Conferencia de paz

Ayer se celebró en San Sebastián la denominada Conferencia de paz en la que distintos representantes de parte de la sociedad vasca y personajes internacionales como el ex secretario de la ONU, Kofi Annan, se reunieron para intentar contribuir al final de la banda terrorista ETA. Había partidos políticos, representantes de la Iglesia, empresarios, ilustres extranjeros... Pero no había representación de las víctimas del terrorismo y por ahí quiero empezar mi reflexión. Las víctimas deben ser importantes en este final. ¿O es que las víctimas de ETA no tiene nada que decir ante esta situación? ¿O es que no se las quiere escuchar? Si yo fuera uno de esos demócratas a los que, de repente, las palabras de las víctimas del terrorismo les incomodan, me lo haría mirar. Estoy seguro de que la conferencia de ayer contaba con muy buena voluntad por parte de muchas de las personas que se dieron cita en San Sebastián, pero me deja dudas.

Paz, dialogo, reconciliación. Muy bellas palabras las pronunciadas ayer en esta conferencia. Lo importante es que estas palabras no escondan algo detrás. La perversión del lenguaje, por ejemplo, tan típica en ETA y sus secuaces. Le llaman conflicto, hablan de todas las víctimas y piden a ETA y a los gobiernos de España y Francia distintas cosas como si estuvieran a la misma altura, al mismo nivel. La conferencia de ayer está patrocinada por ETA, o eso parece. Uno no puede dejar de sospechar que la banda terrorista, sabedora de que está en las últimas, quiere sacar algún beneficio de dejar de matar. Aquí no hay dos bandos, sólo hay una organización criminal que se ha dedicado estas últimas décadas a asesinar, extorsionar y atemorizar a los demócratas mientras otros estaban bajo su paraguas. Entran arcadas sólo de pensar que quienes señalaban con el dedo a los objetivos de ETA van a salir de rositas.

Vamos por partes. ETA es un grupo terrorista al que jamás deberemos nada, al que nunca habrá nada que agradecer. Su historia es demasiado negra, demasiado trágica, demasiado dolorosa. Se dice mucho que hay que ser generosos con ellos. ETA ha matado a cientos de personas y ha sido el único opresor del País Vasco, su máximo enemigo, su obstáculo más pronunciado. ETA, que mucho se ha presentado como libertadora del País Vasco, es un grupo de criminales sin escrúpulos ni ideales. Un grupo criminal que, por cierto, siempre ha buscado la internacionalización de lo que ellos llaman el conflicto vasco.

Si ETA está acabada, y eso parece, ¿qué es exactamente lo que tiene que negociar con ella el gobierno español? ¿Pretenden acaso sacar provecho de dejar de matar? ¿Qué es eso de que se debe abrir un proceso con una mesa política que puedo concluir en una consulta popular? Sólo faltaría que la banda terrorista se fuera logrando abrir un proceso político. El País Vasco tiene sus instituciones, sus representantes políticos, sus partidos. ETA no puede ser tutor de ningún proceso político. No es sólo aquello tan simple de que con terroristas no se negocia, es que no pueden pretender que su final se presente como un éxito para la gente próxima a la banda criminal.

Ayer leí varios artículos y varias reflexiones sobre esta conferencia. Resumiré brevemente tres opiniones. Una de ellas, la de Iñaki Gabilondo, que en su videoblog de El País decía que el País Vasco no necesita una conferencia de paz. Los vascos, decía con razón y sensatez, saben cuál es el problema y cómo se debe afrontar. Rosa Díez, en las páginas de El Mundo, escribía que la lucha entre el totalitarismo y la democracia nunca había acabado en empate, que o ganaba uno o ganaba el otro. La líder de UPyD era muy dura con las personas que acudieron a la conferencia. Por último, en una viñeta que llama a la reflexión, Ricardo en El Mundo dibujaba a dos etarras echándose a suertes quién iba a la conferencia de paz y quién se quedaba vigilando las armas.

Sobre las personalidades extranjeras que acudieron a la conferencia de paz, no caeré en el argumento simplista y un tanto pobre de que ellos no pueden entender la situación en el País Vasco ni diré que se metan en sus asuntos. Seguro que su presencia en San Sebastián responde a su voluntad de ser de ayuda. Pero están equivocados. Esta Conferencia surge del entorno de ETA. Se espera en breve un comunicado de la banda. Es de prever que abrazará los argumentos de la conferencia de ayer. Sería muy inocente pensar que es la Conferencia la que determina la actuación de ETA y no al revés, es decir, que es ETA la que ha organizado este paripé aprovechándose de la esperanza del fin del terrorismo de mucha gente y en busca de reconocimiento internacional.

El PSE estuvo en la Conferencia. Allí expresaron su punto de vista. En un primer momento anunciaron que no irían, pero después decidieron acudir a San Sebastián. El PSE ha sufrido en primera persona la barbarie etarra, por lo que no soy nadie para darle consejos o para criticar su actitud. Ellos han luchado contra ETA como todos los demócratas en el País Vasco, es decir, jugándose la vida. Si el PSE creyó oportuno ir a la Conferencia sus razones tendrán. Sentarse en la misma mesa que gente que ha estado protegida por ETA y que es próxima a la banda no debe ser plato de buen gusto. Eso sí, lo único que diré es que el PSE no debe ceder ante las peticiones del entorno de ETA. Debe seguir siendo firme en la defensa de las víctimas.

Es muy complicado escribir sobre este tema. La esperanza del final del terrorismo puede cegarnos. Todos queremos que esto ocurra, pero no todos estamos de acuerdo en el camino a seguir. Lo que sí considero es que debe quedar claro quiénes han matado y quiénes han dado su vida por la libertad. El final de ETA no puede pasar por concesiones a la banda o por algo que no sea dejar claro que la democracia les ha vencido. Se lo debemos a los víctimas del terrorismo. A todas esas personas que no estarán aquí para ver el final de la banda, a todos los que no han podido ver crecer a sus hijos, a todos los que, en definitiva, hemos de tener en la memoria siempre. Cuanto antes acabe el terrorismo etarra mejor, pero hay cosas que no deberían olvidarse.

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