Cambio de ciclo político

Ayer se reunieron los pesos pesados del PP y PSOE, además de los del resto de partidos, para analizar los resultados de las elecciones generales del domingo. La reunión de la ejecutiva federal del PSOE sirvió para ver a su secretatio general, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmar que el viento soplaba en contra de los socialistas. El todavía presidente del gobierno anunció también que en febrero se celebrará un Congreso extraordinario de su partido en el que comenzará una nueva etapa para el PSOE. En el PP todo eran alegrías y felicitaciones a Rajoy, incluida la de Aznar que llevaba muchos años sin acudir a una reunión de este tipo del PP y que ayer quiso estar presente. No sabemos si para que también se le identifique a él con la victoria o sencillamente para felicitar a su sucesor. Quizás Rajoy hubiera necesitado más apoyo de Aznar en otras ocasiones pasadas como, por ejemplo, cuando en 2008 medio partido afilaba los cuchillos contra el ahora ganador de las elecciones.

Desde el PP se insiste en que, tal y como están las cosas, sería conveniente acelerar el proceso de cesión de poderes al máximo, más allá incluso de lo estrictamente obligatorio según establece la ley. No es cuestión de que el PP tenga muchas ganas de empezar a gobernar, o no sólo es eso, es que en realidad a España no le vendría nada bien un largo periodo de sin gobierno o con las cosas poco claras. La prima de riesgo recibió a Rajoy con subidas y la Bolsa con fuertes bajadas. Sería absurdo sacar conclusiones serias de esto, pero sirve para constatar una vez más la difícil situación que tendrá que afrontar el nuevo gobierno. Soraya Sáez de Santamaría y Ramón Jáuregui serán los encargados de llevar a cabo la transición entre el gobierno socialista saliente y el del PP entrante. Sin ir más lejos, en un par de semanas habrá una importante cumbre europea a la que, naturalmente, acudirá Zapatero como presidente en funciones, pero en la que sería razonable que Rajoy tenga algo decir en relación a la postura que vaya a mantener la delegación española.

Mariano Rajoy no quiere esperar más de lo estrictamente necesario y desea formar gobierno antes de Nochebuena. Tardaremos poco, por lo tanto, en conocer los nombres de las personas que le acompañarán en la complicada tarea de combatir el paro y la crisis económica. También será entonces cuando sepamos si recortará sustancialmente el número de ministerios o no. Hace unos años, el líder del PP pedía con insistencia a Zapatero que recortara ministerios inútiles, y ahora veremos si él reduce o no las carteras. En una entrevista en la campaña en Antena 3 reculó algo y dijo que, realmente, no era un asunto muy importante el del número de ministerios. Un rumor que suena con fuerza desde hace tiempo es que en el nuevo gobierno puede desaparecer el Ministerio de Cultura. Creo que sería un error y, en caso de que así se haga finalmente, espero que la labor que se tiene que llevar a cabo en este ámbito no sea víctima de los recortes.

Ayer me dejé un par de cuestiones por comentar. Hablo del futuro de la política madrileña, ya que el triunfo del PP en las elecciones generales coloca al alcalde Gallardón en una situación próxima a ocupar un ministerio, y del panorama que dejan los comicios en el País Vasco. Comenzaré por esta última cuestión. Amaiur logró siete escaños en el Congreso, seis de ellos por el País Vasco y uno por Navarra. El PNV perdió representación parlamentario y se queda con cinco diputados en el Congreso. El PSE, siguiendo la tónica general de los socialistas en toda España, se estrella y pasa de nueve escaños a cuatro. El PP, por su parte, mantiene tres. Estos resultados pueden dar lugar a muchas lecturas. Lo que está claro es que el voto del País Vasco en estas elecciones ha sido mayoritariamente nacionalista. El PNV ve seriamente amenazada su supremacía en un sector importante de la población, mientras que el bloque formado por PP y PSE, que permite gobernar a Patxi López, pierde apoyos. Los nacionalistas ya han pedido un adelanto electoral en Euskadi, algo a lo que el gobierno vasco se niega. Cada vez parece más evidente que el nacionalismo tiene todas las papeletas de regresar al gobierno vasco, sólo que esta vez al PNV le hará compañía la izquierda abertzale.

La fuerza enorme con la que Amaiur ha entrado en el Congreso de los Diputados es razonable motivo de preocupación para muchos. Esta formación política ha capitalizado todo el rédito electoral del fin de ETA. 284.528 ciudadanos vascos han dado su apoyo a esta coalición en la que lleva la voz cantante la izquierda abertzale, es decir, aquellos que durante mucho tiempo estuvieron resguardados bajo el paraguas de ETA y que ahora buscan defender de forma política ideas como la independencia del País Vasco. Estamos en las mismas de siempre, es cierto que quizás se podría haber intentado ilegalizar a Amaiur, pero es un hecho objetivo que, en ese caso, estaríamos apartando de la democracia a más de 280 mil personas. Que tanta gente les haya votado debe dar que pensar a todos. Por supuesto, también a Amaiur, que tendrá que demostrar que ese apoyo tan numeroso tiene algún tipo de fundamento. En todo caso, no hay que tener miedo de ningún tipo a quienes piensan diferente a nosotros siempre y cuando defiendan sus ideas de forma democrática y pacífica. Veremos.

En Madrid, el PP ganó las elecciones y eso significa dos cosas: que Gallardón tiene pie y medio fuera de la política local, y que el PSM afronta una nueva crisis. Lo cierto es que la palabra elecciones es sinónimo de crisis desde hace demasiado tiempo para los socialistas madrileños. Ana Botella debe de estar ya preparándose para pasar a ser alcaldesa de Madrid. Con Gallardón se irá, dicen muchos, gran parte de su equipo. El alcalde fue elegido para el cargo por los madrileños en mayo y, se mire como se mire, no parece muy respetuoso con sus electores que se vaya al gobierno central tan pocos meses despúes de haberse presentado a las elecciones municipales. Es poco honesto por su parte, sobre todo teniendo en cuenta que dijo en su momento que su futuro pasaba por Cibeles. Eso no quita para reconocer que Gallardón es uno de los políticos más capaces y válidos de España y, por lo tanto, parece lógico que esté en el gobierno ahora que el PP ha ganado las elecciones. La llegada de Botella a la Alcaldía es, quizás, el primer paso para que los socialistas la recuperen dentro de cuatro años. Sinceramente, poco espero de la futura alcaldesa aunque, quién sabe, quizás nos sorprenda a todos.

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