Las cuentas de Rajoy

La página web de La Moncloa publicó ayer los datos fiscales, declaraciones de la renta y patrimonio de Mariano Rajoy como respuesta a las informaciones que señalan al presidente como posible receptor de pagos en B, recogidos en los papeles de Bárcenas. Lo que se supone que quería ser un ejercicio de transparencia y una respuesta clara ante esas acusaciones se ha quedado sólo en un motivo más para la crítica política y el chascarrillo. Ayudar, lo que se dice ayudar a aclarar las cosas, no ha ayudado. Eso sí, no se puede negar que es un hecho sin precedentes. La primera vez que un presidente del gobierno publica toda su información fiscal, en concreto, desde 2003. 

Con esta información hemos sabido que Rajoy cobraba el triple como líder de la oposición que lo que cobra como presidente del gobierno. Eso quiere decir sin duda, que el puesto de presidente del gobierno está mal pagado en España. Es un mensaje polémico este, pero creo que el problema no es lo que cobren los políticos. En un puesto de tanta responsabilidad y trascendencia el salario debe ser, por supuesto, elevado. A mí lo que me inquieta es que se cobre mucho más por liderar un partido político que por presidir el gobierno de la nación. Pienso que estos documentos, sumados a las cuentas del PP,  deben abrir un debate sobre la financiación de los partidos políticos. Es indecente que las formaciones se gastaran 65 millones de euros en la campaña electoral de las generales del 2011, con el país mientras tanto patas arriba, sufriendo una asfixiante tasa de paro y unos recortes constantes y dolorosos. La gran mayoría de esos gastos, con dinero público. 

Creo que se ha puesto demasiado poco el foco en estas vergonzosas cifras de gasto en una campaña electoral que estuvo marcada, precisamente, por la austeridad y la necesidad de pedir sacrificios a los ciudadanos. El gobierno de España es una institución pública fundamental, mientras que los partidos políticos son actores clave del juego democrático, sí, pero que no se pueden convertir (como lo han hecho) en mastodónticas empresas a cargo de dinero público donde colocar a amiguetes con un gran sueldo y tirar la casa por la ventana para hacer una campaña cara y, por cierto, vacía de contenido. Se podían haber ahorrado ese dineral y habernos contado algo sensato y, sobre todo, cierto. Por eso de las cuentas de Rajoy, teniendo claro como tenía desde un principio que no iban a poner luz sobre las sospechas de los presuntos cobros irregulares (es algo obvio que el dinero B no aparece en las declaraciones de la renta), lo que saco es la ratificación en mi idea de que el gasto de los partidos políticos es excesivo. Puesto que se financian casi en su totalidad con subvenciones públicas, algo tenemos que decir los ciudadanos en todo ese despilfarro.

Rajoy ha cobrado estos años un sustancioso salario como dirigente del PP. En 2006 cobraba 146.000 euros brutos, cifra que ascendió hasta los 200.000 de 2011. A nadie se le ha escapado que durante los años duros de la crisis, que han sido sinónimo de bajada generalizada de sueldos, el sueldo de Rajoy aumentó un 27% (entre 2007 y 2011). Como presidente del gobierno cobra 75.000 euros brutos. Esto es síntoma de que el sistema política español está mal montado. ¿Cómo es posible que un líder de la oposición cobre mucho más que el presidente del gobierno? El presidente debería estar mucho mejor pagado. 

De las cuentas publicadas en La Moncloa rápidamente todo el mundo ha buscado sacar punta, como es natural. Conclusiones que se han sacado: 1. Que la política no está precisamente mal pagada, a tenor de lo que ha ingresado Rajoy como líder del PP. 2. Que el presidente estuvo dos años (2003-2005) cobrando tres sueldos: el de diputado, el del partido y la compensación como ex ministro. 3. Que Rajoy se subió el sueldo mientras el resto de los españoles sufrían una notable moderación salarial. Y 4. Que, en efecto, hemos podido volver a confirmar que el dinero en negro no aparece en las declaraciones de la renta. Si no, no se llamaría así. Con esto no digo que el presidente haya cobrado dinero en B, digo que eso no podemos saberlo por la publicación de sus declaraciones de la renta, porque precisamente lo que tiene el dinero negro es que no aparece por ningún sitio, por ningún documento oficial. 

Las reacciones de los partidos políticos de la oposición han dado también mucho juego. Soraya Rodríguez habló ayer de ello y dijo que el gobierno debe dar explicaciones. Ante esto, comentó en un momento que retrató a la perfección la mediocridad de nuestra clase política, el presidente dijo que está muy cansado, en alusión a la rueda de prensa tras la maratoniana reunión del Consejo europeo. Pudiendo criticar que el presidente dijera que no quería dar más vueltas al caso Bárcenas o que respaldara a la ministra Mato, a la portavoz del PSOE en el Congreso no se le ocurrió otra cosa que tirar de la vistosa frase que ayer se marcó, haciendo la gracieta con lo que dijo el presidente en esa rueda de prensa. Algo bastante lógico, por cierto, tras tantas horas de reunión. 

Definitivamente, la frase simpática, llamativa es la reina en nuestra política. Política a golpe de tuit, con el fin de colocar un titular original. Política en minúsculas. No le anduvo a la zaga Cayo Lara, que ayer comentó que no le resulta creíble que Rajoy cobre menos como presidente del gobierno que como líder de la oposición. ¿Perdón? O se equivocó de adjetivo, o el señor Lara está muy poco puesto en su trabajo. Porque el sueldo del presidente del gobierno es público y notorio. Que a un diputado le sorprenda que cobre 75.000 euros brutos resulta llamativo. ¿Quería quizás decir que le parecía incomprensible o poco lógico que cobrara más de líder de la oposición que de presidente del gobierno? ¿O de verdad sabía lo que decía pero no le importó hacer esa crítica de brocha gorda? ¡Vaya tropa!

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