Guerra en Siria

Siria sigue siendo foco de enorme preocupación. La situación que sufre aquel país ya es calificada como "guerra civil" por un portavoz de Naciones Unidas. Los bombardeos del ejército de Al Assad contra las ciudades continúan dejando muerte y destrucción y crece cada día el número de desplazados que huyen del caos. Ayer conocíamos un informe especialmente descorazonador. Lo ofreció la ONU y hablaba sobre la situación de los niños en este conflicto. La población infantil, siempre un sector de la población especialmente vulnerable, está padeciendo torturas, agresiones sexuales, presiones para batallar en los combates, secuestros, detenciones, asesinatos... La ONU dio la voz de alarma sobre la situación de los niños y relata que muchos están siendo utilizados de escudos humanos por los soldados del régimen sirio. Así, cuentan cómo los soldados ponen a niños y niñas en los carros de combate a la vista de los combatientes rivales para servir así de escudo en su ofensiva. También se advierte de que niños han sido reclutados por las tropas rebeldes en el conflicto.

Siria entra así en la lista de la vergüenza de Naciones Unidas donde están los países donde los niños son torturados y sufren abusos de todo tipo. Se contaba ayer que algunas de las atrocidades vistas en Siria durante estos últimos meses no se habían presenciado en situaciones de conflicto en el pasado. Es especialmente repugnante y odioso que se utilice a los menores de escudo humano o que se cuente con ellos para los combates. También resulta desolador que los niños sean objeto de asesinatos a sangre fría y torturas cuando son detenidos por las tropas leales a Al Assad. Las últimas matanzas del régimen sirio que han conmocionado al mundo dejaron la muerte de decenas de niños. Las imágenes de sus cuerpos sin vida o de los menores heridos han dado la vuelta al mundo y son de una dureza insoportable para cualquier ser humano con corazón.

En el terreno diplomático la comunidad internacional sigue dando palos de ciego y continúa sin ser capaz de frenar esta situación de violencia desatada que ha dejado más de 10.000 muertes en los últimos 15 meses, decenas de miles de desplazados y muchos heridos. Es una guerra civil, dicen ya abiertamente en la ONU, por lo que el país está ya en esa situación que se debería haber evitado a toda costa. Al margen de cuál sea el análisis concreto que se haga de la situación en Siria, es evidente que la comunidad internacional sigue sin actuar con la contundencia y la unidad necesaria para parar esta masacre. Siria se está desangrando y la comunidad internacional no logra ni siquiera poner gasas en las heridas para taponar la hemorragia.

La pelota sigue estando en el tejado de Rusia y China. Estos dos países protegen al régimen sirio y por lo tanto se están convirtiendo en corresponsables de lo que está ocurriendo. No aceptan condenas contra el gobierno sirio que está masacrando a su pueblo y siguen apuntándose a las versiones retorcidas y alocadas que hacen las autoridades del régimen de Al Assad sobre lo que ocurre en el país. Desde Estados Unidos se acusa a Rusia de abastecer de armas y material bélico a Siria. La presión internacional contra el gobierno de Putin debería ir en aumento. Las autoridades rusas no han aceptado hasta el momento jugar un papel en la búsqueda de soluciones al conflicto. Ellos son el principal sostén del régimen sirio, pero están ateponiendo sus intereses a los Derechos Humanos y a la necesidad de frenar esta terrible situación de violencia en Siria. Actúan con una bajeza de miras y con una frialdad carente de ética. Están siendo el principal apoyo de un alocado tirano que ordena asesinar y reprimir a su pueblo. No parece importales demasiado.

Cualquier solución dialogada al conflicto ha de contar con el visto bueno de China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Las intervenciones armadas deben tener sí de este órgano de la ONU, aunque supongo que los países comprometidos con la protección del pueblo sirio y con la necesidad de parar esta guerra estarán estudiando fórmulas para intenrar lograr el final de la violencia. El horizonte es muy negro y no se avecinan salidas. El régimen sirio no parará su huida hacia adelante y de él no se puede esperar absolutamente nada, el más mínimo compromiso de un plan de paz o la apertura de un proceso de diálogo. Y la comunidad internacional está con las manos atadas pordos sogas: Rusia y China. Estos dos países están jugando un macábro juego geopolítico cuando de lo que hablamos es de una emergencia humanitaria, de una masacre nausebaunda y de constantes violaciones de los Derechos Humanos. Alguien debe hacérselo ver a los gobiernos de Rusia y China, y con urgencia.

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