Se cierra el curso político

Hoy se celebra en el Congreso de los Diputados el último pleno hasta septiembre, en un principio pues hay quien rumorea sobre la posibilidad de que se convoquen elecciones para otoño. En el pleno de hoy se hablará sobre el acuerdo alcanzado en la pasada Cumbre Europea en la que se decidió sacar adelante un nuevo rescate a Grecia y del que, según parecía en un primer momento, la UE debería salir reforzada. Además, hoy se lleva a cabo una importante reunión económica entre el gobierno y los consejeros de Economía de las Comunidades Autónomas con mayoría del PP en el que se pedirá al ejecutivo un aplazamiento en el pago de los anticipos que el gobierno hizo a las administraciones autonómicas pero que tendrán que ser devueltos ya que la actual situación económica no se correspondió con el cálculo del gobierno central. Ya existe un plazo de seis años para devolver esos ingresos, pero las Comunidades gobernadas por el PP van a pedir que se amplie a diez años. Por otro lado, el gobierno central va a pedir a las Comunidades Autónomas que se ponga un techo de gasto en cada administración. En todo caso, es un buen momento para hablar de política ahora que esto llega a su fin y acaba un nuevo curso político que ha estado marcado por la crisis económica.
Coincidiendo con este fin del curso político, se publicará una encuesta del CIS de intención de voto. Será la primera con Rubalcaba como candidato oficial del PSOE y la duda está en saber hasta qué punto el ex ministro del Interior habrá logrado reducir los diez puntos de ventaja que tenía el PP de Rajoy respecto al PSOE en la última entrega de esta encuesta. Si la crisis ha sido lo que ha marcado el curso político que hoy se cierra, el debate ha girado en torno a quién sería el candidato socialista a las próximas generales. Además, la cita política más importante fue el 22 de mayo con las elecciones autonómicas y locales en las que el PP logró un resultado histórico y que dejaron al PSOE con el menor poder autonómico de su historia reciente. Por otro lado, este cursdo ha vivido el nacimiento de un movimiento social, el 15-M, que amenaza con seguir presente en el próximo y al que los políticos han pasado de no querer escuchar a hacerles guiños más o menos claros para intentar atraer esa parte del electorado descontento con los dos grandes partidos. En definitica, un curso político en el que Zapatero comenzó a despedirse y en el que han sido continuas las peticiones, por parte del PP, de adelanto electoral. Lo cierto es que hace tiempo que el presidente dejó de ser rotundo con este tema y esto genera dudas sobre cuándo se celebrarán las elecciones generales previstas para marzo del 2012.

La primera mirada a la hora de hacer un resumen, poco exhaustivo por otra parte, del curso político debe ser para la crisis económica. Nada de brotes verdes, muy al contrario, unas cifras del paro que, más allá de leves descensos estacionales, siguen siendo muy preocupantes. La economía no da señales de mejoría. El presidente Zapatero insiste cada vez que se refiere a este asunto en afirmar que será duro y difícil salir de esta crisis, pero también afirma que estamos en el buen camino. Hace pocas semanas la prima de riesgo de España se empezaba a disparar ante el temor a un contagio de Grecia a economías como la nuestra o la italiana. Hay falta de confianza y no da la sensación de que estemos saliendo de esa situación en la que todo el mundo habla de la crisis, en la que todos tienen algo por lo que temer y en la que estamos viendo cómo cada día se sigue sufriendo por esta situación económica sin que parezca que hay salida a corto plazo. Es cierto que los últimos datos del paro no han sido malos, pero todo hace indicar que son contrataciones para la temporada de verano las que han tirado hacia arriba de estas cifras. Algo es algo, sí, pero se tiene el temor de que sea una mera cuestión estacional y que en septiembre se regrese a la cruda realidad.

