4.705.279 parados

Comienzos de mes. Nueva cifra del paro. Nuevo golpe de realidad. Nuevo dato desolador que esconde dramas personales con nombres y apellidos, con rostros de personas que han perdido el empleo, que no encuentran trabajo o que llevan meses en una situación totalmente desesperada. El efecto más devastador de la crisis económica que llevamos padeciendo desde 2008 es el desempleo y hoy hemos vuelto a recibir el mazazo de un nuevo mal dato. En  septiembre el paro aumentó en 79.645 personas, un 1,72% más que en agosto, lo que lleva la cifra total de personas inscritas en los servicios públicos de empleo hasta los 4.705.279.
 
Nefasta noticia que se suma a la caída del número de afiliados a la Seguridad Social. En el mes pasado perdió a 82.179 personas, lo que implica el peor mes de septiembre desde 2008, cuando comenzó la crisis. La cifra total de afiliados a la Seguridad Social queda en los 16.809.803 personas, la más baja en ocho años. El panorama que dibujan estos datos es muy negro y el gobierno, además de reconocer que son malos (tampoco cabe otra opción) anuncia que espera un otoño complicado en materia laboral, es decir, prevé más paro. De momento, la negativa evolución del empleo no varía el discurso del ejecutivo sobre las bondades de las reformas adoptadas que, según defienden, servirán para lograr la recuperación económica y la creación de empleo. La oposición y los sindicatos achacan estos malos datos directamente a esas políticas adoptadas por el gobierno. Las centrales sindicales han vuelto a dejar caer hoy que convocarán una huelga general para el mes de noviembre si el gobierno no lleva a referéndum sus recortes.
 
Septiembre es tradicionalmente un mes malo para el empleo y los datos son menos negativos que el año pasado (cuando el paro creció en 95.817 personas), pero todo esto, que es verdad, es muy poco consuelo. Nulo. Porque lo relevante es que se sigue destruyendo empleo. La comparación con la cifra de desempleados del pasado mes de septiembre lo deja claro: en un año hay 478.535 parados más. Y ni las previsiones más optimistas hablan de un cambio de tendencia ni para lo que resta de 2012 ni para todo el año 2013.
 
Engracia Hidalgo, secretaria de Estado de Empleo, ha recalcado que estos daos son mejores que los del año pasado y ha declarado que "ya se encadenan cuatro meses en los que el paro se ha comportado mejor que en 2011". Confío en que no se comforme con esto, y estoy seguro de que así será. Porque creación de empleo y recuperación económica, que es lo que deseamos y busca el gobierno, no tiene nada que ver con perder empleo, pero menos, que el año anterior. Tristemente, no es posible ver en estas cifras una sola concesión al optimismo, un solo guiño, un solo motivo para la espereranza o síntoma de recuperación. Se ralentiza la destrucción de empleo. Sin más. Partiendo de la base de lo mucho que se ha perdido en los años anteriores, esto es una noticia muy negativa.
 
La cuestión de fondo es qué hace el gobierno para revertir esta situación y generar empleo. Hay que partir de la base de que es algo complicado, no hay una forma de decir "opto por la creación de empleo" y, hala, creó cientos de miles de puestos de trabajo. No es algo sencillo, naturalmente. El gobierno no tiene un botón que pueda pulsar y no quiera para cambiar el negro panorama laboral. Pero sí se puede priorizar esta necesidad sobre otras, sí se debe establecer como asunto urgente y de primer orden. Las reformas adoptadas por el gobierno en los últimos meses, ¿ayudan a generar empleo? ¿Siquiera están sentado las bases de la recuperación, como afirman desde el ejecutivo? ¿O están ahogando aún más una economía ya de por sí maltrecha?
 
Combatir el paro ha de ser la prioridad absoluta de todas las instituciones públicas. No me cabe la menor duda de que el desempleo preocupa y ocupa al gobierno central y no seré yo quien le arroje estos datos a la cara. Pero es obvio, patente, que esto no marcha bien. Pese a la ligera mejora de los datos de empleo en los meses precedentes, se sigue en un escenario muy complicado con cerca de cinco millones de parados, con cada vez más familias en situación desesperada, con una población que sufre la adversidad económica, sufre los recortes y ve cerradas las puertas a un futuro mejor. Con una juventud totalmente desmoralizada ante el paro juvenil que supera el 50%. Quizás es el momento de replantearse lo que se está haciendo y, sin duda, es el momento (lo lleva siendo muchos meses) de buscar acuerdos con el resto de partidos políticos y agentes sociales y de poner la creación de empleo como el centro de toda nuestra política. Que en un país con un paro tan elevado como el nuestro el término económico que centre el debate político sea "déficit" y no "desempleo" es una mala señal. Algo difícil de entender.
 


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