Incertidumbre por el referéndum en Grecia

Esta noche se ha celebrado Halloween, esa fiesta con nula tradición en nuestro país que hemos adoptado, como tantas otras cosas, de los Estados Unidos. Pero, hablando de cosas que dan miedo, la economía vuelve a dejar malos titulares, pésimas previsiones y noticias que generan más dudas que certezas. Ayer, casi al tiempo, supimos que la OCDE preveía un crecimiento muy pobre de la economía europea para 2012, y que incluso no descartaba una nueva recesión; que la economía española está estancada y no da señales de vida; que el paro en España es más del doble de la media de la Unión Europea; y que, según la OIT, el mundo tardará cinco años en recuperar los niveles de trabajo previos a la crisis. Si a esto sumamos que MF Global, una firma financiera de Estados Unidos, ha caído y que Grecia va a someter a referéndum el acuerdo de la Eurozona, lo cual genera muchas dudas y desconfianzas, ya tenemos una historia de miedo perfecta para Halloween.

Si ha seguido leyendo después del primer párrafo le felicito, porque es complicado juntar en tan pocas líneas tan malas noticias. Pero es que todas se produjeron ayer. Total, que los informativos de televisión y de radio y los periódicos sólo tienen como vía de escape a la economía la precampaña electoral, en la que se habla sobre todo de economía. Entre unas cosas y otras, llevo tiempo pensando que vamos a convertirnos en expertos en esta materia. De momento, sólo somos, en mayor o menor medida, víctimas de la crisis. El caso es que la cosa está mal, muy mal. ¿Cómo no recordar cuando, hace no tanto tiempo, se hablaba de brotes verdes y se querían ver señales de mejora en la economía? No digo que no los hubiera, sólo constato que han sido cortados de raíz. El panorama es negro y por mucho que uno quiera mirar hacia adelante en busca de luz, no somos capaces de hallar el final del túnel.

No haré un análisis detallado de cada una de las noticias que he citado en la primera parte de la entrada. Tampoco comentaré muy a fondo otras malas noticias económicas como que, a la hora en que escribo estas líneas, las primas de riesgo de España e Italia se están disparando. No lo haré porque no me considero capaz de hacerlo, eso en primer lugar, y en segundo lugar porque lo que me interesa de verdad es el panorama que configuran todas estas noticias, la situación general. Está claro que en España la crisis económica mundial está dejando muchos desperfectos, bastantes más que en otros países (sí, quizás menos que en otros), y la peor cara es el paro. Los datos de la Unión Europea lo dejan claro. La media de paro en la UE es de 10,2%. En España, según las mismas fuentes, el desempleo está por encima del 24% y especial mención merece el paro juvenil, pues prácticamente la mitad de los jóvenes no tienen trabajo.

Ayer el PP presentó su programa electoral, o algo así, y Mariano Rajoy quiso dejar claro que la prioridad es el empleo. En la misma idea, sólo faltaría, insisten todos los partidos políticos. Saben perfectamente cuál es la principal preocupación de los españoles (que lo sepan no significa que no hayan sido incapaces de combatir el paro). Por cierto, aprovechando este inciso político, ayer el presidente del gobierno reconoció que se siente "el responsable" de los cinco millones de parados. Este ataque de sinceridad puede deberse a varios motivos. Puede ser que Zapatero, en efecto, sienta que así es, lo cual es muy honesto por su parte. Pero también puede ser que quiera así cargar con toda la culpa para dejar libre de pecado al candidato socialista y a todo el PSOE por aquello de no hundirse en las próximas elecciones. En todo caso, los partidos políticos, gane quien gane las elecciones, deberían firmar un gran pacto por el empleo.

Volviendo a las cuestiones meramente económicas, quizás la que más recelo despierta, por completamente inesperada, es el referéndum al que someterá el gobierno griego el acuerdo de la Eurozona. No hace falta ser adivino para pensar que lo más probable es que los ciudadanos griegos, hartos de los políticos en general y de los planes de ajuste en particular, no van a aprobar este acuerdo. Si además de ello, Papandreu dice que va a someterse a una moción de confianza en el Parlamento, no faltará quien piense que el primer ministro griego ha tirado la toalla y se está suicidando políticamente. Puede que hasta tenga ganas de dejarlo todo y retirarse a ver la crisis pasar.

Entre unas cosas y otras, parece que la calma dura poco en Europa. Si el acuerdo de la Eurozona alcanzado en la cumbre del pasado miércoles había tranquilizado a los mercados y había hecho subir las Bolsas y hasta soñar con unos meses tranquilos, esta decisión del gobierno griego, que por otro lado parece muy sensata ya que los ciudadanos tienen derecho a expresar su opinión sobre lo que está pasando, a no quedarse callados mientras ven a su país con más ruinas que las clásicas de costumbre, esta decisión, digo, trae incertidumbre. Definitivamente eso de respirar aliviados y de estar tranquilos no va con la Unión Europea. La UE vive peligrosamente y, cómo no, son sus ciudadanos los quepagan el pato.

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