Caos y desconcierto en la TDT

Revolución en el panorama audiovisual español. El Consejo de Ministro decidió ayer ejecutar la sentencia del Tribunal Supremo que anula el reparto de canales de TDT en 2010. En julio de ese año, el gobierno anterior decidió entregar un múltiplex completo (con capacidad para emitir cuatro canales de televisión) a Antena 3, Telecinco, Sogecable, Veo 7, Net TV y La Sexta. El alto tribunal considera que ese acuerdo gubernamental no se ajustó a derecho y por eso lo ha declarado nulo. El gobierno, tal y como anunció ayer la vicepresidenta y portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, ha aprobado la ejecución de esta sentencia que llena de caos y desconcierto el panorama audiovisual español y refleja lo mal que se hicieron las cosas en el reparto de canales de la TDT. 

El gobierno de Zapatero, al contrario que en otros países europeos, no sacó a concurso las licencias de los nuevos canales de la TDT y, en lugar de cambiar las licencias en analógico por otra en digital, concedió tres licencias a los operadores existentes. Entonces se dijo que la medida respondía a un aumento del pluralismo. El desarrollo posterior y esta sentencia demuestran hasta qué punto no se ha cumplido ese objetivo, si es que en verdad era el auténtico objetivo. El Supremo estimó de manera parcial el recurso presentado por la empresa Ingest 2002 y declaró nulo el acuerdo del Consejo de Ministros de 2010. Pero en la sentencia también dice que "no es posible determinar con certeza que la asignación de los nuevos canales queden ineludiblemente afectados". 



En el mejor de los casos, todo esto ha sido una chapuza. Porque, según el Supremo, el gobierno socialista no respetó la Ley General Audiovisual que, curiosamente, él mismo había promovido y aprobado dos meses antes de este acuerdo gubernamental. El gobierno actual hereda el desastroso reparto de canales del anterior y busca ajustar esta sentencia del Supremo, que puede hacer perder varios canales a los grupos privados de televisión, a la mudanza de canales que se debe hacer dentro del dividendo digital para ceder parte del espectro a la tecnológica móvil 4G. Afectará a 1,2 millones de edificios en España, que tendrán que cambiar o reorientar sus antenas para poder seguir viendo todos los canales de la TDT. 

¿Qué puede implicar la decisión tomada ayer por el Consejo de Ministros? De entrada, una pérdida de canales para los grupos privados. Mediaset (que suma a Telecinco y Cuatro) perdería dos canales, los mismos que Veo 7 (propiedad de Unidad Editorial) y Net TV (Vocento). Atresmedia (el grupo formado por la absorción de La Sexta por parte de Antena 3) perdería tres canales. UTECA, la poderosa e influyente asociación de las televisiones privadas, ha criticado duramente la forma en la que el gobierno ha decidido ejecutar la sentencia del Supremo. "No se puede entender que habiendo transcurrido tres meses desde el conocimiento de la sentencia, se haya acordado su ejecución de forma sorpresiva y contradictoria a los mensajes previamente transmitidos". 

Veremos qué ocurre. Las televisiones privadas están en pie de guerra y señalan al Ministerio de Industria. Lo que está claro, y esta sentencia es sólo una muestra más de ello, es que la transición a la TDT en España ha sido desastrosa y no ha traído casi ninguno de esos grandes beneficios que se esperaban de ella. Por supuesto, ni de lejos, ha traído el pluralismo deseado. En la práctica, el panorama audiovisual español es u duopolio formado por Mediaset y Atresmedia. Ellos controlan más del 85% de la inversión publicitaria en televisión. El escenario creado por la TDT no ha podido resultar peor para el pluralismo. 

Muchos pequeños canales sin capacidad real de ofrecer productos alternativos y de calidad, con audiencias ínfimas e insignificantes ingresos por publicidad. Si a esto sumamos que el reparto de licencias de hizo sin convocar concurso público, como exigía la Ley General de Comunicación Audiovisual, que no se ha notado un enriquecimiento auténtico de la oferta y que los nuevos canales subsisten de forma precaria ante el dominio arrollador de Mediaset y Atresmedia queda claro el fiasco monumental que ha supuesto el paso a lo digital en la televisión. En las próximas fechas veremos qué decisiones toma el gobierno, porque los canales privados pueden perder canales y se intuye que se reservará ese espacio para las empresas de telecomunicaciones. Entre tanto, UTECA levanta el hacha de guerra. 

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