Previsiones del FMI

 
 
El Fondo Monetario Internacional ha presentado estos días su informe de otoño y es especialmente alarmante. Incluye sus previsiones y son como para salir corriendo. En lo que respecta a España, todo empeorará en el próximo año. Absolutamente todo. La economía caerá un 1,3%, el paro subirá hasta el 25,1%, no se cumplirá el compromiso de déficit hasta 2017 y para los países periféricos de Europa, entre los que está el nuestro, el FMI espera una década perdida porque hasta el año 2018 no se volverán a las cifras de PIB de antes de la crisis (2008). Negro, muy negro pinta el panorama el FMI.
 
Por poner una nota positiva, el FMI sí espera que España crezca en 2014 (lo hará un 1%) y se seguirá esa línea en los tres años siguientes, cuando el PIB español crecerá hasta el 1,6% o el 1,7%. Eso sí, no será un crecimiento suficiente como para reducir el desempleo de forma destacada. De hecho para el año 2017 el FMI prevé una tasa de paro en nuestro país del 20%. La década perdida de la que hablábamos antes para los países periféricos de Europa (España, Italia, Portugal, Grecia y Eslovenia) se refiere al PIB, porque si de empleo hablamos, según estas previsiones, tardaremos mucho más en recuperar los niveles de empleo anteriores a la crisis. Este informe llega hasta 2017 y, como digo, para ese año el FMI no espera que la tasa de paro en España baje del 20%.
 
De los más de cien países que analiza el FMI en este informe, sólo una economía caerá más que la española en 2013: Grecia. Ayer visitó el país heleno la canciller alemana, Angela Merkel. Como era de esperar, no fue muy bien recibida y las calles de Atenas se llenaron de manifestantes contra la líder europea que, a ojos de muchos, es quien está marcando las férreas exigencias a Grecia para recibir el rescate, exigencias que están ahogando a la población. Hubo cargas policiales y varios detenidos. La situación en Grecia es desoladora, porque atendiendo también a estas previsiones del FMI, la década perdida se prolongaría aún más y será más severa que la del resto de países. Un auténtico drama ver a un país en descomposición y a unos ciudadanos que no pueden más.
 
De las previsiones del FMI que incluye en su informe de otoño, en el que como vemos nos anticipa un larguísima invierno económico, también hay otros aspectos destacados que se deben destacar. El primero es la previsión a nivel mundial. El organismo dirigido por Cristhine Lagarde también empeora sus previsiones de crecimiento mundial. Este año 2012, la economía mundial crecerá un 3,3% y el año próximo lo hará un 3,6%.
 
También es destacado otro hecho evidente que reflejan estas previsiones del FMI: el crecimiento de las llamadas economías emergentes. En algún caso este término queda ya desfasado. Dentro de cinco años (en 2017) Méjico será la primera economía de habla hispana por delante de España. Eso prevé el FMI. España ocupará el puesto 16 y Méjico estará uno por delante. La tabla seguirá liderada por Estados Unidos en lo que se refiere al PIB, seguido de China, pero en el cómputo que se hace en términos de paridad de poder de compra, es decir, en el cómputo que elimina las distorsiones por los niveles de precios en cada país y refleja el valor de los bienes y servicios que no participan en el comercio internacional, China pasará a ser la primera potencia mundial en 2017. Países como Brasil, India o Indonesia también protagonizarán, según esta previsiones del FMI, grandes subidas que muestran el poder de las economías emergentes.
 
Empezamos la entrada con noticias relativas a España y la cerramos con lo mismo, y también son malos augurios. El FMI prevé que la prima de riesgo española podría dispararse hasta los 750 puntos básicos si Europa no concreta sus medidas, es decir, si la UE es fiel a sí misma con su ya clásica indecisión y lentitud a la hora de actuar. El organismo espera una fuerte caída del crédito hasta 2017. En definitiva, lamento empezar el día con tan malas noticias. Pero es lo que hay. Y siempre nos queda también el consuelo de que estamos hablando de previsiones, que pueden equivocarse perfectamente. Eso esperamos.

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