Huelga de futbolistas

El presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), Luis Rubiales, compareció ayer en rueda de prensa para anunciar que habrá huelga en las dos primeras jornadas de Liga. Lo más noticioso de esta convocatoria de huelga, al margen del parón en sí, es el apoyo de futbolistas destacados y de primer nivel como Íker Casillas o Carles Puyol, entre otros muchos. La foto es portada en varios diarios y no es para menos. Más de cine futbolistas de distintas categorías juntos para reinvidicar algo tan sencillo como que se pague a quienes están sin cobrar desde hace tiempo. Sin duda no hubiera tenido la misma relevancia ni la misma fuerza esta convocatoria de huelga de no haber venido acompañada de este gran apoyo por parte de muchos jugadores, entre ellos, de varios campeones del mundo.

El comentario fácil es el siguiente: ¿cómo es posible que estos futbolistas que cobran auténticas millonadas se pongan en huelga mientras hay millones de parados que realmente lo están pasando mal? Algunos medios, como El Mundo, se han apuntado a este argumento simplón y algo demagógico. El caso es que ni Casillas, ni Puyol, ni Javi Martínez, ni Llorente ni ninguno de estos futbolistas de primer nivel se ponen en huelga para pedir cobrar más, sino por solidaridad con sus compañeros de equipos modestos que no están cobrando. Creo que es desacertado, pero se está haciendo, poner el acento en lo que cobran los mejores futbolistas. Por varias razones. En primer lugar, una elemental, si alguien hace un trabajo y ha firmado un contrato, debe cobrar por su labor lo que esté estipulado en ese contrato. En segundo lugar, porque no son los mejores futbolistas, los que cobran cantitades desorbitadas, los que están en apuros, sino los más jugadores de clubes en problemas económicos. Además, quienes están en esta situación no cobran millonadas.

La LFP se está ganando a pulso la fama de institución que genera problemas en lugar de resolverlos. Creo que el fútbol, que obviamente no es para nada lo más importante del mundo ni una cuestión enormemente trascendente, sí cumple una función de entretenimiento y anima a mucha gente el fin de semana. Se puede jugar sin dirigentes, sin presidentes, sin casi todo, pero no se puede jugar sin futbolistas y hay que contar con ellos, por lo tanto, si se quiere tener un gran espectáculo. La LFP no puede mirar para otro lado ni adoptar una actitud chulesca y prepotente, como está haciendo hasta ahora. Lo que se está debatiendo es que los jugadores que no cobran, puedan hacerlo. Creo que es algo bastante razonable. Además, está la trampa de la Ley Concursal, un escándalo auténtico que sirve para generar situaciones disparatadas y obscenas, con clubes que no tienen para pagar a sus empleados, pero que no descienden de categoría y pueden seguir como si nada.

El fútbol mueve unas cantitades de dinero enormes. Es otro debate, pero es cierto que sería adecuado establecer un tope salarial ente los futbolistas. Pero, como digo, nos salimos del debate central que lleva a esta huelga: hay futbolistas que no cobran sus fichas y a los que se les debe importantes cantidades de dinero. Al contrario que los que critican hoy a Casillas y al resto de futbolistas de primer orden que dieron ayer la cara en la rueda de prensa, considero que su gesto es muy solidario. No tenían ninguna necesidad de enfrentarse a las críticas que, tal y como estaba cantado, les iban a llegar por hacer huelga a pesar de ser unos provilegidados. Es verdad que los futbolistas, incluso los más modestos, no son los que peor lo tienen en esta situación de crisis, pero eso no significa que no se les deba pagar lo firmado en su contrato.

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