Acuerdo en la Conferencia de Presidentes

Llevo meses pidiendo pactos políticos ante la actual situación de crisis económica, por lo que celebro que ayer se alcanzara un acuerdo en la V Conferencia de presidentes autonómicos celebrada en el Congreso. Ahora bien, si analizamos lo acordado ayer podemos constatar rápidamente que el documento final aprobado por unanimidad habla de generalidades y no aporta auténticas novedades. Es decir, lo más importante del acuerdo fue el acuerdo en sí mismo, que se aprobara por unanimidad y se lance esa imagen de unidad entre la Administración central y la autonómica. Nada más, porque el pacto no es para tanto. Compromiso de todas las Comunidades Autónomas con el déficit y posibilidad de revisar el reparto de este compromiso a partir de 2014. Poco más.
 
Se llebaba a esta cumbre con muchas discrepancias y focos de confrontación, por lo que el acuerdo alcanzado, aún insustancial y poco trascendente, cobra más importancia. Son cuatro páginas las que componen el acuerdo final y están llenas de afirmaciones generales que no suponen verdaderos cambios. Comienzan expresando la preocupación de los presentes por "la gravedad de la situación económica que atraviesa España". El elevado paro, el déficit y la deuda exterior. Se incluye una mención a la necesidad de aplicar políticas de crecimiento en la UE. Falta por ver si se concretará o quedará como palabras bonitas que adornan el documento. Tiene pinta de esto último, la verdad.
 
"Las Comunidades Autónomas no son el problema, sino parte de la solución, que debe buscarse desde un clima de colaboración y lealtad institucionales", prosigue. No se podría esperar otra afirmación en el seno de una Conferencia de presidentes autonómicos. Tras la introducción, el primer punto del acuerdo se refiere al compromiso de todas las administraciones con la consolidación fiscal, la aplicación de políticas que mejoren nuestra competitivad y asegurar la financiación de las políticas sociales y los servicios públicos. Después se enumeran los compromisos adquiridos por España como miembro de la Unión Europea y se recoge la posibilidad de revisar el sistema de financiación de las Comunidades Autónomas.

En el segundo punto se hace una mención a las políticas de crecimiento, a la necesidad de adoptar "medidas a fin de favorecer el crecimiento y la creación de empleo". Luego entra algo más en detalle y habla de I+D+i, de educación, de revisar las políticas activas y pasivas de empleo y de dinamizar el tejido productivo español. El tercer punto ahonda en las políticas de crecimiento y muestra el apoyo de la Conferencia de Presidentes al "Pacto por el crecimiento y el empleo recogido en las conclusiones del Consejo Europeo del 28 y el 29 de junio". De algún modo presiona para que ese acuerdo europeo se ponga en marcha y destaca que para España es especialmente importante el desarrollo de proyectos comunitarios orientados a la creación de empleo, sobre todo en lo relativo a los jóvenes y los trabajadores de mayor edad.
 
El punto cuarto hace una mención directa al Banco Central Europeo. Se explica que ante la actual situación de tensión financiera y las dudas sobre el euro son necesarios instrumentos, como el BCE, señalan, que garanticen el acceso a una financiación adecuada a las Administraciones Públicas y al sector privado. El quinto y último punto se refiere también a cuestiones comunitarias. En él se constata que "la actual crisis económica ha puesto de relieve las deficiencias de la arquitectura institucional de la zona euro" y por ello se apoya la iniciativa del Consejo Europeo en favor de una mayor integración económica y política, así como una unión bancaria y fiscal.
 
Este es el resumen del documento. En conclusión, pocas concreciones y muchas generalidades que hacen que el valor real de lo ocurrido ayer en la Conferencia de Presidentes sea la uninimidad entre todos los asistentes para sacar un acuerdo conjunto. Y nada más. No creo que cambie nada en absoluto por esta reunión. Mejor es siempre que haya acuerdo y en ese sentido es una buena noticia que ayer, pese a las muchas diferencias iniciales, se lograra un pacto. Pero es verdad que no significa grandes novedades y que ayer se dejaron de lado cuestiones más polémicas como el malestar de algunas Comunidades gobernadas por el PP con los Presupuestos Generales del Estado para 2013.
 
Mención aparte merece (en realidad, no sé si la merece o no, pero todos la hacemos) Artur Mas. El presidente catalán acudió a la Conferencia de Presidentes como el niño que es llevado a la fuerza por sus padres a un plan que le resulta poco apetecible. El nene vino enfadado a Madrid y mostró pocas sonrisas. No habló mucho con sus colegas, entre otras cosas porque lo que él quiere es dejar de formar parte de este tipo de foros. En un momento como el actual, en que anda pidiendo un Estado propio para Cataluña, nada será más incómodo y desagradable para Mas que acudir a una Conferencia de Presidentes Autonómicos en pie de igualdad con el resto de gobernantes. Ayer no habló de soberanismo en la reunión. No está mal que al menos un día se ocupe de lo importante, que es la crisis. Porque de un tiempo a esta parte en Cataluña no se habla de recortes, de paro o de crisis. Pero estos problemas, haberlos, haylos, por mucho que se oculten con banderas independentistas o discursos simplones y populistas.

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