Entrada de hoy de mi blog de ciclismo, Pelotón Agrupado:
El Tour de Francia se acerca a sus horas decisivas. Desde el martes, y especialmente a partir del jueves, podremos ir saliendo de dudas en una carrera abierta, quizás la más abierta a estas alturas de los últimos años. Llegamos a la segunda jornada de descanso para los corredores que es de análisis y comentarios para los seguidores de este deporte y, en concreto, de esta carrera. La etapa de ayer se decidió al esprint y eso, generalmente, es sinónimo de triunfo de Mark Cavendish, el mejor velocista del momento. El ciclista inglés está luchando con José Joaquín Rojas por el maillot verde y ha declarado que esta batalla llegará hasta París, hasta los Campos Elíseos. Que Rojas esté tuteando a Cavendish dice mucho a favor del ciclista del Movistar. En relación a la polémica que envuelve al modo en que, según parece, Cavendish pasa los puertos de montaña (agarrado, supuestamente, al coche), es cierto que se debe investigar a fondo, pero en teoría se está investigando por lo que nada más se puede decir al respecto.
La lucha por el maillot verde es, sin duda, la salsa de etapas como la de ayer. El esprint intermedio se disputa como si se tratara de un final de etapa, aunque haya escapados por delante que se lleven puntos en la regularidad. Rojas está dando un salto enorme como ciclista en este Tour y, aunque ayer se vio que está quizás un escalón por debajo de otros esprinters, creo que no es descabellado pensar que puede darnos una alegría inmensa consiguiendo ese maillot verde, aunque para ello tendrá que seguir luchando con todas sus fuerzas. Su tesón puede tener premio, pero en caso de que no sea así, se llevará el reconocimiento de todos y será un digno rival al mejor esprinter del mundo. Ahora mismo, está a 37 puntos. Parece complicado, pero estoy convencido de que irá a porsu objetivo hastas el final.
La gran batalla de que hablo en el titular de esta entrada es la lucha por la general. Ayer repasé las etapas que quedaban por disputarse en este Tour de Francia y, salvo la última de París, todas on idóneas para ver lucha, en especial las del jueves, viernes y sábado. Soy de los que piensa que todo se va a resolver en la crono final del sábado en Grenoble. También me uno a aquellos que dan, a día de hoy, a Cadel Evans como favorito número uno para el triunfo final en París. Y, por cierto, también estoy de acuerdo con los que defienden que la estrategia de los hermanos Schleck es bastante dudosa y no sé si les dará el resultado esperado si siguen con esos mini ataques alternos. Basso declaró ayer que de este modo no van a conseguir dejar a Contador. Thomas Voeckler cree que puede ganar el Tour. Él ha declarado que sus posibilidades de hacerlo son del cero por ciento, pero considero que ésta es la mejor prueba de que lo único que quiere con estas declaraciones es quitarse presión. Es lógico que sueñe con el Tour, y también que meta la presión a los superfavoritos a la victoria.
Este Tour está resultando decepcionante. Por supuesto, depende de a quién preguntes. Seguro que si hablas con un francés, por ejemplo, te dirá que esta siendo maravilloso porque Voeckler, ciclista querido en su país como pocos, sigue de líder y está resistiendo bien a los favoritos. Lo que parece claro es que, si los grandes de esta carrera atacan, que deben atacar (unos más que otros), el ciclista galo lo pasará mal para seguir su ritmo. Hablo de ataques de verdad en puertos duros y en etapas que están llamadas a pasar a la Historia del Tour de Francia por todo lo que se va a decidir en ellas. Pero, regresando a la idea que muchos tienen de que esta carrera está dejando mucho que desear, es cierto que todos esperábamos algún movimiento más, algo más de espectáculo en los Pirineos. Todo se queda para los Alpes y, como siempre hay que ver el vaso medio lleno, deberíamos congratularnos de lo que se viene encima, de lo que se avecina en el Tour con los grandes favoritos obligados a mostrar de una vez por todas sus cartas. El único caso en el que parece justificado no atacar es de Evans, a quien en teoría le valdría resistir los ataques del resto y sentenciar en la crono final.
Alberto Contador ha declarado que no quiere llegar a París arrepentido por no haber atacado. Es una forma bastante clara de decir que va a atacar en los Alpes. Eso sí, lo deja todo en manos de su estado de forma, de cómo se encuentre en las etapas venideras. Si algo sabemos de Contador es que, si está bien, va a atacar. Cuando hace poco se le preguntó si creía que se podía remontar el tiempo perdido, él dijo que sí, que si no para qué estaba aquí. Es una respuesta muy significativa, ya que el ciclista español sólo tiene un objetivo cuando acude a una carrera, más si ésta es el Tour de Francia: ganar. Y sabe que para ganar esta carrera va a tener que atacar. No dudo de que, si las piernas les responden, vamos a ver arreones de Contador. La duda es, precismente, si será capaz de recuperarse y si su rodilla no le da más guerra. Algo está claro, los grandes favoritos no han sido capaces de rematar a un Contador con problemas físicos. Harían mal en descartarle antes de tiempo.
