Nueva masacre en Siria

Lamentablemente, la comunidad internacional sigue sin actuar de forma decidida ante el conflicto sirio. Las declaraciones o las medidas anunciadas, como el envío de material no letal para los rebeldes por parte de algunos países occidentales como Francia o Reino Unido, no están siendo suficientes. En el campo diplomático, estamos en un vacío absoluto hasta que Kofi Annan le ceda los trastos al diplomático argelino Ladjar Brahimi  como nuevo enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria. También en este ámbito, la intervención la semana pasada de Obama asegurando que intervendría si Al Assad emplea armas químicas, las palabras más duras del presidente estadounidense desde que empezó el conflicto, tampoco han supuesto un cambio significativo en la situación. Y mientras todo esto pasa, o no pasa por mejor decir, en relación a la respuesta de la comunidad internacional a lo que sucede en Siria, el país sigue desangrándose.
 
Los bombardeos del ejército sirio y los combates entre leales a Al Assad y los rebeldes continúan, también se siguen denunciando casi a diario matanzas indiscriminadas de civiles. Hace unas semanas la ONU publicó un informe en el que relataba las violaciones a los Derechos Humanos por ambas partes, aunque no en el mismo grado. La situación es desesperada para cientos de miles de personas que han tenido que salir de Siria huyendo del conflicto y se han refugiado en los países vecinos. Los que siguen en Sira engrosan la lista de desplazados internos marchándose de las zonas más sacudidas por la violencia, o se ven envuelos en el conflicto. Es un drama incesante ante el que nadie pone fin ni parece decidido a combatir.
 
La oposición siria ha denunciado una nueva masacre por parte del régimen del dictador. El escenario de la barbarie ha sido esta vez la ciudad de Deraya, próxima a Damasco. Allí se han encontrado los cuerpos sin vida de al menos 200 personas que habrían sido ejecutadas. Según relatan activistas de la zona, la mayoría de las víctimas fueron halladas en los sótanos de sus casas. Al parecer, fueron tiroteados, ejecutados por las tropas de leales a Al Assad que actuaron, una vez más, como un pelotón de ejecución. Es imposible confirmar esta información por la censur y el total bloqueo a los medios en el país y por la ausencia de observadores de la ONU en Siria.
 
Sí se ha publicado ya un estremecedor vídeo a través de Internet en el que podemos ver los cuerpos de las víctimas amontonados en una mezquita que hace las veces de morgue. Se aprecia con claridad que los fallecidos fueron disparados en la cabeza, la cara o el pecho. Son escenas espeluznantes. Esta masacre forma parte de la operación de las tropas del régimen contra Damasco para recuperar los alrededores de la capital. De hecho, ayer los leales a Al Assad recuperaron varios barrios próximos a la capital del país.
 
"Estamos identificando los cadáveres y documentando cómo murieron. Los primeros indicios señalan que la mayoría recibió disparos a corta distancia en la cara, cuello y cabeza, estilo ejecución", relata el activista de Deraya Mohamamad Hur. Se trata de una nueva matanza brutal por parte del régimen sirio que se añade a otras atrocidades inhumanas que han sucedido mientras el mundo miraba para otro lado o no hacía todo lo que estaba en su mano para evitarlo. 17 meses de conflicto ya, de muertes, de dolor, de drama y de indecencia y falta de compromiso y solidaridad por parte de la comunidad internacional.
 
Tengo la sensación de que siempre que escribo de Siria escribo lo mismo, pero no es así exactamente. Cada día que pasa la situación es peor, porquen el hecho terrible de que nos parezca que sucede lo mismo quiere decir que se repiten las matanzas, las muertes en bombardeos, los desplazamientos de personas que huyen de la violencia, familias que lo han perdido todo, dramas que se suman a los anteriores, sinrazón que sigue sin frenarse.
 
Por eso también parece lo mismo, pero no lo es, porque resulta mucho más grave con el paso del tiempo, el reproche a Rusia y China, que llevan meses con las manos manchadas de sangre y retratando su miseria moral al apoyar al régimen sirio. Los dos tienen intereses económicos y geoestratégicos en la zona y les interesa apoyar a un tirano que está masacrando a su pueblo. Hace tiempo que pusieron en la balanza sus intereses y los Derechos Humanos y, vista la poca atención que muestran a esta segunda cuestión en el interior de sus propios países, han optado por defender a su dictador. Aunque eso suponga mancharse las manos de sangre y ser corresponsables de las matanzas. Aunque sepan perfectamente que la situación no es sostenible y, antes o después, cuando haya un cambio en Siria el régimen que surja de este conflicto será profundamente anti Rusia y anti China, porque nadie perdonará que hayan apoyado al alocado dictador y sus secuaces.
 
No por ello hemos de dejar de echar en cara esta actitud, de afear el supremo egoísmo, la odiosa cobardía y la absoluta falta de humanidad de Rusia y China. Son aliados de un dictador que está masacrando a su pueblo. Repugna que los intereses económicos o las batallas estratégicas con Occidente por aquello de tener poder e influencia se pongan por delante de la protección de los Derechos Humanos y los civiles que están muriendo a manos de un régimen apoyado por Rusia y China. Tienen asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, y por lo tanto derecho de veto. Tienen cierta influencia política y poder ecónomico, pero lo que sobresale es su lamentable defensa de Al Assad y su indecente actitud en este conflicto.
 
Desde luego, este conflicto debe hacernos pensar también en el papel de la ONU. No ha sido la primera guerra en la que Naciones Unidas se ha mostrado claramente incapaz de frenar y ha fracasado de forma estrepitosa. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene como misión fundalmental proteger la paz y la seguridad internacionales, uno de los principios fundamentales de la Carta de San Francisco, tratado fundador de la ONU. Pero en demasiadas ocasiones en ese órgano pesan más los intereses particulares de los países con asiento permanente que esa función básica y fundamenta que deberían desempeñar. Allí hemos visto a Estados Unidos bloquear sanciones a Israel por matanzas en Palestina, por poner uno de los miles ejemplos que tenemos, y ahora estamos viendo cómo Rusia y China se retratan ante el mundo mientras paralizan una respuesta contudente a la brutalidad y la sinrazón del régimen sirio.
 
 Urge una reflexión sobre la capacidad de acción de la ONU en siuaciones de conflictos y se necesita ya una solución a la guerra en Siria. Cada día que pasa la comunidad internacional muestra más su incapacidad, Rusia y China pierden más enteros ante el mundo por su nulo interés por los Derechos Humanos, el régimen de Al Assad sigue ejecutando a civiles inocentes y Siria se sigue desangrando.
 


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