Sonrisas y Lágrimas


Tarde de musical junto a mi hermano. En este ocasión, un clásico "Sonrisas y Lágrimas", que lleva décadas siendo interpretado en varios países del mundo y que al fin ha llegado a Madrid. La capital sigue demostrando la fortaleza a la hora de acoger este tipo de grandes producciones, lo cual es un nuevo atractivo de los miles que tiene esta enorme ciudad. A lo que vamos, al maravilloso musical "Sonrisas y Lágrimas" que pone en escena una historia conmovedora, unas bellas canciones y unas extraordinarias y convincentes interpretaciones. Un espectáculo más que recomendable.

Todos tenemos en la memoria la versión cinematográfica que en su día se hizo de esta historia. Yo recuerdo haberla visto hace bastantes años y me conmovió ciertamente la historia de la familia von Trapp, la inocencia de los niños, la alegría que entra de la mano de María, que lleva la música a esa casa con siete hijos y un padre militar y autoritario. Ese final que te pone un nudo en la garganta es lo que más recordaba de esta historia y ayer, en efecto, volvi a sentir esa sensación en la parte final del musical cuando los nazis persiguen a la familia von Trapp.

Del musical "Sonrisas y Lágrimas" hay que destacar que el conjunto es excelente, porque todas las piezas que construyen una gran producción como ésta funcionan a la perfección. La música en directo, para empezar, impecable. También los asombrosos y constantes cambios de escenario, todos ellos tan bien logrados. Hay momentos en los que te ves realmente en las bellas montañas de Austria, o en la abadía que tan importante papel juega también en la historia. Por otro lado, no es desdeñable la calidad del vestuario, de lujo igualmente. 

Por último, la interpretación. Todas muy convincentes y creíbles. La potencia de las actuaciones es otro de los elementos más destacables del musical. Tenía muchas ganas de ver actuar en directo a Carlos Hipólito y rebasó incluso las altas expectativas que llevaba, bordando el papel del capitán von Trapp. El resto de actores y actrices está a un altísimo nivel pero si alguno merece ser alabado especialmente, ésa sin duda es Silvia Luchetti, en su papel de María. Gran interpretación y maravillosa voz en sus canciones. Lleva el peso de la historia y lo hace con solvencia. Fascina lo bien que todos los intérpretes logran reflejar la transición, el proceso de los personajes, así como el ambiente de cada escena. Los momentos alegres, pero también los pavorosos rodeados de militares nazis. Sensacional interpretación. En definitiva, un musical maravilloso, conmovedor, del que no hay que olvidar, claro, sus bellas canciones. Entre ellas, por supuesto, la célebre canción en la que María repasa con los niños las notas musicales. Una fantástica historia que podemos disfrutar en el Teatro Coliseum de Madrid. 

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