Sobre qué tienen que hacer los distintos aspirantes al triunfo final en París, cada cual seguirá la estrategia que más le convenga. Samuel Sánchez, por empezar con el mejor español clasificado, intentará beneficiarse de la falta de vigilancia hacia él y del excesivo marcaje que se hacen el resto de favoritos para seguir sacando tiempo. La etapa de mañana y la del miércoles acaban tras descender un puerto de segunda, por lo que creo que son dos ocasiones ideales para que, aprovechando lo bien que baja el asturiano, pueda intentar sacar más tiempo y, quién sabe, hasta ganar la etapa. Sus opciones de podio están intactas y se puede decir que, de los grandes favoritos, es el que mejor forma ha demostrado en el paso por los Pirineos. Samuel Sánchez debe seguir corriendo de forma tan inteligente y valiente como hasta ahora. Esta forma de correr le ha dado una etapa y le ha hecho ascender más y más en la general.
Thomas Voeckler, por su parte, es la gran esperanza francesa para volver a ver a un corredor galo como vencedor del Tour. Yo, sinceramente, no creo que sea un ciclista que pueda ganar el Tour, al menos este Tour. Si Voeckler ganara la carrera, con la cantidad de corredores importantes que están al acecho, sería toda una heroicidad del ciclista francés No creo que vaya a pasar los Alpes tan fácil como los Pirineos, ya que espero batalla entre los otros favoritos. Eso sí, si entre unos y otros se dejan la casa sin barrer, meterán de lleno a Voeckler en la lucha por el triunfo final. Evans está perfectamente situado para correr como más le gusta, es decir, sin atacar y dejándose llevar por el resto para rematar en la crono final. Es por ello que los Schleck tienen que intentar sacar tiempo al australiano. Su táctica es poco entendible y no les está dando grandes frutos. Creo que, antes o después, deberán apostar por uno de los dos en el Leopard. Basso, por su parte, está mostrando un buen estado de forma y ha centrado toda su preparación para el Tour. Es un rival a tener en cuenta. Por último, Alberto Contador tiene que atacar, aunque en la crono sea también muy bueno y superior al resto de rivales.
La carrera está muy abierta y es de esperar que el jueves y el viernes, con los dos etapones de montaña que tendrán que hacer frente los corredores, veamos una guerra sin cuartel entre los aspirantes a la victoria. Será bonito porque no se reducirá, como en años anteriores, a un duelo a dos, sino que tendrán que estar pendientes de cada movimiento de, al menos, seis corredores. Para ver un buen espectáculo, los corredores tendrán que sacudirse el miedo, el respeto enorme que tienen al resto, y también tendrán que ser ambiciosos y macharse de forma valiente hacia la victoria. No valen los cálculos de entrar en el top 10 en el top 5. Deben ir a por la victoria. Lo harán ante una gran expectación. La etapa del sábado fue vista en La 1 de TVE por 2.685.000 espectadores, un 23,6% de share. Luego dirán que el ciclismo no interesa.
La lucha por el maillot verde es, sin duda, la salsa de etapas como la de ayer. El esprint intermedio se disputa como si se tratara de un final de etapa, aunque haya escapados por delante que se lleven puntos en la regularidad. Rojas está dando un salto enorme como ciclista en este Tour y, aunque ayer se vio que está quizás un escalón por debajo de otros esprinters, creo que no es descabellado pensar que puede darnos una alegría inmensa consiguiendo ese maillot verde, aunque para ello tendrá que seguir luchando con todas sus fuerzas. Su tesón puede tener premio, pero en caso de que no sea así, se llevará el reconocimiento de todos y será un digno rival al mejor esprinter del mundo. Ahora mismo, está a 37 puntos. Parece complicado, pero estoy convencido de que irá a porsu objetivo hastas el final.
La gran batalla de que hablo en el titular de esta entrada es la lucha por la general. Ayer repasé las etapas que quedaban por disputarse en este Tour de Francia y, salvo la última de París, todas on idóneas para ver lucha, en especial las del jueves, viernes y sábado. Soy de los que piensa que todo se va a resolver en la crono final del sábado en Grenoble. También me uno a aquellos que dan, a día de hoy, a Cadel Evans como favorito número uno para el triunfo final en París. Y, por cierto, también estoy de acuerdo con los que defienden que la estrategia de los hermanos Schleck es bastante dudosa y no sé si les dará el resultado esperado si siguen con esos mini ataques alternos. Basso declaró ayer que de este modo no van a conseguir dejar a Contador. Thomas Voeckler cree que puede ganar el Tour. Él ha declarado que sus posibilidades de hacerlo son del cero por ciento, pero considero que ésta es la mejor prueba de que lo único que quiere con estas declaraciones es quitarse presión. Es lógico que sueñe con el Tour, y también que meta la presión a los superfavoritos a la victoria.
