Este fin de semana el PSOE está celebrando una Conferencia política en la que debatir su programa electoral para las próximas elecciones generales del 20 de noviembre y para ofrecer sus primeras propuestas. El protagonismo absoluto de estas jornadas de debate ha sido para Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato socialista. Especialmente significativo fue el apoyo recibido por Felipe Gonzáles, expresidente del gobierno, que se ofreció al candidato para lo que quisiera antes y después de las elecciones. Mientras el PSOE celebra esta Conferencia, se publican nuevas encuestas, como la que hoy lleva a portada el diario El Mundo, que afirman que el PP aumenta su ventaja con respecto al PSOE hasta los 15,6 puntos. Según este sondeo, el candidato socialista obtendría unos pésimos resultados y no estaría logrando remontar nada la diferencia inicial que le sacaba Mariano Rajoy.
Ayer Rubalcaba habló de sanidad. Hizo toda una declaración de intenciones y salió en defensa de la sanidad pública de calidad. Rechazó el copago sanitario y propuso recaudar más dinero para financiarla gracias a una subida de los impuestos sobre el alcohol y el tabaco. Eso sí, el vino y la cerveza estarían excluidas de esta subida que estaría en el entorno del 10%. Además, el PSOE propone un sistema de listas desbloqueadas para las elecciones y una reforma constitucional para el Senado. En relación a las políticas de igualdad, el candidato socialista prevé hacer una reforma de la Ley para que sea obligatoria la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas más relevantes. Hasta ahora eso era sólo una recomendación, no una obligación. En definitiva, el PSOE lanza sus propuestas en esta larga precampaña que acabará en la campaña oficial y en las elecciones del 20 de noviembre.
La principal dificultad que tiene Alfredo Pérez Rubalcaba de cara a las elecciones es que, quiera o no, ha estado muy ligado al gobierno, tanto que ha sido vicepresidente y hombre fuerte del mismo en los últimos tiempos y ministro del Interior. Ha estado ligado a ese gobierno con el que la gente, en general, está desengañada y descontenta y que sufre el desgaste de la brutal crisis económica. Cada propuesta que haga Rubalcaba será respondida por la oposición y por parte del electorado con un ¿por qué no lo propuso antes cuando estuvo en el gobierno? Ante esto el candidato socialista suele responder que las circunstancias han cambiado y que no se actúa igual cuando te ataca una tormenta que cuando ésta ha pasado y tienes que evaluar los daños y tratar de reponer la situación, pero la explicación, aunque muy gráfica, suena poco convincente.
Si aquella es la principal dificultad a la que se enfrenta Rubalcaba, unida a la gran diferencia en las encuestas, la principal arma del candidato socialista es que es tenido por la mayoría de los votantes socialistas como el mejor candidato, y que es considera por muchos ciudadanos como un político capaz y trabajador. Es un animal político y algo tiene que tener Rubalcaba cuando, tras tantas idas y venidas en la política española, él sigue estando ahí, en primera línea. En cualquier caso, el candidato sabe que está ante el más difícil todavía. No sé si él cree de verdad en la posiblidad de ganar las elecciones, así debería ser, o si lo que buscará el PSOE es, sobre todo, minimizar los daños. Lo que sí está claro es que al PSOE no le vale una campaña de perfil bajo en la que los candidatos no se mojen. Rubalcaba necesita bajar a la arena, llevar a Rajoy a los debates más polémicos, hacer ver las dudas que genera la llegada del PP al poder.
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