Luz verde del Congreso a la reforma constitucional

PP, PSOE y UPN apoyaron la reforma de la Constitución, mientras que el resto de grupos mostró su disconformidad con la misma de formas diversas. Algunos diputados de estos grupos de la oposición se marcharon del hemiciclo para mostrar así su rechazo al modo en que ha sido tramitada la modificación legal, y también contra su contenido. Otros, como Llamazares, se quedaron en el Congreso para abortar cualquier posibilidad de acuerdo entre los dos grandes partidos y los nacionalistas catanales de CiU. En calquier caso, tan cierto es que la mayoría que sacó adelante la reforma fue aplastante e incontestable como que la oposición a la medida por parte del resto de grupos es igualmente férrea. La reforma para incluir un límite al déficit en la Carta Magna sigue su curso y sólo le queda ya pasar por el Congreso donde la foto será similar a la vista en la Cámara Baja.

Los dos grandes partidos llegaron en tiempo récord a un acuerdo para reformar la Constitución en lo que se ha venido a llamar reforma exprés, demasiado exprés para algunos, y después de ello, sin haber contado para nada con el resto de grupos antes de la tramitación parlamentaria, intentaron que otras formaciones apoyaran su medida. Sólo CiU parecía un apoyo probable, al menos se buscó hasta el último minuto, dentro incluso del hemiciclo, su abstención. Cuando parecía que se iba a lograr, por una enmienda de última hora pactada con Duran i Lleida, el diputado de IU Gaspar Llamazares vetó esta enmienda, algo que es posible al ser un acuerdo en los últimos momentos de la tramitación, e impidió cualquier posibilidad de que PP y PSOE, junto a UPN, no se quedaran tan solos. Mientras tanto, algunos diputados como los de ERC se marcharon del Congreso y ni siquiera votaron la reforma. De este modo, sólo los pocos díscolos del PSOE, la diputada de UPyD y pocos más votaron en contra de la medida.

La acción de Gaspar Llamazares fue un movimiento en la carrera que ha emprendido por ser el líder de la lucha contra el bipartidismo en este país. Está muy bien que se oponga a la reforma, pero no sé si está tan bien que, aunque pueda hacerlo, se dedique a vetar enmiendas que hubieran dado otra apariencia a la reforma constitucional. Logró, eso sí, que el momento en el que vetaba la enmieda fuera el más visto en los telediarios y de los más comentados en las tertulias. El diputado de IU es el abanderado de la oposición a la reforma. Se rompe, dice él, el consenso constitucional. Algo es evidente: sólo los dos grandes partidos, junto a UPN, han apoyado la modificación de la Carta Magna, cuando Zapatero anunció que se iba a buscar el apoyo de todos los partidos y cuando el sentido común invitaba a pensar en un consenso más amplio. No ha sido así y, en cierta medida, tiene razón el diputado de IU cuando afirma, aunque exagera algo, que se está rompiendo el consenso constitucional.

El siguiente paso será el Senado y en breve la Constitución de 1978 estará reformada gracias al acuerdo entre PP y PSOE. El líder de los populares declaró sentirse satisfecho por que la medida es buena para España y porque él la había propuesto antes, mientras que Zapatero dijo estar también satisfecho, aunque en su caso moderadamente, pues sabe que el acuerdo debería haber sido mayor y porque se intentó hasta el último momento sumar al mismo a CiU. El límite del déficit entrará, por lo tanto, en la Constitución tras esta reforma rápida. El argumento dado por PSOE y PP es que estamos en una situación muy delicada en la que hay tomar medidas de este tipo. Curioso que ahora se pongan de acuerdo en lo mal que marcha todo. Curioso y preocupante, porque quizás significa que, en verdad, todo marcha muy mal. En todo caso, también es verdad que se lleva mucho tiempo pidiendo un acuerdo de los dos grandes partidos y, ahora que lo logran, reciben muchas críticas por él.

El tijeretazo de María Dolores de Cospedal en Castilla La Mancha y los esfuerzos que algunas comunidades como Madrid o Galicia piden a los profesores están siendo también noticia política estos días. En realidad, va un poco en la misma línea: recortar para limitar el déficit. Sobre la segunda cuestión, la de los maestros, no se debería olvidad que la educación es el futuro del país. Por otro lado, tampoco está muy bien que se diga que se demonice a este colectivo diciendo que el resto de madrileños trabaja más horas que ellos. Es la misma historia de siempre cuando algún colectivo se pone en huelga, leñan al mono hasta que la sociedad se ponga en contra de ellos. No seamos simplistas y demagógicos. Si no cuidamos la educación, estamos descuidando el futuro del país.

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