Zapatero habla y pide al BCE actuar

El expresidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha hablado más bien poco desde que abandonó el cargo y no se ha prodigado en exceso. Leí en su momento que aspiraba a no jugar el papel de expresidente metomentodo y charlatán que no resiste la tentación de hablar ante un micrófono. Acertará si así actúa. En los últimos días sí ha hablado. Publicó un artículo en el diario El Mundo y hoy ha charlado con los periodistas en un encuentro informal en Lanzarote. Por cierto, que ha dicho que invitaría a Angela Merkel a conocer la isla y hablar allí de la situación de Europa.

Ha instado al Banco Central Europeo que sea "un banco con todas las consecuencias". La unanimidad para pedir un papel más activo del BCE es tal en España y en gran parte de Europa que es inevitable seguir mirando hacia los pocos lugares donde se revuelven cuando alguien reclama esa actuación del organismo dirigido por Draghi que nunca llega. Estamos hablando de Alemania y sus socios del norte de Europa, claro. Sería "muy conveniente y razonable" una intervención decidida del BCE en defenda de la estabilidad de la eurozona y del propio proyecto de la moneda única, ha dicho el expresidente, porque las economías sólo mejorarán "si baja la presión sobre la deuda, y eso sólo lo puede hacer el Banco Central Europeo".

Preguntado sobre cuestiones de la actualidad política, Zapatero ha dicho algo sensato y coherente con esa voluntad de no molestar y situarse en un segundo plano que antes comentaba: su tiempo para expresarse sobre estos asuntos "ya pasó". "Ser expresidente es ayudar a respetar a quien está y ayudar a mi país como pueda". Es evidente que Zapatero cometió errores en la gestión de la crisis por los que su partido ha pagado con creces en las urnas, pero creo que se ha de reconocer esa actitud. Sería lo razonable que así actuaran todos los ex, pero no necesito poner ejemplos, porque sobran y a todos nos vienen a la cabeza, de hasta qué punto esto no es así. No tengo dudas, además, de que el expresidente Zapatero cumplirá con esta actitud de lealtad y modestia. No hará mucho ruido, pienso, y eso es algo de agradecer.

Puede que tenga que rectificar estas palabras, el tiempo dirá. Zapatero está escribiendo un libro sobre reflexiones de la crisis que, ha dicho, está muy avanzado. Sin duda unas memorias del expresidente se pagarían a precio de oro, sobre todo si contara de forma detallada y exhaustiva, sin tapujos, aquellas horas de mayo de 2010 en las que todo parecía a punto de derrumbarse y desde Europa le impusieron recortes y medidas que contradecían sus propios principios políticos y su discurso. Creo que Zapatero tuvo que traicionarse a sí mismo aquellos días y no hizo otra cosa hasta que dejó la presidencia. Lo hizo, no me cabe duda, por lo mismo que está haciendo recortes ahora el gobierno de Rajoy, para evitar un rescate total a España e intentar salvar al país de la quiebra o situaciones muy dramáticas. Ese momento en el que un político idealista y más amigo de la poesía y las palabras amables que de la prosa y los números, se da un brutal baño de realidad y se ve forzado a hacer reformas del todo indeseadas por él es muy literario.

No sí se leeremos o no tal cosa. Sí esas reflexiones sobre la crisis. También en el libro incluirá vivencias de su tiempo al frente del gobierno, pero no sé hasta dónde llegará. Me encantaría que narrara esa transformación, ese paso de los años de bonanza y superávit récord a la peor crisis económica en décadas y el aumento brutal del paro. Que contara cómo se vivió dentro del gobierno, cómo se gestionó, cómo se reaccionó, qué se hizo mal y bien. Echando la vista atrás, de qué se siente orgulloso y de qué se arrepiente. Y no digo esto por un interés partidista de acá o de allá, de un lado u otro. Nada más lejos. Lo digo porque me resultaría de un gran interés conocer de verdad esas vivencias de Zapatero al frente del timón ante una tormenta perfecta como la que nos azota.

Creo que el expresidente tuvo errores de bulto en su gestión económica, pero también pienso que aprobó leyes y tomó medidas, sobre todo en el terreno social, que siempre llevarán su sello y por las que debería ser reconocido. Su sensibilidad con la violencia machista, su apuesta por la defensa de las mujeres (con fallos también en este punto y posiciones que no comparto), el carné por puntos en las carreteras, la Ley de Dependencia o la del matrimonio homosexual. En definitiva, que no todo es blanco o negro y me atrae el personaje, lo que pueda contar Zapatero de estos últimos años. Al margen de que consideremos sus muchos errores o podamos pensar que no fue un gran presidente.


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