Muere el dictador norcoreano Kim Jong- Il
Corea del Norte es el país más hermético del mundo. Su aislamiento del resto del mundo es total y gran parte de las noticias que proceden de allí están rodeadas de cierto misterio y secretismo. El pasado sábado falleció el dictador Kim Jong-Il. Su muerte fue hecha pública la madrugada del lunes por la televisión oficial de Corea del Norte. En el anuncio del fallecimiento del líder de la dictadura comunista también se señalaba ya al sucesor del jefe de Estado: será su tercer hijo, Kim Jong-un quien acceda al poder. El estado de salud del dictador era delicado desde la apoplejía que sufrió en el año 2008. A ese problema se unía la diabetes que padecía. Según fuentes oficiales, la muerte se debió a la fatiga física durante un viaje en tren. Desde el lunes y hasta el día 29 de diciembre el país estará en luto nacional por su muerte. El día 28 de este mes se celebrará el gran acto de despedida del líder, que estará presidido por su sucesor en el cargo y al que no acudirán representantes de otros países
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Las reacciones a la muerte de Kim Jong-Il no se hicieron esperar. China y Rusia son los dos grandes y casi únicos aliados de Corea del Norte. Desde esos dos países se lanzaron mensajes de condolencias por el fallecimiento y expresaron su deseo de poder conservar las relaciones con el régimen de Pyongyang. El resto de potencias internacionales también hicieron su reflexión sobre el nuevo escenario que se abre en la zona tras la muerte del dictador. A nadie se le escapa que este país posee el arma nuclear y que tiene el cuarto ejército más poderoso del mundo. Corea del Sur puso en alerta a su ejército y activó todas las alarmas ante el escenario de incertidumbre que se abre en sus vecinos del norte. El legado del dictador norcoreano deja atrás campos de concentración, violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos y hambre.
Las reacciones a la muerte de Kim Jong-Il no se hicieron esperar. China y Rusia son los dos grandes y casi únicos aliados de Corea del Norte. Desde esos dos países se lanzaron mensajes de condolencias por el fallecimiento y expresaron su deseo de poder conservar las relaciones con el régimen de Pyongyang. El resto de potencias internacionales también hicieron su reflexión sobre el nuevo escenario que se abre en la zona tras la muerte del dictador. A nadie se le escapa que este país posee el arma nuclear y que tiene el cuarto ejército más poderoso del mundo. Corea del Sur puso en alerta a su ejército y activó todas las alarmas ante el escenario de incertidumbre que se abre en sus vecinos del norte. El legado del dictador norcoreano deja atrás campos de concentración, violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos y hambre.
Según datos de Amnistía Internacional, hay 200.000 presos políticos en Corea del Norte. Según otro informe, en los últimos 30 años han muerto 400.000 personas en las prisiones de aquel país. En los años 90 la hambruna afectó muy seriamente a los habitantes de Corea del Norte. Se calcula que entre cientos de miles y dos millones de personas murieron por aquella situación. Hoy en día, cinco millones de ciudadanos norcoreanos están en una precaria situación de escasez de comida. Las imágenes propagandísticas de la televisión oficial de aquel país mostraron, sin embargo, escenas de ciudadanos desconsolados por la muerte de su líder. La llegada de Kim Jong-un al poder abre un periodo de incertidumbres y dudas en el país más cerrado del mundo.
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