Brutal masacre en Siria

Imposible empezar el día con una noticia más trágica y desgarradora. Nos despertamos con la información de una brutal matanza en la ciudad siria de Hula que ha provocado al menos 92 muertos, entre ellos 32 niños. Las imágenes de los cuerpos sin vida de varios niñas y niñas son desoladoras, resulta imposible observarlas sin sentir horror. Son terribles, desgarradoras, están muy por encima de lo que un ser humano con corazón y con sentimientos puede soportar. Esta horrible masacre vuelve a poner de manifiesto la dramática situación en Siria. En teoría en aquel país rige un alto el fuego aceptado por las dos partes, pero claramente no se está respetando. La matanza de ayer es la más cruel y brutal demostración de hasta qué punto esto es así, pero ni un solo día ha pasado desde el 10 de abril en el que no hayamos tenido informaciones sobre actos de violencia y represión en Siria. Quiero pensar que la comunidad internacional no mira para otro lado, pero cada vez resulta más difícil defender esta postura o intentar comprender su forma de actuar ante esta imparable carnicería que un alocado tirano y sus secuaces están perpretando sin que nadie les ponga freno.

Como era de esperar hay versiones dispares sobre esta matanza. Lo más importante, lo que no va a cambiar sea quien sea el autor de la masacre, es que al menos 92 personas han perdido la vida y que 32 niños y niñas han sido brutalmente exterminados, aniquilados. Este repugnante, odioso e intolerable ataque contra la población civil, contra personas inocentes no puede quedar impune. Ni este ni todos los demás. No se puede seguir actuando de forma pausada o cuatelosa. Basta ya. Lo he escrito varias veces cuando me he referido a Siria en este blog: los tiempos de la diplomacia no coinciden con la urgencia real de la población civil siria. Mientras debatimos, enviamos observadores para constatar el cumplimiento de un alto el fuego que no se está cumpliendo, es obvio y se percibe a distancia, en Siria están cayendo a decenas cada día hombres, mujeres y niños inocentes que no pueden comprender este odio, esta violencia y esta brutalidad inhumana que, además, el mundo no es capaz de parar.

La ONU ha confirmado esta masacre que, como digo, ha despertado varias versiones contrapuestas, dos fundamentalmente. El régimen sirio dice que es culpa de terroristas, su comodín preferido para escurrir el bulto como si ellos fueron unos santos varones que nunca han hecho nada malo para sus conciudadanos, mientras que los opositores culpan a las autoridades sirias y aseguran que las víctimas fueron masacradas en una manifestación contra el régimen sirio. Algunos murieron por los bombardeos del ejército de Al Asad y otros fueron directamente ejecutados de forma sumaria  por los secuaces del régimen, según denuncia el Observatorio Sirio de los Derehcos Humanos. El régimen sirio no ha dejado de violar los derechos fundamentales de los ciudadanos, empezando por el derecho a la vida. La tragedia de Hula es la más grave de cuantas han cometido desde que comenzó el alto el fuego.

No entraré a debatir estas versiones contrapuestas. Sinceramente no me entra en la cabeza que nadie pueda masacrar a casi cien ciudadanos civiles, entre ellos 32 niños, por lo que soy completamente incapaz de ponerme a valorar una versión u otra. Ahora bien, no tengo muchas dudas sobre que el régimen sirio, que ya dado muestras sobradas de lo poco que le importa la vida de sus ciudadanos, de hasta dónde está dispuesto a llegar en su huida hacia adelante y de lo inhumano y repugnante de su comportamiento. En muchas otras ocasiones anteriores ha masacrado a la población civil y no hay ningún motivo para pensar que los grupos terroristas de los que hablan los propaganistas del régimen o los opositores que están luchando por la libertad del pueblo sirio estén detrás de esta matanza. Parece evidente que son las tropas del tirano las que han cometido esta masacre. Al Asad debería ser juzgado ante los tribunales internacionales y con él todos los que están violando repetidamente los Derechos Humanos y asesinando sin piedad a la población a la que dicen querer y por cuyos intereses dicen velar.

No sé si esta masacre marcará un punto de inflexión en la acción de la comunidad internacional, ojalá así sea. No diré eso tan terrible de que espero que estas muertes hayan servido al menos para que se ponga final a esta locura y se ataque definitivamente a Al Asad y los suyos para acabar con esta pesadilla, porque aprendí hace mucho que de nada puede servir una muerte, mucho menos la muerte de un niño que está empezando a vivir o de personas inocentes que han muerto por culpa de la sinrazón de un dictador odioso y la gentuza que le rodea. Las muertes no sirven para nada más que para provocar dolor y sufrimiento, para desgarrar aún más a un pueblo y para que el ser humano vuelve a apreciar una vez más hasta qué punto es capaz su especie de causar daño y actuar de forma brutal y salvaje. Por lo que no diré que espero que las muertes sirvan al menos para que se actúe con más contundencia contra Al Asad. Sí espero que no se vuelva a repetir algo como lo ocurrido en Hula y por ello confío en que la comunidad internacional responda con contundencia y celeridad ante esa sangría que debemos frenar con urgencia.

Robert Mood, jefe de la misión internacional encargada de verificar el alto el fuego, ha explicado lo que vieron los observadores de la ONU en el país que se han desplazado a la ciudad de Hula: "Es una brutal tragedia". Los obervadores "han contado los cadáveres de 32 niños menores de 10 años y más de 60 adultos muertos". Kofi Annan viajará a Siria y ya ha declarado que esta masacre es una violación terrible del derecho internacional y de los compromisos del gobierno sirio con el plan de paz. El gobierno de Estados Unidos ha condenado lo ocurrido calificando la actuación del gobierno sirio en respuesta a manifestantes pacíficos "de una brutalidad indescriptible e inhumana". Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, ha dicho ya que su país coordinará a la comunidad internacional para intensificar la presión sobre el presidente sirio ante esta "atrocidad". El ministro de Exteriores del Reino Unido ha condenado los hechos y ha anunciado que pedirá una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el ministro de Exteriores francés ha repudidado la masacre y ha llamado a una nueva reunión de los Amigos de Siria.

Más de 10.000 personas han muerto en Siria desde el comienzo de las revueltas según datos de la ONU y hay más 70.000 desplazados por los enfrentamientos según ACNUR. Es una tragedia ante la que el mundo no puede permanecer impasible. La comunidad internacional debe responder de forma contundente, debe auxiliar al pueblo sirio estudiando todas las acciones posibles, absolutamente todas, para frenar esta sangría y llevar a Al Asad y sus secuaces ante los tribunales internacionales o a otro sitio donde nos dejen en paz y no puedan provocar más muerte y destrucción.



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