Cumbre internacional sobre el futuro de Siria

Hoy se celebra en Túnez una cumbre en Túnez a la que acudirán más de 7o países. Bajo el nombre de reunión de los "Amigos de Siria" se buscará una salida a la gravísima situación que se vive en aquel país. A la cumbre no asistirá Rusia, que sigue anteponiendo sus intereses a los derechos humanos, pero sí China, aunque poco se espera de ellos. Quizás depositar muchas esperanzas en esta cumbre sea un exceso de optimismo, pero hay que agarrarse a algo porque Siria se está desangrando y el mundo no puede permanecer impasible ante tanta brutalidad. Con demasiada lentitud (porque es lenta una actuación incapaz de frenar en seco una espiral de violencia como esta), la comunidad internacional está intentando actuar ante el horror que llega cada día desde aquel país. Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, ha declarado que se buscará con esta cumbre "un nuevo marco de acción para presionar al régimen sirio" e intentar evitar el bloque de algunos países a la acción de la comunidad internacional contra el régimen sirio.

La política estadounidense también aseguró ayer que los rebeldes se armarán y que "habrá fuerzas opositorias cada vez con más capacidad". Se debate estos días la conveniencia de enviar tropas a quienes se están enfrentando a Al Asad y Clinton no duda de que, de un modo u otro, la oposición encontrará los medios para inicar acciones ofensicas. Cree que se se llegará a un punto crítico en el que las tropas contrarias al tirano se armarán. La cumbre de hoy debería servir para que el mundo hablara con claridad y para que le llegara a Al Asad el mensaje de que se acabó eso de mirar para otro lado y de no intervenir decididamente para acabar con su tiranía que está acabando con la vida de decenas de personas cada día. Sólo ayer murieron 100. Es insostenible esta situación. Lo he escrito varias veces, pero no por repetido u obvio deja de ser importante reseñarlo: retrasar una solución, una acción decidida contra el régimen sirio no supone que pasen unos días en los que la ciudadanía de aquel país lo pase mal o tenga que estar encerrada con miedo en sus casos, es mucho peor, pues cada día que pasa sin cambios se traduce en decenas de muertos y hay que frenar la hemorragia de forma inmediata.

El papel de Rusia y China en este conflicto es determinante. Por sus intereses en la zona y por una mera cuestión comercial y política están obstaculizando cualquier respuesta firme de la comunidad internacional contra su amigo Al Asad. Estos dos países son cómplices de la masacre que está provocando el dictador en Siria, pero no parece importarles mucho. Rusia y China han buscado excusas para mantener su postura y la mejor que han encontrado es defender el referéndum constitucional convocado por el régimen sirio del próximo día 26 y las elecciones legislativas posteriores. O sea, defienden que Al Asad pueda seguir en el poder sin esfuerzo alguno. Le basta con manipular esas elecciones como viene haciendo durante décadas. ¿O es que alguien piensa que un dictador que ordena disparar a matar contra mujeres y niños y que lleva 21 días bombardeando una ciudad llena de compatriotas va a velar por unas elecciones libres? ¿Alguien cree que la salida al conflicto sirio puede pasar por Al Asad?

Es lamentable la actitud que están manteniendo Rusia y China. Lo ocurrido en Naciones Unidas lo refleja con nitidez. Los dos vetaron una resolución de condena del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que lo único que les quedó al resto de países fue aprobar una resolución en la Asamblea Genera, pero las decisiones de este órgano no son vinculantes, por lo que no pasan de buenas intenciones escritas en un papel que se lleva el viento. La ONU ha nombrado a Kofi Annan como enviado especial para el conflicto en Siria. El Premio Nobel de la Paz y ex secretario general de Naciones Unidas se encargará de hablar con todos los interlocutores para intentar frenar las violaciones constantes a los derechos humanos y detener la violencia. Complicada misión la que tendrá que hacer frente Kofi Annan. Su nombramiento, a propuesta de la Liga Árabe, es un gesto del organismo para demostrar su compromiso con el final de la violencia en Siria y un esfuerzo más por mostrar determinación y firmeza a pesar de que las posturas defendidas por Rusia y China se lo pongan extremadamente difícil.

Un informe de la ONU sobre Siria conocido ayer denunciaba crímenes de guerra por ambos bandos, aunque se señala en todo momento que no son comparables y no están en la misma escala los ordenados por Al Asad, que responden a una política de Estado, que los cometidos por el Ejército Sirio Libre (ESL), las tropas de los opositores. En cualquier caso, la situación en el país es crítica. Al menos 787 civiles murieron en las dos primeras semanas de febrero según recoge este informe. En él se habla de disparos indiscriminados contra civiles y de torturas a opositores heridos en hospitales. El informe también cuenta las torturas y ejecuciones de leales a Al Asad por parte del ESL. Estos datos son una evidencia más de que Siria se está desangrando y no podemos asistir a esta tragedia con los brazos cruzados. A Rusia y China les juzgará la Historia y, si no es así, al menos sí tendremos todos claro a qué altura queda su ética y cuán importante es para ellos proteger los derechos humanos (lo cual tampoco sorpreden mucho si vemos la situación interna en esos dos países). Pero a pesar de sus constantes obstrucciones el mundo debe responder a esta masacre.Hay que intentar que Al Asad y sus secuaces respondan ante la justicia por todos los crímenes que han cometido y que Siria avance hacia una democracia y un un nuevo futuro con libertad y paz. Ojalá la cumbre de hoy en Túnez suponga un antes y un después en esta trágica situación.

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