Santorum recobra fuerzas

La carrera republicana hacia la Casa Blanca se está poniendo más interesante cada día que pasa. Mitt Romney conserva el favoritismo, pero ayer fue un día gris para él y ciertamente bueno para Rick Santorum, a quien todo el mundo (menos los que le han votado y su equipo, se entiende) daba por muerto. Ha ganado en las primarias de Misuri, Minnesota y Colorado. Es cierto que las primarias de Misuri, donde dobló en apoyos a Romney, no eran vinculantes, pero la triple victoria de ayer le da muchas fuerzas y le pone más atractivo si cabe al proceso para elegir al candidato republicano en las presidenciales. Tanto en ese Estado como en Minnesota, la victoria de Santorum ha sido contundente, mientras que en Colorado la distancia entre ambos es sólo de 500 votos a favor de Santorum. Los resultados de Romney han sido bastante modestos y a eso se suma que Santorum, candidato muy conservador, revive y, como se diría en fútbol, se mete en el partido.

Gingrich también estará preocupado, ya que hasta ayer él era el abanderado del sector más conservador del partido, pero ahora ve cómo Santorum, que a conservador no le gana nadie, vuelve a contar en la carrera. El resultado de ayer es simbólico, pero sirve para que Santorum recobre fuerzas, para que Romney sea consciente de que esto no está ganado y para que Gingrich no tengan tan claro que él representa al sector conservador del Partido Republicano. El vencedor de las primarias de ayer es católico y se opone rotundamente al aborto, la píldora del día después y el matrimonio gay. Ayer dejó claro que su victoria es la del Tea Party, intentando así atraer hacia sí el apoyo de este grupo ultraconservador. Se le considera como uno de los políticos norteamericanos más a la derecha. Nuevamente los republicanos deberían preguntarse si este perfil de candidato es el que haría más daño a Obama en las elecciones de noviembre o si sería mejor alguien más moderado que pudiera conseguir pescar votos en el centro político.

Santorum se reivindió con la triple victoria de ayer y los triunfos le darán más fuerza para lo que queda de carrer. Ahora se entra en una fase de poca actividad y la cita más importante, el Supermartes (6 de marzo) será decisiva con el voto de diez Estados. El vencedor de anoche dijo que no quiere ser la alternativa conservadora a Romney, sino la alternativa conservadora a Barak Obama. Aún así, recordó que Romney tiene las mismas opiciones en materias como la reforma sanitaria, el medio-ambiente o el rescate a Wall Street que el presidente. Romney también optó por centrar sus ataques en Obama, procurando dar esa imagen presidencialista que ha adoptado desde hace tiempo en busca de reforzar la idea de que él sería el candidato más duro para el presidente en las elecciones. El traspiés de ayer es una contrariedad para Romney, pero más que reducir sus posibilidades de ser elegido candidato lo que hace es darle un aviso de que el camino seguirá siendo largo y complicado, que no ha acabado la carrera y que hasta que no se cruza la línea de meta no se puede cantar victoria.

Los Estados que votaban ayer no eran muy representativos y en algún caso ni siquiera las primarias eran vinculantes, por lo que al equipo de Romney no le costará mucho poner las cosas en su sitio y ponderar debidamente lo ocurrido. Sin embargo, la contundencia de las victorias en dos de esos tres Estados servirán para que Santorum se venga arriba y vuelva a creer en sus opciones como abanderado de los conservadores del partido frente a Romney, que sigue pareciendo demasiado conservador o centrista a ojos de algunos votantes republicanos. Lo ocurrido ayer no será decisivo ni trascendental, pero sirve para no descartar a Santorum que, si bien no tiene las mismas opciones que Romney, sí se sitúa a a altura de Gingrich y en disposición de disputarle el voto conservador del partido.

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