Un mes del 15-M

El 15 de mayo, hace justamente un mes, el movimiento de los indignados nació de forma espontánea y logró, casi desde el primer momento, atraer la atención de todos los medios de comunicación españoles y en breve también de medio mundo. Un mes es muy poco tiempo como para que esta entrada sirva para recordar lo que todos tenemos muy reciente en la memoria, es decir, el modo en que surgió este movimiento, cómo se fue expandiendo a distintas ciudades de España, los actos que convocaron, su presencia en las plazas españolas el día 21 de mayo, jornada de reflexión. Ha pasado un mes y, como digo, no es necesario recordar nada de eso. Quizás el de hoy sea un día más para mirar hacia adelante y preguntarse por el futuro de este movimiento que para echar la vista atrás. El 15-M es un movimiento muy joven como para tener nostalgia de sus momentos iniciales, del despertar de miles de personas a las que agradó este movimiento, esta corriente social que, a través de convocatorias por redes sociales y mensajes pegadizos, logró aglutinar a muchas personas descontentas con la situación económica que vive España y también con la clase política de nuestro país. Hace un mes que todo esto comenzó y es momento de ver hacia dónde camina el 15-M.


Hasta el momento, sin duda este movimiento tiene grandes éxitos y logros que apuntarse y algún que otro error. En relación a los aciertos, creo que la mayoría coincidimos en señalar que este movimiento es un soplo de aire fresco, una forma de demostrar que la sociedad española no está tan anestesiada como muchos pensábamos. También es un logro para ellos haber conseguido que la atención mediática, en plena campaña electoral además, se centrara en ellos y en sus mensajes. Además, en regla general, se trata de un movimiento pacífico. Pero en este último punto hay excepciones que forman parte de los errores del 15-M. Ha habido hechos aislados que no han ayudado precisamente a atraer hacia sí la simpatía de la sociedad española. Creo que todos los miembros de este movimiento estarán de acuerdo en que se podría haber hecho mejor alguna actividad. Hablando de errores, ¿tiene alguna relación el 15-M con el acoso injustificado a Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, en la noche del lunes? El alcalde salió a pasear a su perro y se encontró con varias personas que le increparon. Es muy peligroso que energúmenos de este tipo vayan a la casa de los políticos a increparles. No son estos los cauces ni estas las maneras de hacer las cosas.


En teoría, quienes actuaron de este modo pretendían representar a los gays, lesbianas, transexuales y bisexuales que están molestos porque no se vaya a permitir que haya conciertos en la plaza de Chueca durante la celebración del Orgullo Gay. El caso es que todas las federaciones LGTB de España se han desmarcado de este acto macarra contra el alcalde. Las personas que hicieron tal cosa contra Gallardón hicieron daño al colectivo que decían defender y representar, ya que se pueden tener discrepancias con determinadas medidas del alcalde, del Ayuntamiento, pero desde luego la forma de intentar solucionarlas no es acosar al alcalde en la puerta de su casa. Hoy en algunos medios se establece cierta relación entre estos hechos lamentables y el 15-M. En todo caso, así como el colectivo LGTB no se siente representado, sino más bien dañado por esta gente, también considero que los tipos que le hicieron eso al alcalde tampoco son representación de la mayoría de este movimiento. Estaba hablando de errores del 15-M y creo que siempre es muy difícil controlar a ciertos elementos que no creen en las protestas pacíficas y que suelen salirse de lo que el movimiento desea hacer. Es condenable este tipo de actos, pero no creo que se deban relacionar directamente con el movimiento 15-M. Son sólo un grupito de macarras.


