Patrimonios, aspiraciones y demás

La política regresó definitivamente de su periodo vacacional y llena todos los informativos televisivos y radiofónicos, así como la prensa escrita. Estamos en tiempo preelectoral, por lo que de aquí al 20 de noviembre todo lo que hagan o digan los políticos podrá ser empleado en su contra. Varias son las noticias de este campo que interesan en estos días. La que más morbo ha generado ha sido un ejercicio de transparencia del Congreso y el Senado por medio del cual se ha publicado en las webs de las dos Cámaras el patrimonio de todos los diputados y senadores. Así, sabemos que Rublacaba tiene más de un millón de euros y una casa compartida con su esposa, mientras que Rajoy tiene menos dinero y más casas y despachos. Uno nunca sabe en estos casos si es peor ver que los políticos tienen mucho dinero o ver cómo algunos declaran tener sus cuentas bancarias casi en números rojos. En todo caso, esto debería quedar como el gesto de transparencia que es. Es cierto que da mucho juego, pero nada nos debe decir que hay políticos con una stuación económica muy tranquila. Lo que importa de verdad es cómo hagan su trabajo y para ello no es determinante contar con más o con menos recursos.

Como estamos de precampaña electoral, los partidos siempre hacen promesas y Gonzáles Pons ha inventado un nuevo término que no llega a ser una promesa y se queda en aspiración. De este modo, el dirigente popular declaró esta semana que su partido aspira a crear 3,5 millones de puestos de trabajo en la próxima legislatura si el PP gana las elecciones. No es, insisten desde el partido conservador, una promesa, sólo una aspiración. Como era de esperar, las críticas desde el PSOE no se han hecho esperar. Los socialistas han dicho que no van a decir una cifra concreta de puestos de trabajo que esperan crear por respeto. Generalmente, lo cierto es que ni PP ni PSOE llegan nunca a cumplir lo prometido en este campo, entre otras cosas porque no es sencillo calcular los trabajos que se van a crear, al no ser algo que dependa tampoco directamente del gobierno. En todo caso, confío en que las aspiraciones no sean un recurso para vender humo o hacer eso que Rubalcaba llama "ilusionismo programático".

La aspiración del PP que se le escapó a Pons refleja cuál es el mayor problema actual de nuestro país. Sin duda ése es el desempleo. Quizás precisamente por ello no conviene hablar a la ligera de cifras concretas cuando todos sabemos que la situación es muy compleja y cuando no es acertado jugar a decir que se tiene poco menos que la varita mágica. La crisis económica deja muchas caras desagradables, pero se lleva la palma la cuestión del paro. En agosto volvió a subir rompiendo una tendencia a la baja que daba cierto respiro, sólo cierto, en los meses precedentes. Desde los sindicatos y los partidos de la oposición se denuniaba que esas bajadas del paro eran estacionales y que cuando se pase la estación de verano, volverán a estar en el paro muchas de las persona contratadas para esta campaña. La forma de afrontar el problema del paro será importante en esta campaña. Sería razonable que se haga de forma seria por parte de ambos partidos y que no se expresen en voz alta aspiraciones concretas que luego no irán ni siquiera en el programa del partido.

Otra de las caras de la crisis económica es el déficit del Estado y de las Comunidades Autónomas. Mientras la Administración central va cumpliendo con lo acordado, más o menos y sin echar tampoco las campanas al vuelo, las administraciones autonómicas superan en la mayoría de los casos el déficit máximo para todo el año. Algunas excepciones como el País Vasco, Navarra o Madrid, sí cumplen con esos requisitos. En el lado contrario está Castilla La Mancha, que tiene cifras de déficit realmente preocupantes. Las Comunidades Autónomas deben cumplir. Los actuales gobernantes de Castilla La Macha dicen que el suyo es un problema heredado de las adminstraciones socialistas anteriores. Nadie puede negarlo, ya que el PSOE llevaba décadas gobernando en esta Comunidad, pero eso no significa que no tenga que esforzarse al máximo para enfrentarse a esta cuestión intentado no recortar en cuestiones básicas como Sanidad o Educación. El agujero de las Comunidades Autónomas no ayudan a dar la imagen que se pretende desde el Estado de que España cumplirá con sus compromisos de déficit.
Otro asunto político que es noticia estos días es un tema nunca cerrado y siempre polémico: el uso del catalán y el español en la educación de los niños catalanes. Una sentencia obliga a incluir más horas de español en las clases, algo que no acepta el gobierno autonómico de CiU. Artur Mas, presidente de la Generalitat, ha dicho que se trata de un tema en el que les llevan siglos tocando las narices. Las posturas parecen bastante enfrentadas. Algunos dicen que sólo son una minoría de padres los que piden que sus hijos sean educados en español, mientras que otros argumentan que esa minoría no lo es tanto y que, en todo caso, tienen derecho a que así sea. ¿Hay conflicto realmente en Cataluña por el idioma? Dicho de otro modo, ¿sería dramático que se educara más en español? Visto desde fuera creo que hay que respetar los derechos de todos los ciudadanos y estoy convencido de que los habitantes de Cataluña ven la convicencia entre español y catalán con mucha más normalidad que ssu políticos.

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