No corren buenos tiempos para el periodismo, es verdad. Lamentablemente llevamos unos años en los que cada poco tiempo tenemos que lamentar ERE y despidos de profesionales de la información. Desde que comenzó la crisis económica, probablemente el sector periodístico es el más afectado en términos de empleo en nuestro país sólo por detrás del de la construcción. A la crisis económica, que en el periodismo se traduce también en notable crisis de publicidad, se suma la explosión de las nuevas tecnologías que invita a buscar un nuevo modelo de negocio. Es la tormenta perfecta.
En absoluto es éste el final del periodismo, creo que eso no se verá nunca jamás, pero sí es una situación delicada de la que se debe salir con originalidad, innovación y buenos trabajos. La mejor forma de reivindicar el periodismo es, precisamente, hacer periodismo de calidad. No sabemos el formato en el que llegará el nuevo ciclo, pero tenemos claro que algo no cambiará: ayer, hoy y mañana siempre habrá alguien dispuesto a pagar por una buena historia bien contado, siempre habrá demanda de información en un mundo complejo como el nuestro, siempre será necesario que alguien nos cuente lo que está pasando y ayude a interpretar lo que sucede a nuestro alrededor. Por eso, junto a los inevitables debates sobre el futuro del periodismo y a los lógicos lamentos por tantas pérdidas de trabajo y tantas incertidumbres de este momento actual, conviene sobre todo reivindicar el buen periodismo, señalarlo como ejemplo y referente a seguir. Por ahí, y no por otro lado, vendrá la salida.
Viene esto a cuento de que la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) anunció ayer los galardonados por sus premios anuales de Periodismo en su 74 edición. Sin duda, los premiados son buenos ejemplos de esa trabajo de calidad, profesional y riguroso que debe ser el elemento central de ese futuro del periodismo del que tanto hablamos, de la salida del túnel por el que estamos pasando. El Premio Rodríguez Santamaría, concedido en reconocimiento a los méritos de toda una vida profesional, recae en el periodista José Antonio Zarzalejos. En la actualidad es colaborador de El Confidencial, la Cadena Ser y La Vanguardia. Fue director de El Correo y ABC. El jurado le reconoce "por haber mantenido la independencia de criterio por encima de las presiones políticas". Destaca igualmente que "defiende sus principios éticos y acredita una extensa formación humanista, como demuestran sus artículos y trabajos periodísticos".
El Premio Víctor de la Serna, que reconoce al periodista más destacado del año, es para José Yoldi por sus investigaciones sobre el entonces presidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Dívar. Su trabajo de investigación en el diario El País demostró que Dívar "abonó con cargo a los presupuestos oficiales del organismo, como si fueran un trabajo, una serie de viajes de placer". Resalta el jurado de la APM que "la investigación, realizada con rigor y contraste de las informaciones, condujo a la dimisión irrevocable de Dívar". Fue, sin duda, una de las informaciones periodísticas de más impacto del año pasado y la que más claras y directas consecuencias tuvo. Un gran ejercicio de control al poder, que es una de las funciones elementales del periodismo.
Carlos Alsina, periodista de Onda Cero y director del espacio La Brújula, ha sido galardonado con el Premio Javier Bueno, que se concede "en reconocimiento a una dedicación sobresaliente en cualquier campo del periodismo". El jurado destaca que Alsina ha innovado en "un formato radiofónico que peca muchas veces de encorsetado". Así, "la creatividad, la ironía, el análisis profundo, la dedicación a temas de gran relieve social, el análisis de los asuntos económicos y su repercusión en la vida de los ciudadanos componen un formato de programa que Alsina dirige con mano maestra". Uno de los grandes de la radio española recibe este merecido galardón.
El Premio Larra, encargado de reconocer la labor periodística del profesional menor de 30 años que más se haya distinguido durante el año, recae en Mar Cabra "por sus investigaciones periodísticas que ha publicado en medios españoles y extranjeros, su dedicación a la búsqueda de nuevas vías de hacer periodismo, como el análisis de datos para realizar historias originales y su lucha por que se implante en España una ley de transparencia y acceso a a información pública".
Por último, los periodistas de El Mundo Quico Alsedo, Pablo Herráiz y Luis Fernando Durán, han sido galardonados con el Premio Francos Rodríguez, que se concede al mejor trabajo o trayectoria profesional periodística relacionada con Madrid. Estos redactores han sido reconocidos por "sus investigaciones sobre el Madrid Arena". Como muy bien destaca el fallo del jurado, "sus trabajos fueron el referente periodístico sobre dicha tragedia y dieron a conocer hechos que pusieron en evidencia los numerosos fallos y errores cometidos en la gestión pública de este suceso".
Ejemplos todos ellos del periodismo de calidad, que siempre será necesario como pilar fundamental en toda sociedad democrática. Este, el del trabajo bien hecho, es el camino a seguir hacia ese futuro del periodismo que algunos pintan tan negro.
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