Hugo Chávez seguirá gobernando en Venezuela

Por cuarta vez consecutiva Hugo Chávez ha ganado las elecciones presidenciales en Venezuela, por lo que seguirá en el poder durante los próximos seis años. Ha vencido de forma holgada al candidato opositor Henrique Capriles en unas elecciones con una altísima participación (81%). Con el 90% de los votos escrutados, Chávez ha conseguido el 54% de los sufragios frente al 44% que ha logrado Capriles. Por lo tanto, Venezuela ha optado por mantener en el poder al gobernante que propugna la "revolución bolivariana" o "el socialismo del siglo XXI".
 
Es la cuarta victoria electoral de Chávez y quizás la más complicada por varias razones. En primer lugar, porque el presidente venezolano lleva 14 años en el poder y eso es siempre sinónimo de desgaste. También por su delicado estado de salud y el cáncer al que ha tenido que hacer frente. Pero, sobre todo, estas elecciones han sido las más complicadas para Chávez porque la oposición se ha unido en torno a un candidato común y porque ese candidato ha hecho una gran campaña. Por primera vez en mucho tiempo, todo el mundo en Venezuela, empezando por el propio Chávez, ha visto como una opción verosímil asistir a un cambio de gobierno. Por primera vez una derrota de Chávez no sonaba a milonga o a algo descabellado.
 
Finalmente ha triunfado el candidato oficialista con 7.444.082 votos frente a los 6.151.544 votos de su rival. Chávez tendrá otros seis años de mandato por lo que podrá llegar a 20 en el poder. Durante todo este tiempo, los últimos 14 años que lleva gobernando, ha creado un régimen a su imagen y semejanza, la democracia se ha deteriorado y Venezuela se ha situado como un país abanderado del antiaamericanismo, poco serio y defensor de sátrapas de todo tipo y condición. Un régimen protector de terroristas de ETA y siempre protagonista de polémicas internacionales que se ha apoderado de los recursos del Estado para defender e inplantar su doctrina. Pero un régimen que es apoyado elección tras elección por los ciudadanos. Chávez y su régimen resultan muy antipáticos en el mundo, por regla general, y es fundamentalmente porque han hecho muchos méritos para provocar esa consideración. Pero ante abrumadoras victorias como la de esta noche nada se puede decir. El pueblo ha hablado. ¿Siempre tiene la razón? No. Pero siempre se ha de hacer lo que decida en una democracia. Y con su voto libre los venezolanos han optado por mantener en el poder a Hugo Chávez. No hay más que hablar y no debería nadie presentarse ante los venezolanos como si supiera mejor que ellos mismos lo que les conviene para su futuro.
 
Ayer Chávez felicitó a la oposición por reconocer el resultado electoral ya que eso "es un paso muy importante en la construcción de la paz en Venezuela, de la convivencia entre todos nosotros". El resultado electoral no deja lugar a dudas (victoria de ocho puntos para el partido del presidente) por lo que Chávez entenderá estos comicios como un apoyo a su gestión y a su proyecto. Ahora bien, el controvertido líder venezolano debería tomar buena nota de lo ocurrido ayer porque ganó de forma arrolladora, sí, pero hay más de seis millones de comptatriotas que han apoyado la candidatura de la oposición y quieren otra forma de hacer las cosas, otra Venezuela. Debe escuchar a esa parte de la sociedad e intentar ser, de verdad, el presidente de todos y no sólo de los que apoyan a su régimen.
 
El presidente celebró ayer la victoria ante sus simpatizantes mientras que el candidato opositor aceptó su derrota con un discurso muy elogiado hoy en la prensa. "Para saber ganar, hay que saber perder", dijo Capriles. "Lo que el pueblo diga es sagrado". "  Nosotros vamos a construir una sola Venezuela y los más de seis millones de personas que me votaron marcaron un camino que está intacto y que dará sus frutos", declaró. También pidió "respeto, consideración y reconocimiento" para los venezolanos que no votaron a Chávez. "Estoy orgulloso porque hemos sembrado semillas de esperanzas", aseguró. El candidato de la oposición, en efecto cuativó durante la campaña a millones de conciudadanos que querían cambios en su país. El pueblo ha hablado, además con una participación envidiable del 81%, y toca respetar su palabra.

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