La desconcertante aparición mediática de Corinna

¿Cómo interpretar la aparición de Corinna zu Sayn-Wittgenstein en varios medios de comunicación estos últimos días? ¿Recibió el visto bueno de la Casa Real? En caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿con qué fin autoriza Zarzuela que una amiga íntima del Rey sea portada de periódicos y revistas del corazón? Sinceramente, me resulta imposible encontrar respuestas a estas preguntas. De hecho, con este artículo no podré aportar ninguna luz a quienes se hagan las mismas interrogantes ni lograré llegar a una conclusión razonada. Es algo muy difícil de comprender y, al menos para mí, imposible de interpretar. Siempre podemos quedarnos con las explicaciones que da la propia mujer en las entrevistas: sale ahora a los medios de forma puntual para desmentir cualquier información que la vincula con negocios turbios del caso Nóos, como pretendió Diego Torres con sus correos electrónicos.

Hasta ahora, la amiga del Rey había mantenido una discreción absoluta, con la única salvedad de sus declaraciones concedidas al The New York Times en la que decía que el Rey Don Juan Carlos es "un tesoro" para España. Pero ahora aparece en el diario El Mundo (el pasado domingo), la revista Hola (ayer) y París Match (hoy mismo). Según leemos en El País, la Casa Real desmiente que conociera la publicación de estas entrevistas "que califica de publirreportajes". Todo lo contrario, por cierto, que lo que publica hoy El Confidencial, en un artículo en el que se asegura que Corinna informó al Rey de sus entrevistas en España antes de su publicación. Según esta información, que cita "fuentes de toda solvencia", la princesa alemana "no habría traicionado su amistad" y el Rey estaría al tanto de su publicación. 

Pero la incógnita Corinna va más allá de las dudas sobre si el Rey conocía o no las intenciones de su "amiga entrañable" de aparecer en varios medios de comunicación. En esas entrevistas, que la Casa Real califica a la perfección cuando las llama "publirreportajes", Corinna cuenta que realizó gestiones confidenciales para el Estado español y que no cobró por ellas. Asegura que ayudó a resolver crisis políticas con su mediación y su agenda de contactos. El gobierno lo ha desmentido y también miembros del ejecutivo anterior, durante el que se habrían producido esas gestiones misteriosas y periodo durante el cual, eso parece confirmado, Corinna acompañó al Rey en viajes oficiales al extranjero con ministros. ¿Cuáles son esas crisis que ayudó a resolver? ¿De verdad no cobró nada? 

Recuerdo cuando el Rey se cayó cazando elefantes en Botsuana aquel fatídico 14 de abril de 2012 (fatídico para la Casa Real, se entiende). Entonces saltó la bomba: junto al Rey estaba una tal Corinna, que tiene el título de princesa porque lo conserva de su segundo marido, del que está separada, y que al parecer mantenía una muy estrecha relación con el monarca. Pero tampoco se cargaron las tintas en este personaje que era casi un tabú para según qué medios. El tabú se ha roto y Corinna, que dice querer mantener la discreción y no convertirse en un personaje público , protagoniza sin embargo varias portadas en medios de comunicación. Ahora está en todos los medios. Conocemos que medió para que Urdangarin trabajara en la Fundación Laureus a petición del Rey Don Juan Carlos. Y empezamos a saber muchas más cosas.

El Confidencial Digital también habla hoy de Corinna. Bajo el titular "Así ha vivido Corinna zu Sayn-Wittgenstein en Madrid: residencia en la zona de El Pardo, exigía coches de lujo, los servicios de información la tenían controlada", este medio online cuenta detalles del tiempo que la amiga íntima del monarca vivió en España. Los servicios de información le hicieron un seguimiento, asegura este medio, y le pusieron el alias de "Ingrid". Vivió en una zona exclusiva de El Pardo hasta hace un año. También se cuenta en este artículo que Corinna presumía de saber "mucas cosas delicadas" y de disponer de información privilegiada. Se podría incluso decir que ella misma es una información delicada para el monarca, según parece. En la noticia de El Confidencial aseguran que la princesa alemana siempre se movía por dinero y que se ha marchado definitivamente de Madrid enfadada con la Casa Real porque entiende que no se le ha tratado adecuadamente. 

Las relaciones personales del Rey, aún no siendo algo especialmente decoroso o digno de presumir si esto es lo que parece ser, son algo que deben quedar en un segundo plano. Jamás he hablado aquí de la vida íntima de la gente y no lo haré ahora. Creo que Don Juan Carlos merece un respeto a su vida privada, de igual forma que lo merece la Reina Doña Sofía para la que estos últimos tiempos deben de estar siendo un infierno. También lo merece la señora Corinna. Lo tremendo es que descubramos que lo personal se pudo mezclar con lo institucional. Porque Corinna, amiga "entrañable" del Rey hizo gestiones, según ella alardea en las entrevistas, para el gobierno español. ¿Cuáles fueron? ¿En condición de qué? ¿Había algún contrato público? ¿Qué se llevó la señora alemana de estas gestiones? ¿En calidad de qué formó parte de la expedición de viajes de Estado a países extranjeros? ¿Cuál es su relación exacta con Iñaki Urdangarin? 

Insisto, el morbo y las cuestiones de ética o decoro en asuntos íntimos del monarca es lo de menos en esta historia, porque no me gusta entrometerme en cuestiones privadas. Lo de más es que de la noche a la mañana Corinna ha llenado portadas y que ha abierto incógnitas que deben ser resueltas. Eso y que la Casa Real prosigue su imparable descenso a los infiernos

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