Día Mundial del Alzheimer

Hoy se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Alzheimer, una fecha para recordar a todas las personas afectadas por esta cruel enfermedad, y también para acercarnos a sus familiares y a las personas admirables que cuidan de los enfermos. Todas las enfermedades son terribles, por supuesto, ya que es algo inherente al concepto de enfermedad, pero creo que no hay dolencia más cruel que ésta. Olvidar lo que fuiste, tu vida pasada, no tener recuerdos. Que se borren de tu memoria esos grandes momentos del pasado, los que disfrutaste y los que sufriste, aquellos en los que fuiste feliz y los otros en los que lo pasaste mal. Que no reconozcas a tu hijo, a tu hermano. Es algo muy doloroso para quien sufre la enfermedad en carne propia y para su entorno.
 
En España se calcula que unas 500.000 personas padecen Alzheimer. Como digo, hoy es un día dedicado a esas personas que viven en el olvido. Pienso que al final los recuerdos es lo que nos queda. Lo material va y viene, incluso las personas que nos rodean cambian a lo largo de los años. Pero lo que es seguro es que siempre habrá alguien que nos acompañe: nosotros mismos. Y en el cerebro, ahí guardaditos, tenemos los recuerdor agradables y tristes del pasado. Los besos, los abrazos, las amistades sólidas como rocas, las decepciones, los triunfos, los fracasos. La película de nuestra vida, en definitiva. Debe de ser muy triste perder escenas de ese film, olvidar a protagonistas del mismo con esta cruel enfermedad.
 
A quienes sufren el Alzheimer se les cuida con cariño y a las personas encargadas de ello también tenemos que rendir un sentido homenaje hoy. Hablo de los familiares de los enfermos, que pasan por una experiencia terriblemente dolorosa, pero que aprender a convivir con esa nueva realidad y dan amor a esas personas que tan importantes han sido y son en su vida, aunque ya no les reconozcan. Es admirable la forma en la que muchos familiares de pacientes de Alzheimer cuidan de sus seres queridos y es difícil imaginar lo duro que tiene que ser estar cuidando de un padre o una madre y que él o ella no te reconozca, que tu cara no le diga nada sobre quién eres, sobre lo mucho que se esforzó por ti, que no le diga que fuiste lo más importante de su vida, que lo dio todo por darte un futuro, una educación. Ver a esa persona que en el pasado estuvo llena de vitalidad, que en su experiencia tiene multitud de vivencias que se han vuelto confusas y grises en su memoria.
 
Y, por supuesto, hoy es un día para mostrar admiración hacia todos los profesionales que en distintos centros cuidan de estas personas. El cariño con el que les tratan, los ejercicios que hacen con ellos para que estén entretenidos y pasen el día de forma agradable, la paciencia que tienen con ellos y el amor que les muestran son sin duda maravillosos. Su actitud te hace reconciliarte con la especie humana  y te lleva a rendirte ante la excepcional labor social que están llevando a cabo estas personas, médicos, enfermeros, fisioterapeutas, auxiliares, terapeutas ocupacionales y un largo etcétera en residencias de ancianos o centros de día. Esas personas trabajan para los demás, son útiles a la sociedad y muestran lo mejor del ser humano. De ellos es obligado acordarnos hoy con sincera gratitud y con profunda admiración.
 
Por otro lado, en distintos lugares del mundo se está investigando cómo hacer frente a esta enfermedad cognitiva que, de momento, es incurable. Estos días precisamente hemos conocido los avances de unos investigadores de la empresa española Araclon Biotech, del grupo Grifols, que están trabajando en una vacuna contra el Alzheimer. Ya la han probado con éxito con animales y se espera que a comienzos del próximo años comiencen los ensayos clínicos. Permitiría esta vacuna combatir la enfermedad en sus estadios más iniciales. Gratitud y admiración son también los sentimientosque nos despiertan estos científicos que investigan para curar enfermedades, para mejorar la vida de la gente y para que viviamos en un mundo mejor.
 
Termino con una obligada alusión a la crisis económica que está reduciendo de forma drástica las ayudas a los cuidadores de personas dependientes y que también está afectando muy notablemente a la investigación. No se trata de hablar de política ni de economía, pero sí hay que resaltar que cuestiones tan trascendentales como éstas deben quedar fuera de los recortes severos. Una de las peores consecuencias de esta crisis es que hemos terminado, hablo de los gobiernos y los responsables políticos, midiendo todo en términos económicos. Antes de cualquier otra consideración, percibimos cada asunto como partidas en las que se puede recortar gasto. Y es un grave error. ¿Cuánto dinero valor la curación de una enfermedad como el Alzheimer? ¿De verdad podemos medir en euros la atención que necesitan las personas afectadas por esta enfermedad? Convendría reflexionar sobre esto porque los casos que hoy saldrán en la prensa o que todos podemos conocer de personas con esta enfermedad y familias en esta situación no aparecen en balances de resultados o en datos macroeconómicos de sesudos estudios. Son otra cosa distinta. Muy distinta y mucho más importante.


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