El Asad se niega a ceder el poder en Siria

El pasado viernes charlé con Mouyahed Akel, responsable de comunicación de la Asociación de Apoyo al Pueblo Sirio, sobre la situación en este país. En la entrevista nos contó cosas muy interesantes y ayudó mucho su argumentación a entender lo que está pasando allí y cómo es el régimen autoritario al que se aferra El Asad. En esta charla, Mouyahed nos contó las tortura generalizadas y la terrible represión que sufren los ciudadanos sirios que se manifiestan contra el régimen. También aseguró que el régimen tiene un sistema policial de control de comunicaciones y que resulta imposible organizarse de algún modo para combatir al régimen en el interior sin riesgo serio de perder la vida. Las últimas noticias sobre Siria, conocidas hoy, hablan de un dictador que se niega a ceder poder. Los ministros de Exteriores de los países miembros de la Liga Árabe acordaron ayer pedir a El Asad que abandone el cargo y ceda el poder a su vicepresidente, para que éste coordine una próxima convocatoria de elecciones libres.

El régimen sirio considera que esta petición de la Liga Árabe es una injerencia en asuntos internos que, por supuesto, no aceptarán. En la entrevista del pasado viernes, Mouyahed Akel nos recordó un terrible caso que pudo ser la gota que colmó el vaso de la paciencia de los ciudadanos sirios que veían cómo en otros países árabes el pueblo rompía al fin su silencio. Un niño escribió en la pizarra de su colegio un lema de los que cantaban los manifestantes de esos países. Las autoridades sirias le detuvieron y torturaron y, cuando los padres fueron a la cárcel a por su hijo, les echaron de mala manera. El espeluznante caso de este niño refleja claramente que la brutalidad del régimen sirio no conoce límites de ningún tipo. También son tristemente habituales los casos de torturas para reprimir las protestas o simplemente acallar a los que osan decir que esta o aquella medida no es adecuada.

En Siria llevan décadas bajo esta tiranía que, desde 1970, lleva el apellido Asad, ya que el actual dirigente sirio es hijo del anterior, igualmente totalitario. Mouyahed Akel nos contó que esta familia y su grupito de confianza se han adueñado de todo el país y controlan la gran mayoría de los recursos económicos y de todo tipo. Fue muy crítico con la comunidad internacional y, sinceramente, es muy comprensible que así sea. La ONU no ha actuado con toda la contundencia que requería el caso. Él rechazó una posible intervención militar, ya que lo que buscan evitar es precisamente más muertes y más sufrimiento para el pueblo, pero consideró que la comunidad internacional no ha estado a la altura. También sembró cirtas dudas sobre los observadores internacionales enviados a Siria por la Liga Árabe. Asegura que son muy pocos y que sólo van donde el régimen les lleva. Nos contó que las autoridades llegaron a esconder presos o cambiarles de sitio en las cárceles para intentar demostrar que todo es mucho menos odioso y repugnante que lo que es en realidad. La Liga Árabe, por cierto, también decidió ayer aumentar el número de observadores enviados a Siria y dotarles de más recursos.

El sábado, sin ir más lejos, murieron según denuncia la oposición, 59 personas en Siria. Es una sangría que hay que frenar de forma inmediata y urgente. No pasa un solo día sin que la situación empeore un poco más. Nuevamente le corresponde a la comunidad internacional actuar de forma más decidida y con más compromiso y valentía. Sé que no es fácil y también sé que las posturas de países como Rusia o Irán no ayudan para nada en este caso. Por muy complicado que sea, hay que actuar y cada día que pase no sólo será un día más de falta de libertades, de falta de democracia y de injusticias, sino que serán decenas de ciudadanos muertos en su lucha por cambiar las cosas en su país. No podemos quedarnos parados, mirar para otro lado o andar en otros líos cuando en Siria están muriendo inocentes ante la pasividad del mundo.

La entrevista del viernes pasado me pareció muy interesante por lo que nos contó Mouyahed Akel. Preguntado sobre el avance del islamismo en los países de la primavera árabe, él nos dijo que no querían cambiar un poder por otro, un régimen autoritario por otro, sino que sólo aspiran a una democracia en la que gobierne quien desee el pueblo con su voto. Siria sigue desangrándose y sigue siendo un lugar en el que todos debemos fijar nuestra atención. La imagen de un pueblo luchando por su libertad y por desalojar a un odioso tirano sigue siendo igual de potente que lo fue en Egipto y en el resto de países árabes. Sí, ahora se abren nuevas dudas e incertidumbres, nuevos temores en esos países, pero no olvidemos nunca que el pueblo de todos esos países ha dado un ejemplo al mundo y que se merecen la libertad y los derechos por los que tantas personas han dado su vida.

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