El Rey mueve ficha ante el caso Urdangarin

Las revelaciones periodísticas sobre los negocios presuntamente irregulares de Iñaki Urdangarin no cesan. Los medios de comunicación, como es su obligación, informan día sí y día también de las operaciones del duque de Palma. Las informaciones no dejan en muy buen lugar a Urdangarin. Desde el momento en el que logra importantes ganancias gracias a una asociación sin ánimo de lucro, algo huele mal. No hace falta decir que la Justicia debe ser igual para todos y que es en casos como éste en los que debe dejarse claro. Si el duque de Palma ha hecho algo irregular o ilegal, deberá responder por ello. Zarzuela guardaba silencio hasta ayer, cuando una nota de Europa Press que cita a fuentes de la Casa Real informaba de las intenciones de reducir la Familia Real a los Reyes, los Príncipes y las hijas de éstos, las infantas Leonor y Sofía. Dice esta nota que lo llevan estudiando desde hace tiempo, pero a nadie se le escapa que es la forma más lógica de desligarse lo máximo posible de los turbios negocios de Urdangarin.

El motivo por el que se reduciría la Familia Real a estas personas es que sólo los Reyes, los Príncipes y sus hijas viven exclusivamente del presupuesto asignado por el Estado a la Casa Real. La infanta Elena y la infanta Cristina siempre han tenido trabajos al margen de sus funciones de representación de la Corono en diferentes actos oficiales, mientras que Iñaki Urdangarin parece que también su buscó las abichuelas por todas partes. Tiene su lógica esta reacción de la Zarzuela. Algo tienen que hacer para evitar que la investigación que afecta a Urdangarin no dañe más de la cuenta a la imagen de la monarquía. Lo que es más dudoso es que este movimiento estratégico vaya a ser suficiente. El Rey goza de una indudable simpatía por parte de muchos españoles. Su actuación la noche del 23 de febrero le terminó de consolidar y legitimar, pero nadie olvida tampoco su papel decisivo en la Transición española. Muchos se declaran juancarlistas más que monárquicos. Nadie se puede dormir en los laureles y el aprecio que tanto cuesta ganarse se puede perder con mucha más rapidez.

La Justicia será la que decida si los negocios de Urdangarin son ilegales o no. De momento no ha sido imputado, aunque parece que lo será en un futuro. No hace falta esperar a lo que digan los tribunales para pensar que, en efecto, más allá de que sean o no delitos, los negocios del duque de Palma son poco éticos. Aprovechar la unión con la Casa Real para ganar dinero y dar pelotazos no es, se mire por donde se mire, de recibo. El Rey tiene la ley no escrita de que los miembros de la Familia Real pueden tener trabajos, pero no deben hacer negocios. La explicación de por qué tiene toda su lógica esa norma está en los muchos quebraderos de cabeza que le va a dar a Don Juan Carlos el incumplimiento de la misma por parte de su yerno.

Hará bien el Rey si, además de apartar a Urdangarin de la Familia Real, se muestra, llegado el caso, a favor de la libre actuación de la justicia. Sólo hay una cosa que podría hacer más daño a la monarquía en este asunto que una posible condena a Urdangarin: un apaño de la Casa Real para evitar tal condena. Tener un caso de corrupción en la familia sería muy grave para la imagen de la monarquía, pero peor todavía sería tenerlo y hacer esfuerzos por taparlo o por salvar de la quema al duque. Si ha hecho algo mal, que lo pague como deberíamos pagarlo todos en ese caso. A la hora de proteger la imagen de una institución o de una persona cuando hay situaciones de graves crisis, es muy importante reaccionar bien ante esas situaciones delicadas. El primer daño ya está hecho, pero está en las manos del Rey saber gestionar bien el panorama que se presenta a partir de ahora. Apartar a Urdangarin de la Familia Real puede ser un primer paso, pero no el último.

Esta semana veíamos en una revista las fotos de la Reina Doña Sofía en Estados Unidos junto a su hija, la infanta Doña Cristina, sus nietos y su yerno. Estas fotos, que en otra época hubieran quedado reducidas al mundo de la prensa del corazón y a las páginas de sociedad de los periódicos, cobran más valor por el momento en que han sido tomadas. Las imágenes demuestran una cosa: cuán difícil es desligarse de alguien cuando está casado con tu hija. Se le puede retirar de la Familia Real, pero eso no hará que deje ser ser el padre de tus nietos y el marido de tu hija. Ahí radica la principal dificultad de este asunto para la Casa Real, que la relación directa co Urdangarin no desaparece por hacer una reforma en la consideración de quiénes componen la Familia Real.

Creo que no sería justo que el Rey se viera seriamente afectado y su imagen muy dañada por estos negocios de Urdangarin. Él no tiene nada que ver con estas cuestiones. Creo que sí le va a perjudicar. Don Juan Carlos ha sido un buen rey incluso para los muchos que defienden que la monarquía no tiene ningún sentido en pleno siglo XXI. Sólo haría dos puntualizaciones: debe actuar con firmeza y transparencia en el caso Urdangarin y no puede olvidar que, mientras siga siendo el Jefe del Estado, no puede olvidar sus funciones como tal. Dicho de otro modo, no puede jubilarse de ser Rey y tiene que comportarse y actuar como tal siempre. Debe seguir siendo ese monarca que ha hecho mucho por España. Un servicio más a este país, por muy doloroso que pueda resultar, es apoyar la acción de la Justicia si finalmente se imputa al duque de Palma.

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