La prima de riesgo

¡Qué tiempos aquellos cuando no sabíamos lo que era la prima de riesgo y pensábamos que la economía iba bien o mal en función de otros factores más simples! Este término ha sido el gran descubrimiento para muchos en esta crisis. El diferencial con el bono alemán sigue escalando. Eso que llaman los medios de comunicación la "presión de los mercados sobre España". En Grecia e Italia se han formado, o van camino de formarse, gobiernos técnicos que intenten hacer frente a la grave situación económica de estos países. Se pensaba que estos cambios iban a ser bien recibidos por los mercados, pero ayer las Bolsas europeas más importantes volvieron a bajar (la que más en este caso fue la española) y la prima de riesgo de España subió hasta los 432 puntos, teniendo que pagar una rentabilidad del 6,1%.

Ahora no eres nadie si no sabes lo que es la prima de riesgo. A la hora de mantener una conversación es casi tan necesario como tener una opinión sobre por qué Messi no rinde con su selección igual que con el Barcelona o sobre si se arreglará finalmente el cierre patronal en la NBA. La diferencia entre el bono español y el alemán se sigue disparando. Ayer Ángela Merkel volvió a mostrarse preocupada con la marcha de la crisis. Fue en el Congreso de su partido en el que la canciller alemana aseguró que Europa atraviesa su peor momento desde la Segunda Guerra Mundial. Ella, no hay duda, es quien hace y deshace en toda la Unión Europea y hasta quien parece tener la última palabra sobre si en un país se reforma la Constitución (de eso sabemos algo en España) o si se celebra o no un referéndum (que se le pregunte si no a Papandreu, que ya estará descansando el hombre después de haber cedido el testigo a otro).

La pregunta que todos nos hacemos es si hay motivos reales para que España sufra esta enorme presión por parte de los mercados. Es difícil comprender por qué nuestro país se ve tan dañado en estos momentos. No sé si los expertos pueden explicarlo, quién sabe. Mi opinión es que los mercados son insaciables y, una vez han movido los hilos en Grecia e Italia, han explorado el mapa de Europa y han pensado que España es el mejor destino para continuar sus juegos especulativos. Los mercados, ese ente abstracto a que nadie es capaz de poner cara y que juega un papel determinante en todo lo que sucede a nivel económico (y también político) en la Unión Europea. Sería muy deseable que algún mandatario de la UE se propusiera firmemente plantar cara a los mercados. Es lo que decía el otro día, no es muy saludable para la democracia que lleguen gobiernos técnicos no elegidos por las urnas y sí por exigencias de los mercados.

Total, que por la escalada de la prima de riesgo debida a la presión de los mercados, vamos pasando de angustia a angustia. Estamos en campaña electoral pero, no sé si porque parece que todo el pescado está vendido o porque realmente es muy importante todo esto de la economía (quizás por ambas cosas), los medios dedican mucho tiempo a la información bursátil, que llega incluso a abrir informativos por delante de los actos de campaña. Gane quien gane las elecciones del 20 de noviembre, desearía que las medidas que haya que tomar en España las decida el nuevo gobierno, y no se hagan al dictado de los mercados. Si son ellos los que mandan, las elecciones se convertirían en una especie de paripé, en una broma de muy mal gusto.

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