XXII Cumbre Iberoamericana en Cádiz

 
 
Cádiz acoge desde ayer la XXII Cumbre Iberoamericana en la que se reúnen 17 Jefes de Estado y de gobierno. Es una cita cargada de simbolismo, por el Bicentenario de la Constitución de 1812, y también muy importante porque la región de Latinoamérica se ha convertido estos últimos años en un destacado actor económico con un protagonismo creciente. Una oportunidad para salir de la crisis que ahora vive España y un mercado preferente desde hace mucho tiempo para nuestro país. Por lo tanto, muchos son los ingredicentes de esta XXII Cumbre Iberoamericana.
 
En primer lugar, el propio escenario, la preciosa e histórica ciudad de Cádiz. 200 años después de La Pepa, de la Constitución más liberal de la época y texto inaugural del constitucionalismo español, pero también referente para las constituciones futuras de los países al otro lado del Atlántico. Un símbolo, un referente, un momento de nuestra historia del que realmente podemos sentirnos orgullosos. El oratorio de San Felipe Neri, donde hace 200 años debatieron y aprobaron La Pepa los constituyentes de entonces fue uno de los lugares donde ayer se celebraron los primeros actos de esta Cumbre Iberoamericana. Esta cita internacional es el broche de oro a las celebraciones por el Bicentenario de la Constitución de 1812.
 
La cita tendrá un marcado carácter económico. España mira a Iberoamérica como una oportunidad para acelerar la salida de la crisis y fortalecer nuestra economía. Lo expresó con claridad el Rey Don Juan Carlos en el discurso inaugural de la Cumbre: "Iberoamérica está en alza. El continente crece, se reducen los índices de pobreza y hay una cohesión social mayor". Y continúa " a este lado del Atlántico hemos visto surgir situaciones difíciles causadas por la crisis económica y financiera. Nuestras miradas se vuelven hacia vosotros. Necesitamos más Iberoamérica". Estas palabras del monarca expresan a la perfección la idea que flota en el ambiente de esta Cumbre. La región de Iberoamérica siempre ha sido un lugar preferente para España, por lazos históricos, por la lengua que nos une y porque somos la puerta de entrada de aquel continente en Europa. Ahora esos países crecen a ritmos nada despreciables, mientras que España afronta una severa crisis económica.
 
Los líderes asistentes a la Cumbre analizarán posibles salidas a la crisis y buscarán afianzar los lazos económicos entre los países a uno y otro lado del Atlántico. En la reunión de ministros de Exteriores celebrada, como es habitual, antes del inicio oficial de la Cumbre y que tiene un carácter más técnico, los cancilleres de todos los países asistentes coincidieron en señalar que en estos momentos de crisis "la austeridad es necesaria, pero no suficiente", como señaló el ministro español José Manuel García Margallo. También hubo tiempo para que Mariano Rajoy y el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso, mantuvieran una reunión sobre la actual situación económica. A la salida del encuentro no hubo declaraciones, pero en un comunicado Barroso aseguró que "la Comisión no pedirá medidas adicionales durante este año".
 
En estas reuniones suele haber ausencias, que siempre dan mucho que hablar . En este caso son siete: Raúl Castro (Cuba), Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Otto Pérez Molina (Guatemala), José Mújica (Uruguay) y Daniel Ortega (Nicaragua). Por parte de España, y por primera vez en la historia de estas cumbres, asistió como invitado el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba. El gobierno ha invitado a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios, pero el resto ha excusado su asistencia por razones de agenda. En su intervención, Rajoy recalcó que España es puerta de entrada para los países iberoamericanos a "la mayor área de prosperidad del mundo" (se refiere a Europa, por si no caen).

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