se viven batallas internas dentro del chavismo por suceder al líder. De momento, se han convocado siete días de luto nacional en Venezuela, Maduro ha sacado los tanques a la calle y la oposición despide a Chávez con respeto ("fuimos adversarios, nunca enemigos", ha dicho Capriles) entre llamadas a la unidad y la calma.

Hora de hacer valoraciones del peculiar presidente venezolano. Siempre excesivo en todo, populista y popular (no olvidemos que ganó todas las elecciones a las que se presentó desde 1998), líder carismático de la izquierda para unos, caudillo dictatorial para otros. No es sencillo salir de esta división algo simplona que ha despertado siempre la figura de Chávez, al menos sin que te encasillen en uno u otro bando. Creo que es innegable que el presidente venezolano, por las razones que fuera, era querido por una parte importante de su país. También lo es que gobernó de forma autoritaria y provocó una palpable división entre la sociedad de su país. En política internacional, Chávez fue el referente de un movimiento bolivariano anti estadounidense que bautizó como "socialismo del siglo XXI" y ha tenido seguidores en otros países que hoy siguen su estela. 

El 4 de febrero de 1992 Hugo Chávez, militar entonces, apareció en televisión para pedir la rendición de los oficiales que él comandó en la intentona golpista contra Carlos Andrés Pérez. Para sus detractores, ese nada desdeñable suceso le inhabilita y demuestra su frágil convicción democrática. Pasó de golpista a político y ganó sus primeras elecciones el 6 de diciembre de 1998 con un 56,44% de los votos. Cautivó con sus promesas populistas y su puesta en escena nada convencional a una población descontenta con la mediocre y corrupta clase política venezolana del momento. Su primera medida fue convocar una asamblea constituyente de la que salió una nueva Carta Magna, el cambio del nombre del país (República Bolivariana de Venezuela), garantía de vivienda y trabajo para todos los venezolanos y aumento del periodo presidencial de cinco a seis años.

En el año 2000 volvió a acudir a las urnas para ser legitimado por el pueblo tras todos esos cambios legales de gran trascendencia y ganó de nuevo las elecciones con el 59,76% de los votos. Su partido se hizo con la mayoría en el Parlamento. Se empezó entonces a ver al Chávez omnipresente en la televisión pública, controlador de los medios de comunicación no afines, decisiones unilaterales o aumento del poder presidencial. El 11 de abril de 2002 hubo una marcha contra Chávez para pedir su renuncia. Acabó con muertos y heridos y, finalmente, con un golpe de Estado que sacó al presidente del poder por 48 horas. El 13 de abril fue rescatado por un grupo de militares leales a Chávez y se detuvo a los golpistas. 

Tras el frustrado golpe de Estado contra él, Chávez aún recibió más protestas en forma de huelga general. Con todo, resistió y el referendo de un paquete de programas sociales conocidas como "misiones bolivarianas" volvió a dejar una victoria arrolladora del presidente (59,10% de los votos). Las últimas elecciones a las que se presentó, ya enfermo, fueron en noviembre de 2012. Volvió a ganar con el 55% de los votos ante un escenario ya de división del país en dos mitades casi iguales: de la los partidarios y detractores del chavismo que ahora buscará perpetuarse ya sin su líder.

Como digo, las despedidas hoy a Chávez van desde la admiración que despertó en un sector de la izquierda hasta la crítica sin paliativos a su modo autoritario de gobernar. Creo que Venezuela no es ese paraíso del socialismo que sus defensores venden, pero tampoco podemos presentar a Chávez como un dictador porque ha sido respaldado en las urnas siempre que se ha presentado a las elecciones. Eso no quiere decir que no haya sido un líder populista, caciquil y extremadamente polémico, que probablemente son adjetivos que se adecuan bien a su figura. Tampoco que su espíritu democrático fuera algo de lo que pudiera alardear ni que haya respetado a la oposición y al pluralismo razonable y deseable en toda sociedad democrática. Lo que tampoco podemos negar es que ese apoyo de gran parte del pueblo venezolano lo ha recibido en gran medida porque ha puesto en marcha programas sociales que han mejorado las condiciones de vida de los ciudadanos. Y es algo que poner en su lista de aciertos, sin duda. Un líder excesivo, en suma, que deja una huella profunda, para bien o para mal, en su país y en toda su región. 

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