El Tea Party pone difícil el acuerdo en EE.UU

Desde que el Tea Party hizo su irrupción en la política norteamericana en las elecciones de mitad de mandato dentro del Partido Republicano, este grupo a la derecha del sector más de derechas de este partido ha bloqueado todo lo que ha podido las propuestas de Obama. En este caso, Estados Unidos se está jugando llegar a una situación de suspensión de pagos, pero el Tea Party ha cogido la presa y no quiere soltarla. Ya he escrito en varias ocasiones que lo que está pasando en EE.UU es propio de políticos muy poco responsables, y no convendría echar toda la culpa al Teal Party y quitarle responsabilidad al Partido Demócrata y hasta al propio presidente, pero lo cierto es que es este grupo algo radical el que está poniendo más palos en las ruedas y más obstáculos para avanzar hacia un acuerdo que logre evitar una situación preocupante en este país. De momento, se ha suspendido la votación sobre la enésiam propuesta de acuerdo y los días pasan rápido. El 2 de agosto es la fecha tope para lograr un acuerdo y da la sensación de que hay a quien no le importa embarrarlo todo para lograr que Obama quede debilitado antes de las elecciones presidenciales.

El Tea Party no es todo el Partido Republicano, sino sólo un sector del mismo, pero será clave para poder sacar adelante este acuerdo. Lo que se está buscando en Estados Unidos es ampliar el techo de gasto para evitar entrar en la suspensión de pagos. Es una cuestión económica, pero sobre todo parece una cuestión política. Se precisa de un acuerdo político que, por el momento, la oposición no está dispuesta a conceder a Obama. El presidente estadounidense se ha puesto serio y ha alertado de todas las maneras posibles sobre el riesgo de no alcanzar un acuerdo, pero ha servido de poco. El Tea Party bloquea una y otra vez todo lo que sale de la Casa Blanca o lo que provenga del Partido Demócrata y así es difícil alcanzar pactos por muy necesarios que estos sean.

Habrá que seguir muy de cerca lo que sucede en las próximas horas en Estados Unidos, ya que podría entrar en suspensión de pagos y se habla incluso de que se podría rebajar la calificación de su deuda y perdería la triple A por primera vez en la historia. Se necesita sentido de la responsabilidad y altura de miras. Cuando el Partido Republicano ganó las elecciones de mitad de mandato, ya se veía venir que podían darse situaciones como ésta, pero siempre se confía en que los políticos serán capaces de mirar por el interés del país antes que por el suyo propio mirando a la próxima cita con las urnas. Parece que, una vez más, esto no se cumple.

El 2 de agosto es la fecha límite y ahora se sigue una carrera contrarreloj para lograr un acuerdo que, pase lo que pase si finalmente se logra, será in extremis. Sobre las consecuencias electorales que podría tener que no se alcanzara un acuerdo, lo cierto es que no está claro que todas las culpas vayan a recaer en el presidente Obama, tal y como desean los miembros del Tea Party. En todo caso, la situación que vive Estados Unidos demuestra hasta qué punto es cierto aquello de que los políticos deben estar para resolver problemas, no para ocasionarlos.

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