67 Asamblea General de Naciones Unidas

Esta semana se celebra la 67 reunión ordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas donde están presentes representantes de todos los países representados en esta organización, la práctica totalidad de los países del mundo (193). Es una cita donde hemos podido ver a jefes de Estado y de gobierno de todo el mundo y que sin duda ha centrado las miradas de todo el mundo, porque en ella han confluido todos los grandes asuntos que son noticia en la actualidad internacional. Han sido muchos los momentos destacados de esta Asamblea General como el vibrante discurso de Obama en defensa de la libertad de expresión, las intervenciones de Mahmud Ahmadinejad y del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu o, en otro ámbito, el estreno de Mariano Rajoy en este foro que reúne a los 193 países miembros de la ONU.
 
Uno de los temas centrales en el ámbito internacional es ahora mismo la dramática situación en Siria. Precisamente mientras se está celebrando esta Asamblea, el pasado miércoles se vivía el día más sangriento de la guerra que asola el país desde hace año y medio con la muerte de más de 300 civiles, según denuncia la oposición al régimen de Al Assad. Obama en su intervención dijo que lo que está ocurriendo en Siria sí es motivo para protestar en los países árabes, en una acertada intervención cuando hablaba de los actos violentos como reacción al vídeo ofensivo e inaceptable sobre Mahoma. David Cameron, en esa misma línea, aseguró que la sangre de los niños de Siria que están muriendo en el conflicto son una mancha para la ONU. El asunto sirio está presente en la Asamblea y muchos dirigentes han hecho mención a el conflicto.
 
La idea general sigue siendo apostar por una solución diplomática, pero eso suena muy difuso y complicado de llevar a cabo. Lamentablemente ante la guerra en Siria no percibimos que exista en la comunidad internacional la sensación de urgencia que debería imperar por lo que está sucediendo en aquel país. No se está considerando una prioridad máxima pese a que cada día están muriendo decenas de inocentes, pese a que Siria se está desangrando y pese a que la situación no hace más que empeorar ante la impotencia del enviado especial de Naciones Unidas y la Liga Árabe al conflicto. Tiene las manos atadas. Con el marco actual, no puede hacer nada para poner punto final al conflicto. Se deben estudiar nuevas vías de acción. Estudiar y aprobar. Algunas voces, como Catar,  pidieron una intervención militar de la Liga Árabe en Siria, pero no está encima de la mesa. Y mientras tanto, Rusia y China siguen manteniendo su apoyo al tirano Al Assad aparentemente sin tener encima la presión del resto de la comunidad internacional.
 
Otro asunto del que se habló en la Asamblea fue la oleada de violencia en países islámicos por la película que ridiculizaba a Mahoma. Este hecho pone en manifiesto en realidad lo dañino que es el fanatismo religioso y que los países que han vivido la primavera árabe están en una situación muy complicada donde fuerzas radicales pugnan por hacerse con el control. No podemos quedarnos con el vídeo en cuestión, porque hay mucho más de fondo. En todo caso, la intervención de Obama fue brillante. Hizo una defensa encendida de la libertad de la expresión y aseguró que él, como presidente de Estados Unidos, es duramente criticado cada día y que siempre defenderá el derecho de esas personas a seguir criticándole. También dijo que ninguna ofensa justifica el asesinato de una persona inocente. Y reiteró su compromiso en el respeto a la libertad religioso, por lo que volvió a desmarcarse de ese vídeo intolerable.
 
Empezó su intervención haciendo alusión a Chris Stevens, el embajador de Estados Unidos en Libia que fue asesinado en el asalto a la embajada del pasado 11 de septiembre. Obama habló de él como alguien enamorado de la región, como alguien interesado en la cultura árabe y que siempre buscaba el diálogo y los puntos de entendimiento entre las distintas culturas. Fue un momento especialmente emotivo cuando habló de él. Y dijo que el futuro en paz vendrá de la mano de personas como Stevens, nunca de gente como sus asesinos. Quemar una bandera estadounidense no enseñará nada a los niños en los países árabes ni mejorará su educación, asaltar una embajada no creará puestos de empleo, dijo también. He de decir que estar parte de discurso de Obama en el que habló de la libertad de expresión y del respeto y la convivencia entre culturas me pareció especialmente brillante y acertada.
 
Obama también habló de otro de los grandes asuntos que sobrevuela esta 67 Asamblea de las Naciones Unidas: el programa nuclear iraní. El presidente estadounidense apostó por seguir explorando la vía diplomática, aunque recalcó que el tiempo no es ilimitado. Estos días se ha vuelto a reflejar la diferencia de criterios entre Estados Unidos y su socio, Israel. Porque el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, defendió ayer poner líneas rojas ya al programa nuclear de Irán porque supone un peligro para la seguridad mundial. Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, pidió un nuevo orden mundial y criticó la doble vara de medir que, a su juicio, tiene Occidente con su programa nuclear. Este conflicto latente es un asunto de primer orden en el panorama mundial. Israel quiere intervenir ya para frenar el desarrollo del programa nuclear iraní y los dirigentes de Irán no inspiran precisamente mucha confianza. Apostar por diálogo, como defiende Obama que no quiere líos antes de las elecciones, al menos, sería lo más prudente, aunque las posturas están muy enfrentadas. No olvidemos que los dirigentes de Irán hablan con frecuencia de la destrucción del Estado de Israel y expresan su odio profundo hacia los israelíes, mientras que desde Israel se mira a Irán como una amenaza terrorista que se debe combatir con urgencia.
 
Y otro tema que toca de lleno a Israel y que ha centrado la atención estos días en la Asamblea de la ONU es la petición de Palestina de entrar en la organización como Estado observador. Lo planteó ayer el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás. El año pasado intentaron ser reconocidos como Estado miembro, pero se encontraron con la férrea oposición de Estados Unidos y la ausencia de apoyos suficientes en el Consejo de Seguridad. Ahora reclaman formar parte de Naciones Unidas como Estado observador. El primer ministro israelí centró su intervención en el asunto de Irán, pero es de suponer que se opondrá a este reclamación de Palestina y con él, sus socios, Estados Unidos incluido. El líder palestino dijo que su intención no es ""deslegitimar un Estado existente, el de Israel, sino el de asegurar que se cree un Estado, el de Palestina". La salida al conflicto israelí-palestino ha de pasar por ello, defendió ayer Mahmud Abás y así lo creen la mayoría de expertos sobre esta histórica confrontación.


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