Reunión entre Rajoy y Rubalcaba

Esta tarde el presidente del gobierno recibe al líder de la oposición en La Moncloa. Ya de por sí es una buena noticia o, mejor dicho, un gesto de normalidad democrática. Lo que no es muy  sano es que la relación entre gobierno y oposición sea poco fluida. Cuanto más se vean las caras, mejor. Por lo tanto, el encuentro de esta tarde entre Rajoy y Rubalcaba es una buena noticia, de entrada, porque significará que el presidente del gobierno y el líder de la oposición se sentarán a hablar y podrán debatir sobre sus diferencias y poner en común sus propuestas y visiones sobre la situación española actual. Esto no quiere decir que se confundan los papeles ni que la oposición y el gobierno tengan que estar de acuerdo en todo, lo cual no sería especialmente sano para la democracia. Entre los dos grandes partidos debe hacer diferencias de criterios, y además claras, porque es lógico que así sea y porque uno ha de ser alternativa al otro. Pero hay asuntos de especial trascendencia, como la situación económica actual, que requieren de diálogo y, si es posible, de acuerdos.

No les faltan temas de los que hablar y lo extraño es que no se hayan reunido en tres meses. Esta cita es la segunda desde que comenzó la legislatura. Están los asuntos de Estado, que invitan a un diálogo fluido y a una comunicación cordial entre gobierno y oposición, pero también está la batalla meramente política y en ese sentido el gobierno ha intentado, o esa sensación ha dado al menos, minusvalorar al PSOE y mantenerle en la situación débil y poco relevante que le otorga su escaso número de diputados en el Congreso, mientras que los socialistas se debaten entre hacer una oposición dura contra el gobierno desde el primer momento o mostrar una cara más amable con la mano tendida. Están entre dos aguas. Quizás la reunión de esta tarde signifique que Rajoy se haya dado cuenta de que no le conviene tirar de mayoría absoluta para ningunear al resto de formaciones políticas, sobre todo al gran partido de la oposición, y tal vez Rubalcaba se replantea algunas posiciones del PSOE. Eso es lo menos probable, desde luego. Más bien parece que el presidente recibe a Rubalcaba porque, como dijo en el Congreso, "está bien hablar con ustedes", sin más. Y no sé si el líder de la oposición se quedará con la oposición constructiva  que predica o la dura que practica.

Antes de recibir al líder de la oposición, Rajoy se reunirá en Moncloa con Duran i Lleida. La relación entre el gobierno y CiU pasa por constantes altibajos, pero es entendible que Rajoy haga todo lo posible por intentar que sea lo mejor posible. En primer lugar, los nacionalistas catalanes siempre han tenido un peso específico notable en la política española. El PP se ha apoyado en ellos para no quedarse sólo en algunas medidas en el Congreso y es el partido con el que ha pactado más enmiendas a la reforma laboral, por poner un ejemplo cercano, pero es que además CiU gobierna en Cataluña gracias al apoyo del PP a sus dolorosas e impopulares medidas económicas. Esta tarde, por lo tanto, Rajoy recibe a dos representantes políticos de la oposición en La Moncloa para hablar de la situación política y económica actual. Bienvenido sea este cambio de actitud del presidente.

La renovación del Tribunal Constitucional es uno de los asuntos pendientes que abordarán Rajoy y Rubalcaba. Es inaceptable que los dos grandes partidos lleven tanto tiempo prolongando la renovación de este órgano judicial. Como ellos proponen a los magistrados, debe de ser que lo miden todo al milímetro para tener en el TC a personas afines que deban lealtad a quienes les han colocado ahí. No sé si habría otras formas de hacerlo, pero que la elección de los miembros de este órgano judicial quede en manos de los partidos políticos y estemos hablando continuamente de magistrados conservadores o progresistas es algo que me desagrada profundamente. Yo siempre creía que la justicia no era ni de derechas ni de izquierdas, pero eso fue antes de constatar que, como todo en este país, la justicia también se politiza y enseguida se etiqueta a este a quel juez como de aquí o de allá. Lamentable. A ver si se ponen de acuerdo o continúan estropeando todo lo que tocan, que es algo que cada vez pienso con más fuerza cuando veo en qué situación están todos los organismos o corporaciones en los que los políticos han metido la mano. El Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo también tendrán que ser renovados antes de junio.

Sobre la economía, Rubalcaba y Rajoy deberían intentar llegar a un acuerdo base sobre la posición de España en estos momentos ante la UE y la crisis actual. Sería un acuerdo de mínimos, puesto que tampoco es factible que de la noche a la mañana estén en la misma sintonía y defiendan conjuntamente las mismas recetas. Los dos están de acuerdo en pedir un papel más activo del BCE para que inyecte liquidez y los dos creen que el sector financiero español no necesitará ayuda exterior para sanearse. En cuanto a los eurobonos, Rubalcaba es de quienes defienden la medida de forma entusiasta mientras que Rajoy no la ha rechazado frontalmente, pero piensa que no es una necesidad imperiosa en estos momentos y que existen otra prioridades. Rubalcaba defiende que es necesario aplicar políticas de estímulo económico, pero Rajoy parece seguir en la línea de la austeridad. De todos modos, creo que sí hay posibilidad de un cierto acuerdo para tener un discurso de mínimos común. Sería una noticia positiva para España.

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