Bronco debate en el Congreso

El debate de las enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado que se vivió ayer y terminará hoy ha sido quizás el más bronco y duro de cuantos se han celebrado en lo que va de legislatura. Como decíamos ayer, el ministro Montoro no dudó en atacar directamente al PSOE y en hablar una y mil veces de la herencia recibida y del engaño del anterior gobierno respecto a la cifra del déficit. La intervenión del líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, no fue menos dura. Es más, fue una intervención durísima. Este pleno es importante también porque, salvo sorpresa, el gobierno no va a lograr el apoyo de ningún partido de la oposición. Montoro no dudó en rogar desde la tribuna del Congreso a Duran i Lleida que CiU apoye las cuentas en una escena mil veces vista, pero no está claro que los nacionalistas catalanes vayan a retirar su enmienda y apoyar el proyecto del gobierno.

Rubalcaba criticó los recortes en Sanidad y Educación y atacó duramente al gobierno. Dijo que es falso que el gobierno anterior haya engañado sobre la cifra del déficit. No es una posición cómoda, intuyo, la del secretario general del PSOE en este asunto. Es cierto que la mayor parte del desvío del défivit proviene de las Comunidades Autónomas, que escapan por tanto al control del gobierno central, pero no es menos cierto que el gobierno se ha de hacer responsable de la cifra de déficit del conjunto del Estado y que hasta los últimos días al frente del ejecutivo (y más allá) Elena Salgado y otros dirigentes del anterior gobierno defendieron que se iba a cumplir el compromiso de déficit. Naturalmente, una desviación de más de dos puntos parece excesiva y algún fallo cometería el gobierno socialista para patinar de un modo tan evidente. El líder de la oposición está dispuesto a intentar evitar que el gobierno siga hablando de herencia recibida, y es de agradecer. No parece que tenga el ejecutivo mucha intención de dejar de emplear ese argumento, pero sería bueno que así fuera.

Rubalcaba dijo que el gobierno es el responsable de los recortes y de las medidas que está tomando. Que son su decisión. Eso es cierto, pero no podemos obviar que, acertadas o no, esas medidas han llegado en un contexto determinado y en respuesta a una situación concreta de la economía española. Y en esa situación algo tendrá que ver quien gobernó los últimos siete años. En todo caso, espero que dejemos pronto atrás este bucle perverso e inútil que estamos viendo en cada pleno en el Congreso. Cuando el PSOE critica alguna medida del gobierno, les falta tiempo a los miembros del ejecutivo para utilizar los dos argumentos mágicos: por qué no lo hicieron ustedes cuando estaban en el gobierno y, sobre todo este último, si tenemos que tomar estas medidas es porque ustedes no hicieron los deberes y dejaron el país en un estado desastroso. Y así estamos. Entre medias, claro, los ciudadaos. Los que no olvidamos quién empezó la senda de los recortes y los que estamos bastantes cansados de la situación actual y de ver, encima, estos broncos y en ocasiones infantiles e inútiles debates.

Rubalcaba llegó a acusar al gobierno de xenofobia, cuando criticó su reforma en el ámbito sanitario que dejará sin prestación médica a los inmigrantes en situación irregular. Es grueso el calificativo, y tal vez innecesario, pero lo importante es lo que está en el fondo de esta medida del gobierno: la desprotección en la que quedarán muchas personas. No sé si es racismo o no, pero sí pienso que es algo profundamente injusto e insolidario. Forma parte de esa hipocresía con la inmigración que tanta gente practica con esas personas que trabajan sin contrato y en pésimas condiciones como mano de obra del españolito de turno de las que quieren extraer el jugo y explotarles sin que puedan tener ningún derecho. La ceremonica de confusión del gobierno sobre esta reforma es también triste. No paran de hablar de turismo sanitario. No dudo que eso exista y que se deba combatir, pero son cosas distintas. Estamos de hablando de las personas sin papeles que viven en España y se verán en una delicadísima situación que no hace sino poner de manifiesto un gobierno poco solidario e insensible a las dificultades de esas personas. Que no son ni ilegales ni sin papeles. Son personas. Igual que todos y cada uno de nosotros. No se trata de hacer un discurso demagógico y de brocha gorda que acuse al gobierno de racismo, sino de denunciar un injusto y dañino cambio legal en la asistencia sanitaria a los inmigrantes irregulares.

El líder de la oposición también le echó en cara a Montoro que las medidas del gobierno generan desconfianza. El ministro de Hacienda le respondió, como era esperable, que quien genera desconfianza es el propio Rubalcaba poniendo en duda las medidas del gobierno de España y actuando de forma irresponsable. No sólo el PSOE atacó los presupuestos. De hecho hay 10 enmiendas a la totalidad del proyecto. Duran i Lleida pidió, básicamente, más dinero para Cataluña. A mí personalmente se me hace difícil en estas ocasiones ver en el portavoz nacionalista a ese político responsable y sensato que sí percibo en otros momentos. Lo que vi ayer fue a alguien pedigüeño, sin más. IU y el resto de grupos de izquierdas también atacaron al gobierno. Se vivieron momentos de tensión también en la intervención de Rosa Díez, portavoz de UPyD, que acusó al gobierno de no tener una visión de país. En resumen, el gobierno se ha visto por primera vez solo, todo lo solo que se puede ver en el Congreso quien tiene mayoría absoluta. Otra lectura posible de lo visto en este pleno es que nadie quiere ser corresponsable de estas dolorsas e impopulares medidas. La cuestión sería ver si la postura defendida ayer por todos y cada uno de los políticos responde a sus principios y valores o a que ocupan un puesto en la oposición y no en el gobierno. Pienso en CiU, que ha hecho severos recortes en Cataluña, y pienso en el PSOE, que hizo recortes en sus últimos tiempos al frente del gobierno central.


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