La selección española de baloncesto volvió a proclamarse ayer campeona de Europa de baloncesto. Dicho de otro modo, revalidó el título que ya logró hace dos años en Polonia. Empezando por el final, hay que destacar el precioso gesto que tuvieron los compañeros, en especial el capitán Navarro, con su compañero Felipe Reyes haciendo que fuera él quien recibiera el trofeo de campeones de Europa para poder así dedicárselo a su padre recientemente fallecido. Es un gesto, un bello detalle que habla mucho y bien de este grupo de virtuosos del baloncesto que, además, son una piña y demuestran tener gran calidad humana. Ayer España venció con brillantez a la selección francesa por 98 a 85. Esta vez Francia salió a por todas, pero ni por esas pudo hacer frente a una España que lo hizo casi todo bien.
La época dorada del baloncesto español deja siete medallas en una década y tendrá como colofón la disputa por algo que se nos resiste: el oro olímpico, dentro de un año en Londres. Allí estará de nuevo la selección española para intentar hacer el más difícil todavía y lograr vencer a Estados Unidos y todos los grandes equipos que se pongan por delante, que se crucen en su camino hacia la gloria. Pero eso será otra historia. La que interesa alabar es la vista durante estas tres últimas semanas en Lituania. España sólo perdió un partido y, si bien es verdad que estuvo algo dubitativa en algún momento de los primeros partidos, exhibió el talento que tiene este equipo. España iba a Lituania a ganar el oro, y España ganó el oro. Sólo los que están metidos en el deporte de alto nivel saben lo difícil que resulta cumplir un objetivo tan ambicioso como éste y casi año tras año.
Scariolo como técnico y estos doce hombres como jugadores han logrado dar a España un nuevo título europeo: José Manuel Calderón. Víctor Sada, Ricky Rubio, Sergio Llul, Juan Carlos Navarro, Rudy Fernández, Fernando San Emeterio, Víctor Claver, Felipe Reyes, Pau Gasol, Marc Gasol y Serge Ibaka. Ellos han vuelto a llevar a la selección española a la gloria deportiva de saberse el mejor equipo, de nuevo, del continente europeo, de haber ganado el Eurobasket de mayor nivel y calidad de la historia. Son un gran grupo y gran parte de la victoria llega, precisamente, del nivel del conjunto, por lo que destacar individualmente a alguien sería injusto. En todo caso, Juan Carlos Navarra volvió a demostrar que no es de este planeta y dio un recital en todo el campeonato. Fue elegido, como no podía ser de otro modo, MVP del torneo.
Todo el equipo ha luchado y lo ha dado todo durante este largo Eurobasket para poder acabar la historia con un final feliz. Es por esa entrega, ese sacrificio y ese esfuerzo por el que más hemos de estar agradecidos a este grupo de jugadores y técnicos. Nos están acostumbrando mal, o quizás demasiado bien, pero el caso es que cada año esperamos lo máximo de ellos y rara es la ocasión en la que no lo consiguen. Enhorabuena, por la parte que le toca, a la FEB, así como a todo el mundo que ha ayudado a este equipo. En esencia, el mérito de la victoria es de todos los que forman parte de esta selección, con jugadores, técnicos, fisios y demás con un papel estelar. Esta tarde serán homenajeados en Madrid. Será el momento de seguir hablando de ba-lon-ces-to.
¡ Gracias y felicidades!
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