Final de campaña en Galicia y País Vasco

Esta noche se hará el cierre de la campaña electoral en Galicia y el País Vasco. Mañana será la jornada de reflexión y el domingo los ciudadanos de estas dos comunidades acudirán a las urnas para decidir quién quieren que les gobiernen los próximos cuatro años. Se ha pasado la campaña con menos presencia y menos importancia tal vez de lo esperado inicialmente, debido a que el debate político lo ha capitalizado casi en su totalidad la cuestión independendista en Cataluña. Es significativo que la información sobre la campaña en las elecciones que votarán este domingo rara vez haya logrado arrebatarle el primer plano a las declaraciones y las tensiones procedentes de Cataluña con el independentismo como centro de la batalla política.
 
Así hemos llegado al final de la campaña de dos elecciones autonómicas que, sin duda, son muy importantes para esos dos territorios y para el conjunto del país. Galicia se presenta como el escenario de la batalla con mayores repercusiones para los dos grandes partidos de España. En el País Vasco el regreso de la izquierda abertzale a las elecciones será un factor determinante y allí se preven caídas tanto del PSE como del PP. En la comunidad gallega, por el contrario, la economía ha centrado más la campaña y parece que serán esos comicios los que se interpretarán de forma más clara en clave nacional. El PSOE gallego ha hecho girar su campaña en torno a la idea de que se debe frenar en Galicia la política económica que está llevando a cabo el gobierno de Rajoy. Una mayoría absoluta de Feijóo como la que augura la mayoría de las encuestas sería, sin duda, un alivio notable para el gobierno central. Por el contrario, una pérdida de votos de los populares gallegos que les dejaran sin mayoría absoluta y, por lo tanto, sin posibilidad de gobernar, fácilmente sería interpretado como un voto de castigo al gobierno de la nación y a sus recortes.
 
La baza que está jugando Alberto Nuñez Feijóo en la campaña es la de la estabilidad. La alternativa a un gobierno del PP, asegura, sería un gobierno en coalición de varios partidos (PSOE gallego, BNG, Izquierda Unida). Eso y la gestión de estos últimos años, ya que puede presentar a Galicia como una de las comunidades con las cuentas más saneadas de España y como una de las pocas que cumple sus objetivos de déficit. Sobre lo primero, la inestabilidad que supondría un gobierno del resto de partidos, es innegable que el líder de los populares gallegos tiene una baza importante en la fragilidad general de los partidos de la oposición a lo que se ha de sumar la división en el campo nacionalista. El domingo hablarán los gallegos.
 
 La impresión que me ha dejado la campaña gallega es que el candidato socialista Pachi Vázquez, ha estado perdido, completamente desnortado. Dando palos de ciego, aferrándose a acusaciones infundadas sobre los contratos con Pemex y transmitiendo más bien poco en sus mítines. Esa impresión personal me ha dado. Sobre el resto, creo que Feijóo ha hecho la campaña que se esperaba de él, sin salirse un milímetro del guión previsto. Por su parte, Beiras parece tener fuerzas renacidas con su alianza con IU, a tenor de las encuestas, y el BNG ha hecho las propuestas esperables de un partido nacionalista en campaña y en la oposición.
 
En el País Vasco, como digo, el factor central de las elecciones del domingo es la presencia de EH Bildu, es decir, de la izquierda abertzale. Las encuestas hablan de una victoria clara del PNV de Urkullu, que no lograría la mayoría absoluta y perdería apoyos respecto a las pasadas elecciones autonómicas por la irrupción de EH Bildu. Esta formación, para la que los presos de ETA piden hoy el voto, sería la segunda fuerza más votada y estaría en condiciones de lograr los mejores resultado de su historia en Euskadi. El PSE, partido del gobierno está última legislatura, caería de forma estrepitosa y tampoco aumentaría sus apoyos el PP.
 
Iñigo Urkullu ha hecho una campaña inteligente. No ha escondido las aspiraciones soberanistas de su partido, pero se ha centrado en la economía y en los problemas urgentes de la sociedad. Creo que ha adoptado una estrategia acertada. Tenía allanado el terreno para centrar su campaña en la cuestión independentista ante el viraje dado por CiU en Cataluña, pero ha insistido una y otra vez en que el PNV atajaría en primer lugar los problemas más urgentes. Ha mostrado su versión más pragmática y realista y creo que ha encontrado el enfoque correcto. EH Bildu ha ido a lo suyo, tiene muy claro su público y su discurso ha sido el previsible.
 
Sobre el PSE y el PP, las encuestas les dibujan un panorama adverso. Patxi López también ha hablado mucho de economía. La estrategia de los socialistas vascos ha sido clara: presentarse como dique de contención a los recortes del gobierno central del PP y los recortes que intuyen que llevaría a cabo el PNV en el gobierno. Y situarse además como opción moderada y responsable ante posibles pulsiones independentistas o situaciones que dividieran a la sociedad vasca entre nacionalistas y no nacionalistas como en tiempos pasados. El PP de Basagoiti ha sido el que más ha entrado en el juego de EH Bildu y más ha buscado la confrontación directa para presentarse como la única alternativa real al soberanismo y como los más férreos oponentes de los que estuvieron durante décadas bajo el paraguas de ETA.

Comentarios