Felipe González apoya a Rubalcaba

El PSOE entra en la recta final de la campaña previa al Congreso federal de Sevilla en el que los delegados del partido elegirán al nuevo secretario general. Alfredo Pérez Rubalcaba por un lado y Carme Chacón por el otro. Los dos hicieron ayer una campaña idéntica en cuanto a los lugares elegidos para dar sus mítines. Por la mañana en Madrid, por la tarde en Barcelona. Rubalcaba insiste machaconamente en que su candidatura une a todas las generaciones de los socialistas, pero ayer quien le acompañó en el acto de campaña no fue un joven miembro del PSOE sino el ex presidente del gobierno Felipe González. Durante la campaña electoral ya le había mostrado su apoyo, pero entonces consistía en intentar salvar los muebles frente al PP y lograr al menos una derrota decorosa, algo que Rubalcaba quedó muy lejos de lograr con esos 110 diputados que tienen los socialistas en el Congreso, récord negativo en mucho tiempo para ellos. Entonces consistía en atacar al PP, pero ahora González entra en una campaña interna para ponerse a favor de Rubalcaba y no al lado de Chacón, a la que tiene mucho cariño según él mismo dijo ayer y en muchas otras ocasiones.

Creo que es muy positivo y enriquecedor que las personas que han ocupado importantes responsabilidades en el pasado ofrezcan su sabiduría y experiencia en favor de su partido (lo ideal sería que lo prestaran en favor de su país, pero no entraremos en cuestiones menores). Ahí está el ejemplo de Estados Unidos, donde se respeta mucho a los ex presidentes y generalmente se cuenta con ellos para diferentes actos de representación en el extranjero o para asesorar puntualmente a los gobernantes. Aquí los ex presidentes se resisten a marcharse. Pudiendo adoptar una postura de personas cabales, distanciada de la batalla política más irracional y carente de argumentos, esa figura de personas que reflexionan y oferecen moderación y calma, en resumen, pudiendo dar ejemplo de lo que es ser un hombre de Estado; hacen todo lo contrario. Aznar gusta mucho de soltar titulares y ago similar le pasa a González. Es una lástima que sean jarrones chinos, tal vez si empezaran por tener otra actitud se les vería distinto.

El caso es que González sigue siendo un referente para mucha gente dentro del PSOE y Rubalcaba cree que su apoyo le dará fuerza de cara al Congreso. Puede que así sea. Yo creo que González puede ser un buen consejero, pero su tiempo político ha pasado. Creo que Rubalcaba es un gran político, pero la foto de ayer con González confirma que no puede representar el cambio que tanto proclama su candidatura. ¿Los mismos que representaban el cambio en los años ochenta van a representarlo en 2012? No es una cuestión generacional, es más, estoy en contra de que se descarte a gente capaz y válida porque tengan una edad, ya que donde algunos ven años y canas se debería ver experiencia y profesionalidad. Pero si e PSOE quiere cambiar de verdad y ofrecer una imagen realmente distinta no puede poner al frente del partido a alguien que lleva décadas manejando mucho poder en el partido. Por varias razones. Porque siempre es bueno dejar paso a nuevas ideas y nuevas formas de hacer política, porque fracasó estrepitosamente en las pasadas elecciones y también porque al final se daría la imagen de que en el PSOE siguen mandando los mismos poderes que hace décadas y que el aparato del partido se resiste a un cambio auténtico.

Rubalcaba debe de pensar que él es la mejor opción para el partido. Hay quien le desacredita diciendo que el único motivo por el que está ahí es porque quiere seguir mandando, teniendo poder y moviendo los hilos. Puede que haya algo de eso, pero no tenía ninguna necesidad de partirse la cara el 20 de noviembre. Ahí está Chacón con su movimiento táctico antes de las elecciones. Ella también perdió las generales, pero menos. El PSOE necesitaba ideas nuevas de verdad. Y eso tiene que pasar necesariamente por un cambio de caras, de políticas y de actitudes. Muchos de sus votantes (y cuando digo muchos digo los millones de votantes que dejaron de apoyarles el 20 de noviembre) dejaron de sentirse identificados y representados por ese partido. La pregunta que debe hacerse el PSOE es si alguna de las dos candidaturas será capaz de atraer de nuevo la confianza de sus simpatizantes. Si en 2011 no votaron a Rubalcaba, que era el cabeza de lista, ¿por qué piensan que dentro de cuatro años sí le votarán? ¿Por qué creen que será un buen líder si ha sido incapaz de asumir su responsabilidad en la derrota?

Al margen de quien lidere al PSOE, lo que tiene que hacer el partido es buscar la unidad y abrir de una vez por todas ese debate de ideas y proyectos que llevan posponiendo mucho tiempo. La campaña de Chacón y Rubalcaba ha sido un tiempo perdido para el PSOE. ¿Alguien me puede decir alguna propuesta concreta de uno de los dos candidatos? El partido no necesita ahora palabrería, que de eso todos están ya bastante hartos. Los mensajes clásicos de la izquierda atacanda a la diabólica derecha tampoco serán suficientes. Parece mentira que Rubalcaba no haya escarmentado después de tirarse toda la campaña de las generales agitando el miedo a la llegada del PP al poder. Lo cierto es que el PP logró la mayoría absoluta ¿Eso no debería cambiar algo su discurso? Digo yo que si un gran número de ciudadanos ha hecho oídos sordos a esos fantasmas provenientes de la derecha y si muchos votantes clásicos de la izquierda han ido a otras opciones realmente de izquierdas se debería reflexionar algo sobre qué ha pasado. En los dos lados han sobrado actos de "sé que lo hay que hacer en el partido, sé lo que el partido necesita, vamos a cambiarlo todo, vamos a volver a ser alternativa" y han faltado explicaciones de sus planes, debates serios y, sobre todo, autocrítica.

Felipe González apoyó a Rubalcaba de forma clara y decidida porque piensa que es lo mejor para el PSOE en estos momentos. No me extraña que así sea. Lleva tantos años viéndole manejar esto o lo otro en el partido que debe de conocerle muy bien. El problema es que lo que valía en 1982 puede que no valga tres décadas después. No deberían tener miedo a abrirse a nuevas ideas, a nueva gente y a nuevos proyectos. González y Rubalcaba se resisten a reconocer que su tiempo ya pasó. Puede que Rubalcaba y su candidatura nostálgica ganen el Congreso. Y hasta puede que hagan las cosas bien y logren volver a atraer la confianza de muchos votantes, pero el PSOE habrá perdido una oportunidad de oro para renovarse de verdad. Aunque Rubalcaba y González no puedan ni concebirlo, nadie es imprescindible y el partido podría funcionar sin ellos ni nadie del aparato moviendo los hilos, para variar.

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