Noticias internacionales

Estados Unidos, Siria y Somalia son noticia por motivos diferentes, pero hacia estos tres países quier orientar esta primera entrada del mes de agosto. 1 de agosto, fecha en la que mucha gente comienza sus vacaciones y algo así podrá hacer ya el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, después de haber logrado alcanzr un acuerdo sobre el techo de deuda que hará posible que su país no entre en suspensión de pagos. Hay que echar la vista atrás, muy atrás, para recordar una situación tan delicada como ésta en Estados Unidos. Una crisis económica brutal a nivel mundial que, unida a una crisis política de división y confrontación entre Partido Demócrata y Partido Republicano, a punto ha estado de llevar al país a la suspensión de pagos. El acuerdo fija una reducción a largo plaza del déficit de 3 billones de dólares y también proyecta que no habrá subida de impuestos, al menos, inmediata. Al parecer, este acuerdo final que ha salvado al país toma puntos de las propuestas de demócratas y republicanos. Finalmente, la cordura ha reinado entre la clase política estadounidense. De esta situación sacarán muchas conclusiones los analistas políticos de este país, ya que se ha podido ver cómo está en estos momentos la política de Estados Unidos.

Para empezar, parece claro que el poder del Tea Party es muy elevado dentro del Partido Republicano. Este grupo al que algunos llaman ultra y que está situado a la derecha del sector más conservador de esta formación política, cuenta con no muchos congresistas. Hay más republicanos que no son del Tea Party que miembros de este grupo, pero tienen más poder y a punto han estado de evitar un acuerdo. La división dentro del Partido Republicano parece una de las conclusiones más claras de esta crisis. Además, también se puede deducir que hay un grupo de políticos republicanos que están dispuestos a cualquier cosa para derribar al presidente Obama y desalojarlo de la Casa Blanca. Poco les ha importado poner en jaque la estabilidad económica del país más poderoso del mundo, de su país, con tal de que Obama sufriera el desgaste de estas negociaciones fallidas y fuera el presidente a quien todos responsabilizaran de esta situación. Según algunas encuestas, esto no es recibido así por los ciudadanos, que valoran que Obama ha cedido y ha estado especialmente activo durante esta crsis con constantes intervenciones públicas y con presencia en las negociaciones para sacar adelante un acuerdo, algo que han logrado finalmente a pesar de las ganas de algunos de llevarse por delante al presidente de forma irresponsable.

Estados Unidos es uno de los países en los que están sucediendo noticias importantes estos días, pero no es el único. Si la situación en este país era delicada en lo que respecta a lo político y económico, los países de los que me queda hablar en esta entrada sufren algo más grave. Hablo de las crisis humanitarias en Siria y Somalia, por diferentes razones, que tienen al mundo con el corazón encogido y a muchas personas preguntándose qué pueden hacer para ayudar a toda la gente que tanto está sufriendo en estos dos países. Comienzo por Siria. Allí no hay paz ni la situación se ha estabilizado. Muchas veces tendemos a pensar que de aquello que no se informa en la prensa es algo que no existe o que es poco importante, pero en este país, a pesar de haber desaparecido estos últimos días de las portadas de diarios e informativos, todo sigue similar a cómo lo dejamos la última vez que tuvimos información de ello. Hasta ayer, porque ayer el presidente Bashar Al Asad decidió intensificar su brutal represión y mandó a su ejército entrar con tanques en la ciudad rebelde de Hama. Cien personas murieron como consencuencia de estos terribles ataques. Según informan testigos de la matanza, los tanques disparaban en todas direcciones y contra aquel que encontraban a su paso.

La comunidad internacional, que mal que bien reaccionó en Libia, parece que quiere ahora hacer algo sobre Siria. Es tarde, muy tarde, pero más vale tarde que nunca. El presidente Asad no está dispuesto a dejar de ejercer esta odiosa represión que acaba con la vida de cientos de personas, de cientos de compatriotas. Al igual que presenciamos con Gadafi, aterra ver cómo estos dictadorzuelos no tienen el más mínimo escrúpulo en masacrar a su pueblo con el fin de seguir aferrados al poder. Asad está ejerciendo una represión inaceptable y, como digo, los países reaccionan ante ella con palabras contundentes. Es el momento de dar una respuesta clara al régimen sirio. Esto no puede seguir así y, aunque sabemos que es muy complicado poner fin a este tipo de situaciones (no hay más que echar un vistazo a Libia), la comunidad internacional está obligada a actuar contra los mandatarios sirios. Lo deseable es que los dirigentes sirios, así como los libios y el resto de mandatarios que masacran a su pueblo, respondan ante la justicia. Están cometiendo graves delitos y las víctimas, así como todos los que están jugado su vida por la libertad y por librarse de estos energúmenos, merecen que se ponga fin a su mandato y que se abra un tiempo nuevo en esos países.

Acabo con el drama de Somalia que sigue doliendo y afectando a todos. El 9 de agosto se ha organizado una conferencia sobre el hambre en Somalia que se celebrará en Adis Abeba. Según la ONU, decenas de miles de personas ya han muerto de hambre y cientos de miles están en grave riesgo de poder correr la misma suerte. Los Estados, por muy apretados que estén por la crisis económica, y también cada uno de nosotros, debemos contribuir en la medida de nuestras posibilidades a combatir este drama del hambre que está sacudiendo de forma especialmete dura al cuerno de África. Nos olvidamos con frecuenca de que hay personas que están sufriendo de verdad, que tienen problemas serios y que pasan los días preguntándose si éste será el último que sus niños aguanten sin poder tener nada que llevarse a la boca. Esta situación dramática merece una respuesta adecuada por parte de la comunidad internacional. Ahora que muchos estamos disfrutando de las vacaciones, sería recomendable que pusiéramos nuestra mirada en la gente que no sólo no puede concebir lo que es irse de vacaciones, sino que apenas puede alimentarse para sobrevivir. No se trata de sentirnos culpables, sino de ser solidarios y conscientes de que muchas personas no han tenido la misma suerte que nosotros.

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