Guerra de manifiestos en el PSOE

Resulta muy tentador escribir sobre la guerra de comunicados que se ha abierto en el PSOE y que anuncia una larga confrontación interna para elegir secretario general. Hace unos días nacía una plataforma en la que está Carme Chacón y que defendía, en el documento "Mucho PSOE por hacer" llevar a cabo un ejercicio de autocrítica en el seno del partido. La presencia de la ex ministra de Defensa llevó a todos a pensar que es una plataforma que buscar lanzar su candidatura a la secretaría general. Chacón se presenta como una más de ese grupo, pero nadie se lo cree. El caso es que ahora algunos ex secretarios de Estado han respondido a ese documento con otro texto, titulado "Yo sí estuve allí", en el que defienden la gestión de José Luis Rodríguez Zapatero en sus dos legislaturas al frente del gobierno. El texto es bastante emotivo y enternecedor, la verdad. El ejercicio de agradecimiento a Zapatero desde dentro de su partido quizás sea necesario, pero visto desde fuera sí da la sensación de que al PSOE le irá mucho mejor si hace reflexión y autocrítica que si se aferra a los logros de la era Zapatero y olvida sus errores.

En el texto pro Zapatero se dice que el presidente dio una lección de democracia cuando llegó a la secretaría general y tendió la mano a su rival en aquel Congreso. También destacan que defendió de forma excepcional el programa una vez llegó a ser presidente en 2004. Sobre la segunda etapa, se viene a decir que el presidente pudo cometer errores, al igual que el resto de responsables del ejecutivo, pero que hicieron lo correcto ante la gravísima crisis económica mundial. Ponen como ejemplo a Grecia o Italia donde los gobiernos políticos han sido sustituidos por gobiernos tecnócratas. La comparación, sinceramente, está cogida con pinzas cuando afirman que Zapatero se mantuvo al frente de un gobierno legítimo dando la cara. Es lo mínimo que se puede pedir. Que en Italia o Grecia no se haya hecho no significa que deje de ser un error o que la decisión de Zapatero de afrontar la crisis tenga más valor por ello.

Los firmantes de este manifiesto que leo en el diario El País aseguran que, en efecto, habrá que llevar a cabo un ejercicio de autocrítica, pero también de responsabilidad. En lo que parece un mensaje dirigido claramente a Chacón, aseguran que no sería decoroso que quien estuvo allí de manera evidente, y cabe decir entusiasta, aspire ahora a sugerir lo contrario. Es por ello que los firmantes del documento dicen con orgullo que estuvieron en los gobiernos de Zapatero y que se sienten partícipes de los avances sociales de la primera etapa y de lo que ellos llaman "ejercicio de responsabilidad" que caracterizó la segunda etapa. También destacan que con Zapatero se ha logrado mantener la cohesión social. Sinceramente, me falta en el documento una referencia directa a los 5 millones de parados. Si de lo que se trata es de hacer algún tipo de balance de una etapa al frente del gobierno, no parece muy acertado dejar de lado la peor lacra social que queda en España tras su paso por el ejecutivo.

En el documento se recoge la frase, atribuida si no recuerdo mal a Napoleón, "las victorias son hijas de mil padres y las derrotas, huérfanas". Los firmantes de este texto dicen que la derrota del PSOE en noviembre fue "tan amplia como colectiva". Expresan así su deseo de que no se eche toda la culpa de la derrota a quien en breve estará definitivamente apartado de la política. El texto acaba diciendo que muchos de los logros de los últimos años tienen nombre y apellido: José Luis Rodríguez Zapatero. Entre los firmantes están varios ex secretarios de Estado como Soraya Rodríguez Ramos, Consuelo Rumí, Diego López Garrido, Gaspar Zarrías o Joan Mesquida. De bien nacidos, dicen, es ser agradecidos. Como digo, este ejercicio tan nostálgico puede no ser muy útil para el partido, pero se agradece constatar que en política no todo el mundo está dispuesto a dar la espalda a quien durante mucho tiempo aplaudió con entusiasmo y que no quieren arrimarse siempre al sol que más calienta. Esa es la versión romántica, la otra, quizás más realista, nos dice que este documento busca tan sólo frenar las aspiraciones de Chacón a la secretaría general y, quién sabe, defender a Rubalcaba.

Del documento del grupo de Chacón se deben extraer aportaciones positivas. Es verdad que nadie que estuviera en los gobiernos de Zapatero como Chacón debería ahora renegar de su pasado, pero el texto sí hace importantes apuntes que dentro del PSOE se deberían tener en cuenta. Decir que la crisis ha sido la culpable de la derrota electoral es una gran simplifación. Si acaso, su gestión de la crisis. Culpar de todo a ese ogro sin rostro que es la crisis económica es muy poco serio. No podrían pretender quienes querían que toda la reflexión quedara ahí que otros miembros del partido fueran a contentarse con tal afirmación. La autocrítica, tan poco habitual en política, siempre es buena compañera de viaje. Los políticos tienen mucha facilidad para señalar errores de sus adversarios, pero les cuesta horrores reconocer sus culpas. Es lo típico de ver la mota en el ojo ajeno. Los mismos errores no tienen nada que ver a nuestros ojos cuando quien los comete es un adversario político. Si el que los comete es uno de los nuestros, es un leve desliz. Si los políticos no tuvieran esa visión tan miope y sectaria de la sociedad y de la vida, quizás les costaría menos hacer autocrítica.

El segundo documento, el de quienes dicen que sí estuvieron allí con Zapatero, puede tener dobles intenciones pero también tiene puntos positivos. Creo, sinceramente, que Zapatero sí se merece una buena despedida por parte de su partido. Con él el PSOE se ha hundido en las elecciones, cierto, pero también ha gobernado durante siete años y ha hecho indudables aportaciones positivas al partido. No sería muy justo que Zapatero se fuera como el culpable de todos los males a ojos de ciertos sectores de la sociedad y como alguien de quien hay que huir como de la peste para algunos de los suyos. Y es verdad, muchos que sí estuvieron allí ahora hacen como que no fue así. El texto sirve también algo para reivindicar los avances sociales de los últimos gobiernos socialistas, avances que toda la sociedad con una mentalidad abierta y del siglo XXI les agradeceremos y reconoceremos siempre. La guerra de comunicados demuestra dos cosas: que el espíritu navideño no ha llegado todavía al PSOE y, ya en serio, que se avecina una batalla tremenda en el seno del partido para elegir al próximo secretario (o secretaria) general. Sé que no será así, pero los candidatos deberían anteponer siempre el interés de su partido al suyo propio. España decidió el 20 de noviembre que el PSOE ejerciera la labor de oposición, pero el país necesita un PSOE fuerte (como en su día se necesitaba una oposición fuerte y creíble al PSOE de Zapatero). Es sano para España que los socialistas vuelvan a la vida y resuciten de este año horrible que ha sido para ellos el 2011.

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