Crisis y más crisis

Antes de nada, quiero reconocer que ayer me columpié de forma bastante clara cuando comencé la entrada del blog diciendo que Italia respiraba algo más tranquila. Es verdad que expliqué que me refería sólo a la marcha de Berlusconi, y también dejé claro que la complicada situación economica seguirá estando presente una vez dimita el polémico primer ministro, pero con todo no deja de ser un error decir que Italia respira algo más tranquila el mismo día en que su prima de riesgo llega a cifras que invitan a pensar en un posible rescate y que hacen ver lo delicada que está la economía en aquel país. Cuando no ha dado tiempo a cerrar el último susto que venía de Grecia, Italia está al borde del precipicio y nada hace pensar que esto se vaya a solucionar en breve. No hay túnel sin salida, pero éste de la crisis se lo parece demasiado.

Con los partidos griegos buscando formar un gobierno de coalición que ayude a salir de la crisis y a recibir el rescate acordado (lo necesitan urgentemente para poder pagar los salarios de los funcionarios que aún no han puesto en la calle), las miradas de terror y pánico se centran ahora en Italia. Berlusconi se irá, pero lo que más preocupa ahora no es su esperada marcha, sino el panorama que dejará. La economía italiana está prácticamente intervenida y su prima de riesgo sigue sin tocar techo. Lo que ocurre es que Irlanda, Portugal y Grecia son un chiste, una mera anécdota en términos numéricos y de cifras económicas, comparadas con Italia. Rescatar a Grecia, una economía bastante modesta, no es ni parecido a tener que hacer algo similar con una de las ocho economías más importantes del mundo. Total, que de Papandreu a Berlusconi, de Grecia a Italia, hay un paso muy grande. Vamo a peor y eso es mucho más grave que lo vivido hasta ahora.

España mira con especial terror a Italia. ¿El motivo? Básicamente que la pregunta que hoy se hace todo el mundo, dando por hecho que Italia ha caído o poco le falta, es ¿será España la siguiente en caer? Hay opiniones para todos los gustos. Hoy leo en El País un reportaje muy recomendable sobre esta cuestión. Comienza este texto citando unas palabras en las que se dice que la marcha de Berlusconi es el fin de una pesadilla. Más bien, explica sensatamente el reportaje, es el comienzo de otra mucho peor. En este texto se dice que el daño que provocaría la caída de Italia es 15 veces mayor al causado por la quiebra de Lehman Brothers, o sea, la catástrofe. Además, recuerda que Italia es la tercera economía europea y la séptima mundial. No hace falta ser un experto para darse cuenta que, en efecto, lo de Grecia es un ligero dolor de cabeza en comparación con la terrible cefalea que provocaría la caída de Italia, por no decir directamente que será un traumatismo craneoencefálico severo.

El citado reportaje concluye que se equivocan quienes creen que la próxima ficha será España. La cosa, viene a decir, es mucho más grave y caeríamos en una tremenda recesión peor incluso que la vivida recientemente. Si cae Italia, cae el euro y, como defienden Merkel y Sarkozy, si cae el euro, cae la Unión Europea. Todo muy optimista, vamos. Est reportaje, que obviamente es sólo un análisis más de los muchos que podemos encontrar hoy en la prensa y que no tiene por qué tener más parte de razón que otros, es muy interesante porque pone de manifiesto la clave de todo este lío: que Italia es una economía muy importante, ni más ni menos que la tercera de Europa y la séptima del mundo. El agujero provocado por su caída, el caos tremendo que causaría su bancarrota, debe medirse en base al tamaño de su economía.

El futuro que nos espera no puede ser más negro. Sin saber a ciencia cierta lo que sucederá en Italia, la Comisión Europea ha anunciado que el próximo año la economía de la Eurozona sufrirá un frenazo notable al crecer sólo el 0,5%. Las previsiones para España son algo mejores (o,7%), pero por contra también se dice que nuestro país va camino de no cumplir con sus compromisos de deuda y déficit, es decir, que se abren así las puertas a posibles nuevos ajustes. La recuperación de empleo queda para 2013. Conclusión: no sólo es que la economía esté muy estancada y cada vez sea menos extraño plantearse una recesión futura, es que además hay negros nubarrones que amenazan con una tormenta mayor. Nadie sabe muy bien lo que va a pasar (casi diría que nadie sabe del todo lo que está pasando). Sólo sabemos que ni los más optimistas del lugar se atreven a decir que saldremos de la crisis a corto o medio plazo.

Comentarios