Los bancos malos

Hace ya un tiempo que empezamos a oír hablar de la creación de un banco malo en España. Quien puso nombre a esta idea no se dejó llevar por la fiebre eufemística que padecemos en nuestros días, donde nada es nombrado de forma clara. Porque un banco malo, según nos han contado, es exactamente eso: una sociedad donde arrinconar los activos malos, tóxicos, que tienen las entidades financieras. Al aislar esos activos, los bancos podrían volver a dar crédito. Se habló de eso en España hace unos meses, pero se descartó la idea. Ahora vuelve, aunque de forma poco concreta y nada clara. El jueves el ministro de Economía, Luis de Guindos, habló de la creación de sociedades para aislar los activos inmobiliarios peligrosos de los bancos. Sería, dijo el ministro, decicisión de cada entidad la creación de este "vehículo" que les ayudaría a sanear sus balances.

Todos los expertos coinciden en señalar al sistema financiero como cuestión capital del momento actual de la economía española. Mario Draghi, presidente del BCE, dijo en la reunión de este organismo en Barcelona que es prioritario buscar una solución para la banca. En eso coinciden todos los analistas. Los bancos siguen sin conceder créditos y el dinero no fluye a la economía real, no llega a las empresas y las familias. Las entidades financieras están con el cemento al cuello. Son la primera inmobiliaria del país. Dieron dinero a dos manos durante la burbuja inmobiliaria y, cuando ésta pinchó, se tuvieron que comer el marrón de hacerse con terrenos y pisos que ahora valen mucho menos de lo que se valoró en su día. Así, los bancos se han quedado con suelo y con inmuebles que han perdido gran parte de su valor. Ése es el meollo de la cuestión. Por eso se considera fundamental el peso de estos activos en las entidades financieras, porque es el obstáculo principal a su actividad fundamental: conceder créditos que ayuden a reactivar la economía.

La cantidad de dinero que suponen estos activos es desorbitante (se habla de 170.000 millones de euros). Los bancos van a tener que valorarlos a precio de mercado. Se apunta a la necesidad de quitarde se encima estos activos para poder salir adelante. Como si de un tumor se tratara, quieren extirparlos para poder curarse. Es la clave para sanear sus cuentas. Ayer presentó sus cuentas Banco Financiero y de Ahorros, matriz de Bankia, una de las entidades más señaladas y quizás una de las más contaminadas por estos activos, en las que el lastre del ladrillo sigue siendo notable, pues aunque lo ha reducido en 5.000 millones de euros, seguía siendo de 37.517 millones de euros a finales de 2011. Una locura.

Las dudas de los mercados sobre la economía española se centran estas últimas fechas en su sistema financiero. No todo el mundo tiene claro que la situación de las entidades bancarias se pueda resolver sin dinero público. Ayer el presidente del Santander, Emilio Botín, declaró que en España no es necesario crear un banco malo, y se mostró contrario a la medida. Las palabras del ministro De Guindos no fueron muy claras ni precisas, pero sí dijo al hablar de la creación de esas sociedades para aislar los activos tóxicos de las entidades financieras que se haría en días o en semanas, es decir, parece que habrá medidas en breve. Las sociedades en las que se aislarán esos activos serán voluntarias eindividuales, es decir, cada entidad decidirá si la crea o no. Los bancos tendrán que buscar un socio para esos vehículos. Ahí llega la gran pregunta, ¿serán socios privados o entrarán fondos públicos?

Estas entidades no serán en sentido estricto bancos, pues no se dedicarán al negocio bancario, sino que se crean precisamente para que los bancos sí puedan retomar su actividad y volver a hacer fluir el crédito. Las entidades financieras tendrían una participación minoritaria en esas sociedades. ¿Y el resto? Tendrían que buscar socios, pero parece un negocio poco atractivo y no creo que sobren pretendientes, más bien todo lo contrario. No sé quién va a querer entrar en un lugar creado, dicho de forma clara, con la basura que se quitan de encima otros. Parece por lo tanto poco probable que no haya ayudas públicas. Serían, según algunas informaciones, a través de avales, recursos que no generan déficit sino deuda. Otra duda es si se acudirá o no a fondos europeos, a través del fondo de rescate europeo. Hay muchas dudas, pero una certeza: será casi misión imposible crear estas sociedades (que el gobierno jamás llamará bancos malos) sin algún tipo de ayuda pública.


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