Este Tour está resultando decepcionante. Por supuesto, depende de a quién preguntes. Seguro que si hablas con un francés, por ejemplo, te dirá que esta siendo maravilloso porque Voeckler, ciclista querido en su país como pocos, sigue de líder y está resistiendo bien a los favoritos. Lo que parece claro es que, si los grandes de esta carrera atacan, que deben atacar (unos más que otros), el ciclista galo lo pasará mal para seguir su ritmo. Hablo de ataques de verdad en puertos duros y en etapas que están llamadas a pasar a la Historia del Tour de Francia por todo lo que se va a decidir en ellas. Pero, regresando a la idea que muchos tienen de que esta carrera está dejando mucho que desear, es cierto que todos esperábamos algún movimiento más, algo más de espectáculo en los Pirineos. Todo se queda para los Alpes y, como siempre hay que ver el vaso medio lleno, deberíamos congratularnos de lo que se viene encima, de lo que se avecina en el Tour con los grandes favoritos obligados a mostrar de una vez por todas sus cartas. El único caso en el que parece justificado no atacar es de Evans, a quien en teoría le valdría resistir los ataques del resto y sentenciar en la crono final.
Alberto Contador ha declarado que no quiere llegar a París arrepentido por no haber atacado. Es una forma bastante clara de decir que va a atacar en los Alpes. Eso sí, lo deja todo en manos de su estado de forma, de cómo se encuentre en las etapas venideras. Si algo sabemos de Contador es que, si está bien, va a atacar. Cuando hace poco se le preguntó si creía que se podía remontar el tiempo perdido, él dijo que sí, que si no para qué estaba aquí. Es una respuesta muy significativa, ya que el ciclista español sólo tiene un objetivo cuando acude a una carrera, más si ésta es el Tour de Francia: ganar. Y sabe que para ganar esta carrera va a tener que atacar. No dudo de que, si las piernas les responden, vamos a ver arreones de Contador. La duda es, precismente, si será capaz de recuperarse y si su rodilla no le da más guerra. Algo está claro, los grandes favoritos no han sido capaces de rematar a un Contador con problemas físicos. Harían mal en descartarle antes de tiempo.
Sobre qué tienen que hacer los distintos aspirantes al triunfo final en París, cada cual seguirá la estrategia que más le convenga. Samuel Sánchez, por empezar con el mejor español clasificado, intentará beneficiarse de la falta de vigilancia hacia él y del excesivo marcaje que se hacen el resto de favoritos para seguir sacando tiempo. La etapa de mañana y la del miércoles acaban tras descender un puerto de segunda, por lo que creo que son dos ocasiones ideales para que, aprovechando lo bien que baja el asturiano, pueda intentar sacar más tiempo y, quién sabe, hasta ganar la etapa. Sus opciones de podio están intactas y se puede decir que, de los grandes favoritos, es el que mejor forma ha demostrado en el paso por los Pirineos. Samuel Sánchez debe seguir corriendo de forma tan inteligente y valiente como hasta ahora. Esta forma de correr le ha dado una etapa y le ha hecho ascender más y más en la general.
Thomas Voeckler, por su parte, es la gran esperanza francesa para volver a ver a un corredor galo como vencedor del Tour. Yo, sinceramente, no creo que sea un ciclista que pueda ganar el Tour, al menos este Tour. Si Voeckler ganara la carrera, con la cantidad de corredores importantes que están al acecho, sería toda una heroicidad del ciclista francés No creo que vaya a pasar los Alpes tan fácil como los Pirineos, ya que espero batalla entre los otros favoritos. Eso sí, si entre unos y otros se dejan la casa sin barrer, meterán de lleno a Voeckler en la lucha por el triunfo final. Evans está perfectamente situado para correr como más le gusta, es decir, sin atacar y dejándose llevar por el resto para rematar en la crono final. Es por ello que los Schleck tienen que intentar sacar tiempo al australiano. Su táctica es poco entendible y no les está dando grandes frutos. Creo que, antes o después, deberán apostar por uno de los dos en el Leopard. Basso, por su parte, está mostrando un buen estado de forma y ha centrado toda su preparación para el Tour. Es un rival a tener en cuenta. Por último, Alberto Contador tiene que atacar, aunque en la crono sea también muy bueno y superior al resto de rivales.
La carrera está muy abierta y es de esperar que el jueves y el viernes, con los dos etapones de montaña que tendrán que hacer frente los corredores, veamos una guerra sin cuartel entre los aspirantes a la victoria. Será bonito porque no se reducirá, como en años anteriores, a un duelo a dos, sino que tendrán que estar pendientes de cada movimiento de, al menos, seis corredores. Para ver un buen espectáculo, los corredores tendrán que sacudirse el miedo, el respeto enorme que tienen al resto, y también tendrán que ser ambiciosos y macharse de forma valiente hacia la victoria. No valen los cálculos de entrar en el top 10 en el top 5. Deben ir a por la victoria. Lo harán ante una gran expectación. La etapa del sábado fue vista en La 1 de TVE por 2.685.000 espectadores, un 23,6% de share. Luego dirán que el ciclismo no interesa.
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