Guerra en Siria

La situación en Siria continúa siendo extremadamente compleja. La violencia no cesa. De hecho, ayer el Comité Internacional de la Cruz Roja estableció formalmente que el conflicto que vive el país desde hace más de un año es ya una guerra civil. Hay que atender a varios aspectos de lo que ocurre allí. En primer lugar, la situación sobre el terreno, con los enfrentamientos entre el ejército de Al Assad y las tropas rebeldes en varios puntos del país, incluidas zonas de la capital, Damasco. Esto supone que la violencia no cesa y cada día se registran nuevas muertes por los combates y los bombardeos del régimen. Por supuesto, significa también que miles de personas viven en una situación de alerta humanitaria y no están pudiendo ser atendidas de ninguna forma.

En el ámbito de lo que ocurre en Siria, como digo, la situación es dramática. Los rebeldes están avanzando posiciones, le están ganando terreno al ejército de Al Assad. Eso es lo que parece al menos.  También es evidente que cada día que pasa conocemos nuevas deserciones de altos cargos del ejército antes fieles al sátrapa. Ahora los combates entre leales a Al Assad y el Ejército Sirio Libre (ELS) se están dando ya varias calles céntricas de Damasco, al lado del Parlamento.

Hoy ha dado la voz de alarma sobre las intenciones del dictador y sobre lo que es capaz e ex embajador de Siria en Irak. Ha dicho que puede utilizar armas químicas contra los rebeldes e incluso no descarta que ya lo pueda estar haciendo. Si algo hemos constatado en los quince meses que lleva el conflicto en el país es que el dictador está dispuesto a todo en su huida hacia adelante. No le ha importado nada bombardear a civiles inocentes ni ordenar el asesinato a sangre fría de niños. Es capaz de todo y por ello la advertencia del responsable político desertor no es una exageración sin fundamento.



Los que deseamos un final a la terrible sitación que vive Siria, queremos ver algún tipo de avance, movimientos que invitan a pensar en que algo está cambiando en el conflicto. No es sólo la situación sobre el terreno, porque no resulta sencillo corroborrar qué está suciendo con exactitud, sino también por otras cuestiones como las deserciones de militares del Ejército de Al Assad. En el terreno diplomático, sin embargo, nada parece cambiar. El principal aliado de Siria no está por la labor de ceder y sigue amenazando con vetar cualquier resolución de condena a Al Assad. Se empeñan en seguir el discurso falseado del dictador y en pedir de forma tibia el cese de hostilidades por ambas partes, sin comprometer lo más mínimo a su consentido mientras perpretra, una tras otra, crueles matanzas.

Kofi Annan, mediador internacional para el conflicto, ha perdido gran parte del crédito que tenía cuando se hizo cargo del reto de ser el Enviado Especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria. La oposición a Al Assad critica, por ejemplo, que se haya sentado a dialogar con el dictador sobre un plan de paz que, es obvio, jamás ha cumplido ni ha tenido la menor intención de cumplir; o que se haya sentado en la misma mesa que el presidente sirio a las horas de conocer brutales masacres contra civiles inocentes vilmente asesinados por sus tropas y sus matones.

Annan se reunió ayer con el ministro de Exteriores ruso y hoy ha hecho lo propio con el presidente, Vladimir Putin. ¿Conclusiones? Pues todo lo que se ha dicho a la salida de esta reunión nos suena ya, y nunca se concreta en nada.  Ojalá nos equivoquemos, pero parece más de lo mismo y da la sensación de que Rusia no ha variado en exceso su postura. El presidente ruso ha dicho que hará todo lo posible para respaldar los esfuerzos de paz en el país. También ha dicho que el mediador internacional para el conflicto goza de toda su confianza.

Putin se aferra al plan de paz de seis puntos de Annan, ése que en la práctica nunca se cumplió y que la realidad ha dejado atrás y totalmente desfasado. No van a ir más allá. De hecho, el ministro Lavrov dijo ayer que Occidente está chantajeando al régimen por las amenazas al Al Assad recogidas en el proyecto de resolución de Naciones Unidas en caso de que no cese la violencia. China sí dice estar dispuesta a estudiarlo. Estos dos países han sido los principales respaldos internacionales del régimen sirio y ellos han sido el gran obstáculo a una respuesta mucho más contundente de la comunidad internacional a las barbaridades cometidas en Siria.

Ahora, como digo, hay combates en pleno Damasco, reflejo de que el devenir de la guerra no marcha como Al Assad esperaba. Los rebeldes califican los combates en la capital como "la batalla de la liberación". El dictador habría retirado tropas de los Altos del Golán para enviarlas a Damasco ante la ofensiva del ELS. ¿Está próximo el final del dictador? Eso es imposible de decir ahora. Lo que sigue siendo una triste realidad es que el drama no cesa en Siria y que el número de muertos por la violencia desde que comenzó el conflicto sigue creciendo.


Comentarios