Habemus Papam

Ya que no voy al cine tanto como me gustaría, me alegra especialmente acertar a la hora de elegir la película y salir de la sala con la sensación de haber visto algo realmente bueno. No siempre sucede, pero sí me ocurrió ayer con Habemus Papam. La película de Nanni Moretti es muy entretenida. Coincido con alguna crítica que he leído en que arranca muy bien y luego se va desinflando algo, e incluso también en que la resolución de la historia no es tan brillante como merecía el arrollador comienzo de la cinta. Entre medias, entre un comienzo magistral y un final potente pero que no es lo mejor de la película, se cuenta una historia muy entretenida e interesante. Aunque es verdad que en el desarrollo se pierde algo de frescura, hay grandes escenas a lo largo de todo el largometraje y la película se hace muy corta.

La situación de la que parte la película es, como todo el mundo sabrá, un cónclave en El Vaticano tras la muerte del Papa. Los cardenales están reunidos en el interior, totalmente aislados del mundo exterior, para elegir al sucesor del pontífice, al representante de Dios en la Tierra para los cristianos. Por cierto, al ver estas condiciones en las que tienen que estar desde tiempo inmemoriales los cardenales para elegir al Pala, me pregunté cómo sería un cónclave con las redes sociales plenamente desarrolladas, algo que aún no ha sucedido. Pero quizás sea muy disparatado imaginar a cardenales ancianos tuiteando lo que dedicen en la Capilla Sixtina. El caso es que el cardenal que resulta elegido para ser Papa sufre un ataque de pánico, de miedo escénico, cuando tiene que salir al balcón a hablar ante miles de personas que están congregadas en la Plaza de San Pedro y ante millones de cristianos en todo el mundo.

Esta situación, piensa uno en los primeros momentos del film, tiene que dar mucho juego. Así resulta finalmente. Moretti construye una historia muy agradable de ver, exquisitamente divertida en algún momento y que da lugar a situaciones jugosas, de esas que se suele decir: "esto es de película", pero en el mejor sentido de la expresión. Resulta muy divertido ver cómo el Papa, interpretado de forma excepcional por Michel Piccoli, afronta esta situación tan extraña y nunca vista. No se quedan atrás los intentos que hacen en El Vaticano por ocultar la realidad de lo que sucede dentro y por resolver lo antes posible el problema del recién elegido Papa. La escena en la que el psicoanalista ateo interpretado por el propio Moretti entra en El Vaticano y comienza a tratar al pontífice es de lo mejor de la película.

Algunos esperaban que Moretti hiciera una dura crítica a la Iglesia católica y que abordará cuestiones polémicas que afectan a esta institución directamente en los últimos tiempos. No es así y él lo explica en todas las entrevistas que le han hecho con motivo del estreno de la película. Se da una visión entrañable, amable y divertida. Salta a la vista que la intención de esta película no es juzgar a la Iglesia o criticarla, tampoco alabarla, sencillamente se pretende contar una historia muy singular y hacerlo de la mejor manera posible. Salvo las pegas que puse en la primera parte de la entrada, la película me gustó mucho. ¿Tanto como para recomendarla? Esperaba que la historia del cardenal que es elegido Papa se contara más a fondo, tenía otra idea en la cabeza, pero sólo por algunos momentos del film sí recomendaría acudir a las salas a ver esta historia de alguien que resulta elegido para ser Papa y que no es capaz de afrontarlo, que no se ve preparado para ello. Desde mi punto de vista, esta película debe ser entendida más como forma de pasar un buen rato y reírse que como una invitación a la reflexión. Aún así, sí hay lugar para pensar sobre el papel de la Iglesia y su adaptación a los tiempos que corren y también para hacerse la siguiente pregunta: ¿qué sucedería si más gente actuara del modo en que lo hace el Papa del film? ¿Qué tal si todo el mundo que no se siente capaz de afrontar una gran responsabilidad pública lo expresara? Buena película.

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