Sobre las dos grandes formaciones políticas, el PSOE ha vivido un año complicado. Primero, por la crisis económica que le ha tocado afrontar desde la responsabilidad del gobierno y que le ha llevado a reformas impopulares como la de las pensiones o la subida de la edad de jubilación hasta los 67 años. Después, por el nefasto resultado electoral en las elecciones del 22 de mayo, un hundimiento total para los socialistas que vieron cómo el mapa electoral de España se teñía de azul. Y, más tarde, con la renuncia de Zapatero a ser el candidato del PSOE a las próximas generales y las guerras internas, de las que quizás algún día nos enteraremos con detalle, que se vvieron dentro del partido hasta que Carme Chacón decidió renunciar a su candidatura y dejar vía libre a Alfredo Pérez Rubalcaba para ser el cabeza de lista del PSOE en las próximas elecciones generales. Ha sido un curso difícil también porque las encuestas han seguido señalando que el PP está muy por delante de los socialistas en intención de voto. Para muchos la única esperanza es que Rubalcaba pueda darle la vuelta a esta situación en su cara a cara con Rajoy, en esa cita con las urnas que aún no sabemos cuándo se celebrará. El candidato genera ilusión en gran parte del partido.

Sobre el PP, quizás se puede decir que su curso ha sido todo lo contrario. Las elecciones del 22 de mayo dejaron un resultado excelente para esta formación que sólo ha tenido un nubarrón oscuro encima de él durante este año: el caso Gürtel. Esa trama de corrupción llevó al presidente valenciano, reelegido el 22 de mayo por los ciudadanos con mayoría absoluta a pesar de su implicación en el caso de los trajes, a dimitir. Camps dejó hace unos días su puesto a Alberto Fabra que será elegido presidente valenciano en las próximas fechas y dejará de ser alcalde de Castellón. Las encuestas van a favor del PP y todo parece ser positivo para esta formación. Eso sí, no puede quedar sin críticas la actitud de algunos dirigentes de este partido. En general, su estrategia para llegar a La Moncloa parece ser no hacer nada, no proponer nada y dejarse llevar por la corriente. Se echan en falta propuestas de este partido que no sean las cansinas peticiones de elecciones anticipadas. Últimamente, el líder popular sólo hace una cosa: decir que el crédito del gobierno se ha acabado y que tiene que convocar elecciones. Esta siguiendo una estrategia muy conservadora, nunca mejor dicho, ya que no se arriesga a dejar ver lo que él haría de llegar al gobierno ni propone nada.

Este curso también ha estado protagonizado por ciudadanos que han salido a las calles a reinvindicar mejoras en la política y en la economía, pero sobre todo a demostrar su indignación con el modo en que se están haciendo las cosas. Es el movimiento 15-M, los indignados, que han llevado a cabo importantes actos de protesta en todoa España, especialmente en Madrid, que invitan a pensar que han logrado conectar con parte de la población. Lograron que en plena campaña electoral la atención se desviara de los mensajes de los partidos políticos hasta la Puerta del Sol donde estuvieron acampados varias semanas haciendo asambleas y debatiendo cambios en la sociedad. Su mensaje, ciertamente poco concreto en algunos casos, va contra la corrupción, la Ley Electoral, el bipartidismo o el poder de la banca y de los mercados. Han tenido sonados éxitos y estrepitosos patinazos, pero el movimiento sigue vivo y convendría tenerle en cuenta. El 15-M debería hacer un esfuerzo aún mayor por concretar sus propuestas, pero sabe que tiene detrás a bastante gente que se siente identificada con sus mensjaes y sus exigencias de cambios. Algunos políticos, como Cayo Lara o Rubalcaba más recientemente, han hecho guiños al 15-M para intentar arrimar el ascua a su sardina. El próximo curso comenzará con la atención puesta en muchos factores, pero también en el 15-M.

En todo caso, si algo llena debates y tertulias políticas estos días es el posible adelanto electoral. Hoy, sin ir más lejos, el diario ABC titula que el Congreso se despide de Zapatero, dando por hecho que el de hoy será el último pleno al que acuda el presidente del gobierno. Dentro de las muchas especulaciones sobre un adelanto electoral, una de ellas es la de que no se abrirán las puertas del Congreso en septiembre y que se convocarán elecciones para octubre. Algunos ministros niegan que esto vaya a ser así, pero hace tiempo que Zapatero no es tan firme cuando responde sobre esta cuestión. Son muchos los partidos políticos, no sólo el PP, quienes defienden que la legislatura está agotada, pero el PSOE cuenta con el apoyo de CC y del PNV, suficiente para seguir así hasta marzo si logra sacar adelante los presupuestos generales del Estado. Será el gran asunto de debate político y, cuando regresen los políticos en septiembre, puede que comencemos a salir de dudas.

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