Triunfo de Romney en New Hampshire

Los candidatos republicanos a disputarle la presidencia de Estados Unidos a Barack Obama tenían ayer una cita importante en su carrera hacia las presidenciales de noviembre. En New Hampshire se celebraban las primeras primarias abiertas y era importante saber si Mitt Romney, vencedor por un escasísimo margen de los caucus de Iowa, confirmaba su favoritismo en las encuestas y volvía a ser el más votado. Todos los expertos coincidían en que Romney necesitaba una victoria holgada para confirmarse como el rival a batir entre los candidatos republicanos en esta carrera. Pues bien, el candidato moderado logró la victoria en New Hampshire según se desprende de los datos conocidos con un 92% de los votos escrutados. Romney obtuvo el 39% de los votos. Tan importante como saber quién era el primero en estas primarias era saber cuál de las otras opciones se alzaba con la segunda plaza. Ron Paul, con el 23% de los votos y Jon Huntsman, con el 17%, han seguido a Romney.
A falta de conocer los datos definitivos, lo cierto es que es una ventaja amplia, pero los analistas consideran que no suficiente como para frenar la carrera de primarias o como para adjudicar prácticamente la candidatura a Romney. Pocos precandidatos habían logrado antes vencer en las dos primeras citas de las primarias y, si bien es verdad que queda mucho por delante, cualquiera de los otros aspirantes desearía cambiarse por él. Está en una situación de clara ventaja. Si esto fuera un gran premio de Fórmula 1 no habrá ganado la carrera, pero partiría desde la pole y miraría por el retrovisor al resto de pilotos. Si después de los caucus de Iowa los debates republicanos se convirtieron en un todos contra Romney, esta tendencia se acentuará aún más. Ya nadie duda que es él quien parte con más ventaja y quien está en mejor situación en la carrera hacia las elecciones presidenciales.
La victoria de Romney en New Hampshire era esperada por todos. Las encuestas señalaban que sí sería y la lógica también, ya que es un Estado más bien moderado y próximo geográficamente a Massachusetts, donde fue gobernador, por lo que partía como gran favorito. Ha logrado vencer y da así un paso adelante importante. Su candidatura es además la que cuenta con mayor presupuesto para continuar en este largo (y caro) proceso de primarias con garantías. Sigue despertando recelos en la parte más conservadora del partido, pero todos los republicanos que no se reconocen en él porque creen que es demasiado moderado pueden empezar a buscar puntos de unión no sea que se vean haciendo en pocos meses campaña por Romney. Aún más moderado que él es otro candidato, Huntsman, que se lo jugó casi todo a una carta, las primarias de ayer, y que no se presentó a los caucus de Iowa. Ha logrado un buen resultado al ser el tercero más votado, pero parece algo peor de lo esperado y, desde luego, está por debajo de lo requerido para ser tenido en cuenta como una seria amenaza a Romney.
Paul, quizás el candidato más peculiar de todos, ha sido segundo y ha vuelto a demostrar con este resultado que su discurso contra el excesivo poder del Estado y sus tesis algo variopintas tienen buena acogida en una parte importante del electorado. Los dos grandes perdedores de la noche han sido Newt Gingrich, que se ha tenido que conformar con el 9,4% de los apoyos, y Rick Santorum, que pasa de la segunda plaza a sólo ocho votos del primero en los caucus de Iowa a un 9,3% de votos. Sus bajos resultados se explican en que sus discursos son demasiado conservadores para este Estado, por lo que ambos podrían seguir siendo la alternativa más conservadora, más a la derecha del partido a la opción algo más moderada de Romney. El día 21 se celebrarán las primarias en Carolina del sur y allí pueden tener más acogida. Paul, como digo, es algo más difícil de calificar. Despierta al tiempo simpatías en un sector de los votantes y receles entre algunos pesos pesados del Partido Republicano. La cosa está, pues, entre un candidato que es visto como un moderado con opciones de plantar cara a Obama, un libertario y un par de candidatos que pugnan por ver quién es más puramente conservador.
La cita de Carolina del Sur se presenta como clave por varias razones. En lo que respecta a Romney, será la primera ocasión que tendrá para medir su verdedero poder frente a un electorado conservador que no ve con buenos ojos su moderación. En cuanto al resto de candidatos, veremos si Paul sigue estando ahí y si los dos más conservadores logran aglutinar el apoyo de este sector de los votantes para debilitar la posición de liderazgo que en estos momentos tiene Romney. El centrismo puede no ser el único enemigo de Romney. Además de que muchos piensan que es un moderado, algo bastante mal visto en ciertos sectores del partido como el Tea Party, hay bastantes dudas sobre su programa económico. Su pasado al frente la firma de inversiones Bain Capital, en el que compró empresar en quiebra para reestructurarlas y volverlas a vender, y lo poco convincente que para muchos es su programa económico pueden jugar también su contra. Ni qué decir tiene que la economía será crucial en estas elecciones y si hay dudas sobre sus proyectos en este campo (The Wall Street Journal cree que su programa económico está por detrás del de Santorum o Gringich) puede pasar apuros tanto en las primarias como en las posteriores presidenciales frente a Obama.

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