La gran cita del año, el Debate del estado de la Nación, y más concretamente el cara a cara entre Rajoy y Zapatero, ha despertado gran expectación. El presidente del gobierno aprovechó sus intervenciones de ayer para despedirse. Dio las gracias a todos los partidos que han colaborado con el gobierno y también, de formas muy especial, al PSOE. Además, el debate de ayer sirvió para que Rajoy le expresara a Zapatero los mejores deseos en su vida familiar y personal. Un detalle esperado tras un cara a cara muy tenso en el que el líder del PP no se salió del guión previsto y volvió a reclamar elecciones anticipadas. El presidente también estuvo dentro de lo esperado, defendiendo su gestión y también diciendo que será él quien decida cuándo se convocan elecciones. En cuanto al resto de grupos parlamentarios, CiU también pidió elecciones anticipadas y sólo el PNV, que según parece está sacando mucho de sus apoyos al gobierno en esta fase final de la legislastura, dijo que se debían cumplir los plazos y celebrar las elecciones cuando está previsto.
Sobre el debate en sí, más allá de despedidas, el presidente del gobierno reconoció una vez más que los datos del paro son inasumibles y dijo que el Debate sobre el estado de la Nación era, un año más, el Debate sobre la lucha contra la crisis. Zapatero defendió lo que su gobierno está haciendo y también dijo que hay que seguir adelante con las reformas. Por ese motivo, el presidente se inclina, aunque tampoco de forma totalmente rotunda, por agotar la legislatura. Digo que no de forma rotunda porque tengo la sensación de que Zapatero no tiene del todo claro que las elecciones vayan a ser en marzo del año próximo. El que está deseando que no se así es Mariano Rajoy, quien pide de forma insistente elecciones anticipadas.
El líder de la oposición le dijo al presidente que había recibido la mejor herencia económica de la democracia y que iba a dejar la peor posible. Por su parte, Zapatero dijo de Rajoy que no presentaba ninguan propuesta y le pidió que su discurso fuera más allá de reclamar una y otra vez elecciones. Fue un debate algo tenso en el que se evidenció la distancia entre el gobierno y el principal partido de la oposición. Dos detalles me gustaron ayer de cada uno de ellos, uno de Rajoy y otro de Zapatero. El presidente pidió al líder del PP mojarse, es decir, que dijera lo que piensa sobre algún punto concreto del que, y es verdad, los españoles desconocen su opinión. Por ejemplo, ¿abarataría el PP el despido de llegar al poder? En relación a Rajoy, me gustó cuando dijo que en 1996 el PP supo crear las condiciones para que los españoles crearan puestos de trabajo. Me gustó que dijera que el mérito de crear puestos de trabajo es de los españoles, no del gobierno en sí.
En todo caso, no creo que este debate vaya a pasar a la Historia del parlamentarismo español. Si acaso lo hará por ser el último de Zapatero. Por lo demás, lo de siempre, encuestas en los diarios para saber quién ha ganado el debate y versiones totalmente opuestas de uno y otro partido sobre lo sucedido en el cara a cara. Lo más lamentable, una vez más, fue que cuando se acabó el debate entre Zapatero y Rajoy, la mayoría de los parlamentarios se marcharon del hemiciclo. Es triste, una falta de respeto a los grupos minoritarios y, además, una demostración de que hacen muy mal su trabajo. Si están ahí es para asistir a todo el debate, no sólo al cara a cara más esperado. El resto de líderes también tienen cosas que decir y, por respeto, deben ser escuchados.
CiU, sin ir más lejor, pidió elecciones anticipadas y adelantó que no va apoyar los presupuestos de este año. Duran i Lleida considera que la legislatura está agotada. El PNV no cree eso, quizás no le interesa creerlo, por lo que su portavoz pidió "sudar la camiseta" hasta el final del partido. Llamazares se mostró muy crítico con el presidente del gobierno en representación de IU en el que, probablemente, también será su último Debate sobre el estado de la Nación , ya que no será él el cabeza de lista de su formación en las próximas generales. Hoy acaba el debate con el resto de grupos y con toda Europa pendiente de otro parlamento, el de Grecia, pues allí se vota hoy el plan de ajustes que tiene en vilo a la UE y a todo el continente.
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