El corralito en Chipre pinta de rojo los mercados

El rescate a Chipre y, sobre todo, la confiscación de parte del dinero de los ahorradores de aquel país, un corralito en toda regla, han provocado el esperado efecto devastador sobre los mercados que se anunciaba desde que los líderes de la UE tomarán la decisión en la madrugada del viernes al sábado. Se anunciaban turbulencias por el temor a un posible contagio a otros países europeos y se alertaba de las consecuencias negativas que tendría la decisión más por suponer un peligroso precedente que por la importancia real de la economía chipriota en la Unión Europea.

Lo que se destaca del rescate no está referido, pues, al tamaño de la economía de Chipre (una nimiedad, apenas el 0,2% del PIB conjunto de la UE) sino lo que esta medida tiene de hito, de traspasar una frontera. Hasta ahora, tocar el dinero de los ahorradores, hacer que ellos también contribuyan a pagar con el dinero de sus cuentas los desmanes o errores de otros, era una línea roja, una frontera que los líderes europeos no habían osado cruzar. Eso ha cambiado con Chipre, ya que quienes tienen más de 100.000 euros en sus cuentas bancarias tendrán que paga un 9,99% de sus ahorros y los que tienen menos de 100.000 euros abonarán el 6,75%. Se han bloqueado los depósitos, es decir, estamos ante el primer corralito en Europa. La UE, centro de muchas preocupaciones mundiales durante la crisis económica, ha pasado una linea roja y es comprensible que, por más que los líderes comunitarios insistan en señalar que esta medida no se aplicará en ningún otro país europeo, se generalice la alarma ante un posible contagio. El precedente se ha sentado.

El montante del rescate será de 10.000 millones de euros y la UE (digamos mejor Alemania y sus aliados del norte) y el FMI han querido imponer a Nicosia un compromiso doloroso para avalar esta ayuda financiera: el corralito, la confiscación de parte de los ahorros de quienes tienen su dinero en aquel pequeño país (muchos de ellos, ricos rusos que lo usan como lavadero para mantener su fortuna a salvo de la Hacienda de  su país, por cierto). La alarma ciudadana en la isla es comprensible. Por primera vez en esta devastadora crisis económica, ciudadanos de la UE (que en este acuerdo han sido tratados como ciudadanos de segunda) ven cómo parte de sus ahorros es confiscado. La seguridad de los ahorradores se reduce a la nada. Al comenzar la crisis, las autoridades comunitarias acordaron proteger los depósitos bancarios. Y así se ha procedido hasta ahora en todos los países afectados por la crisis. Recordemos que en España se elevó la garantía para los depósitos bancarios. Se buscaba mandar el mensaje claro de que los bancos europeos, al margen de las turbulencias que se pasaran, eran un lugar seguro para guardar los ahorros. Pues bien, con este acuerdo los bancos chipriotas han dejado de serlo.

Todo hace indicar que la confiscación de parte de los ahorros a los chipriotas viene, una vez más, de una imposición de Alemania. Es una constatación más de que quien manda en la UE es Angela Merkel respaldada por sus socios ricos del norte de Europa. Ellos están empezando a cansarse de ayudar a los países pobres del sur. Parece una obviedad, por más que el ministro alemán de Economía diga que la idea de imponer la quita sobre los depósitos por debajo de los 100.000 euros no vino de Alemania. Acertada o no, la idea que impera en el país germano es que ellos están teniendo que sacar con su dinero las castañas del fuego de los indisciplinados y derrochadores del sur. Eso, un año de elecciones, se presenta como un sentimiento peligroso para Merkel. Que quede claro, parece querer decir este rescate a Chipre, que les ayudamos pero lo hacemos apretándole las tuercas, imponiéndoles grandes esfuerzos y sacrificios. Que sepan que estamos cansados de pagar las fiestas de todo el continente. Insisto, acertada o no esta visión (en gran medida, la veo errónea) es la que impera. 

Total, que volvemos a tener un tsunami en los mercados. El IBEX-35 cae cerca de un 2% y es la tónica general en todos los parqués europeos. La prima de riesgo de nuestro país ha escalado hasta los 362 puntos y ha llegado a rozar los 370. También se ha vuelto a disparar la primera de riesgo italiana (allí, se suma también su incertidumbre política tras el panorama dejado por las elecciones de febrero). Rojo en los mercados. Nuevo lunes negro. Más incertidumbres. Más dudas. Europa, en el centro de todas las miradas. Y mientras, los ahorradores chipriotas tratados como europeos de segunda y viendo cómo les van a quitar, como mínimo, un 6,75% de sus depósitos bancarios. 

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