No lo llames copago, llámalo ticket

CiU ganó las elecciones generales en Cataluña por primera vez en su historia y el presidente de la Generalitat ha tardado poco tiempo en interpretar esa victoria como una especie de apoyo a los recortes llevados a cabo por su gobierno estos últimos meses, o al menos una prueba de la comprensión de los catalanes. Artur Mas anunció ayer más ajustes y uno de ellos suena mucho a copago sanitario, aunque él se empeñó en que se le debe llamar ticket moderador. A los políticos les gusta mucho jugar con las palabras, de hecho quizás a alguno le iría mejor metiéndose a estudioso del lenguaje o algo así, pero no deberían tomar a los ciudadanos por tontos. Imagino las vueltas y vueltas que tendrían que darle los gobernantes catalanes para no hablar de copago. Al final se quedaron con la fórmula del ticket.


¿Apoyan o comprenden los ciudadanos catalanes los ajustes de Mas en Cataluña por haber dado su voto en las generales a CiU? Ciertamente eso es lo que parece. Durante la campaña electoral el candidato de la formación nacionalista al Congreso, Duran i Lleida, reconoció que quizás alguna medida de recortes del gobierno catalán podría hacer daño a sus aspiraciones en las generales. No fue así. Supongo que hay muchas formas de verlo. Quizás a un sector de la población catalana si los recortes se los hacen desde Barcelona duelen menos que si llegan desde Madrid. Tal vez los ciudadanos catalanes entienden que esos ajustes son estrictamente necesarios. Puede también que votaran lo que consideraron menos malo. El caso es que, en efecto, es razonable que CiU interprete su victoria en las elecciones como un resplado a su política de recortes duros. La oposición catalana se ha mostrado contraria a este nuevo plan de ajustes a excepción del PP.


El Partido Popular de Cataluña no rechaza estos recortes en Cataluña. No cuesta mucho imaginar el motivo. El PP llega al gobierno central y lo que va aplicar Rajoy no va a ser muy diferente a lo que ayer anunció Mas, con la diferencia de que tendrá que recortar bastante más para poder cumplir con los compromisos de déficit. Aunque la mayoría absoluta del PP en el Congreso le permitiría aprobar los duros ajustes que parecen inevitables en solitario, nunca viene mal recibir algún apoyo por aquello de no quedarse solo. Es por ello que el PP catalán apoya a Mas con sus recortes severos en esa comunidad. En cualquier caso, CiU va a pedir, porque es uno de los ejes de su programa, un nuevo pacto fiscal que dé más ventajas o privilegios económicos a Cataluña, algo en lo que resulta más difícil que vaya a haber entendimiento entre las dos formaciones. Rajoy, más teniendo en cuenta la fortaleza de la que gozará en la Cámara, no va a ceder en este sentido.


El propio Artur Mas aseguró que algunos de sus nuevos recortes dependen en parte de las medidas que tome en el futuro el gobierno central. Así, el presidente de la Generalitat anunció recortes en el salario de los funcionarios, pero dijo que si desde Madrid se recorta el salario de los trabajadores públicos no les castigará dos veces. Vaya alivio. Muchos periódicos hacen hoy una interpretación similar al decir que Mas anticipa lo que en breve sucederá en el gobierno central. No está muy claro por dónde tirará el PP, es decir, no sabemos medidas concretas, pero sean cuales sean pasarán por más ajustes y recortes. Mas también subirá las tasas de casi todo en Cataluña, entre ellas las de las universidades, por lo que es de esperar que las reacciones de protesta de los estudiantes cobren más fuerza en esa comunidad.


Rajoy, por su parte, recibió ayer un telegrama de Merkel. En él la canciller le felicitaba por la victoria y le ponía deberes. Las agencias de calificación también se dirigían al presidente electo para decirle lo que tiene que hacer, mientras que los mercados siguen presionando a España. El recibimiento, como se ve, es el esperado. El nuevo presidente del gobierno está recibiendo muchos encargos que algunos tildan de peticiones, otros de recomendaciones y alguno más, quizás con mucha razón, se atreve a calificar de exigencias. Merkel manda en Europa y le deja claro a Rajoy en ese telegrama que tiene un mandato claro y que deberá hacer frente a importantes reformas. Las agencias de calificación, que deben estar muy ilusionadas con la llegada de la Navidad, le piden a Rajoy sorpresas positivas como los niños esperan con ganas los regalos de Papa Noel y los Reyes Magos. Les falta decir que, en caso contrario, el presidente recibirá carbón la noche del cinco de enero.


El PP tiene ante sí una labor muy complicada y debe ponerse manos a la obra. Considero que, así como el periodo electoral (51 días) es demasiado largo, el tiempo que pasa desde las elecciones hasta la investidura del nuevo presidente también es excesivo. En cualquier circunstancia es negativo que el país esté mucho tiempo con los gobernantes pasándose los trastos y sin gobierno real, pero ahora, con la incesante crisis de la deuda y con lo mucho que hay que hacer, puede resultar especialmente perjudicial. Supongo que Zapatero y Rajoy deberán mantener una comunicación fluida y deben también estar preparados ambos por si es necesario tomar algún tipo de medida o hacer al menos algún gesto antes de que el líder del PP forme gobierno. Los mercados no esperan y no es descartable que el gobierno de España tenga que actuar de algún modo antes de que Rajoy llegue a La Moncloa.


La crisis económica que sufre España está siendo respondida, en definitiva, por recortes a diestro y siniestro (nunca mejor dicho por aquello de que tanto PP como PSOE los han aplicado o los van a aplicar). CiU recibió un claro apoyo en las urnas el domingo y ayer mismo anunció más ajustes. Sigo pensando que pueden ser muy necesarios los recortes, pero también considero que siempre pagan los mismos y que los políticos no se estrujan mucho las cabezas en busca de recortar en otras partidas menos fundamentales para los ciudadanos. A Mas todo el ingenio se le debió quedar en la invención del nombre para su copago sanitario. Lo de ticket moderador puede colar en alguien, quién sabe, pero bien podría haber dedicado ese tiempo a pensar en otros lugares de los que se podría recortar. Por si no le ha ocurrido, ahí va un ejemplo: las embajadas de Cataluña en el extranjero.

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