En todo caso, hoy hablo del 15-M porque es una fecha simbólica, un mes después del nacimiento de este movimiento. Durante este tiempo han mostrado su disconformidad con la clase política y con la situación económica de España. Con la constitución de los Ayuntamientos y las Cámaras de las Comunidades Autónomas, los indignados han aprovechado para mostrar su desacuerdo con la clase política y decir aquello de que no les representan. Hoy una de sus acciones se está llevando a cabo en Barcelona y es de esperar que no haya cargas policiales ni escenas violentas como en ocasiones anteriores. Hoy se debaten los presupuestos en Cataluña, y las cuentas públicas de esta Comunidad para el próximo ejercicio traen recortes importantes en los servicios. De este modo, los indignados quieren hacer oír su protesta y su mensaje. Los indignados quieren que la protesta sea pacífica y están tratando de evitar la entrada de los parlamentarios al Parlamento, algo que de momento no están logrando. Lo que es de esperar y deseable es que la policía actúe con sensatez y haga su trabajo, sí, pero no de forma violenta ni agresiva. Lo mismo se puede pedir a los indignados, pues ellos también deben ser pacíficos si quieren que su protesta no se deslegetimice.


Esta mañana también hay actos de protesta en otros lugares de España. En todo caso, el movimiento 15-M quiere que otra fecha pase a ser histórica para ellos: el 19-J. Este domingo quieren que haya una gran manifestación en Madrid para mantener encendido el fuego de la protesta. Veremos qué deciden hacer en un futuro los indignados, pero no parece que este movimiento esté dispuesto a ser flor de un día. Los miembros de esta corriente quieren ser escuchados y quieren seguir adelante con sus protestas. Cuando pase la constitución de los ayuntamientos, ¿en qué centrarán sus esfuerzos los miebros de este movimiento? Quizás lo más correcto sería centrarse en medidas concretas. Por ejemplo, lo que están haciendo hoy en Cataluña es protestar contra las cuentas públicas del gobierno catalán porque trae consigo importantes recortes. También hemos visto cómo los indignados están en contra de la reforma de la negociación colectiva que el gobierno central planea sacar adelante. Por otro lado, también hay un movimiento que va cobrando fuerza que busca poner fin, o al menos alargar lo máximo posible, los desahucios. En definitiva, concretar sus ideas, sus propuestas, centrarse en mostrar oposición a medidas concretas.


El movimiento 15-M ha degenerado, dicen algunos. Puede ser que así sea, pero quizás los que esto afirman se dejan llevar por la idea de que uan minoría de ese movimiento lleva a cabo acciones que son reprobables como entrar en locales privados. En todo caso, creo que hay que seguir muy de cerca a este movimiento. ¿En qué puede acabar? Ciertamente es muy posible que no logren cambiar gran cosa en la política española, puede ser. Es más, creo que es más factible que no haya cambios que creer que este movimiento va a lograr una auténtica revolución. Porque claro, si se quieren cambios habrá que buscarlos dentro de las instituciones públicas, pero en ellas no creen los miembros de este movimiento. Es decir, si no creen en los políticos, y son ellos los que en última instancia deben llevar a cabo e impulsar cambios como el de la Ley Electoral, ¿qué posibilidad hay de que se lleven a cabo cambios reales? Otra cosa es que los políticos hagan mal en no darse por aludidos y en no querer enterarse de este movimiento y de que mucha gente está harta de corrupción y falta de entendimiento entre los partidos. No hay más que ver cómo en las encuestas del CIS sobre lo que más preocupa a los españoles, siempre está arriba la clase política.


Esto es un tirón de orejas a los políticos fundamentalmente, una luz de alarma que ellos se empeñan en tapar con la mano porque no la quieren ver. Son en su mayoría jóvenes los que están formando parte de este movimiento y creo que a los políticos les debería preocupar que la generación de los jóvenes españoles se alejen cada vez más de los políticos, desconfíen cada vez más de ellos. Algo se ha hecho mal cuando es tan generalizado el malestar con la clase política. Puede que el 15-M no tenga muy claro lo que quiere o que en algunos casos no sean capaces de concretar sus ideas, pero una que está muy clara es que están cansados del bipartidismo y de todos los escándalos de corrupción que salpican a los políticos. Es decir, quieren un cambio entre los políticos. Quizás si escucharan más a los ciudadanos no se habría llegado a este distanciamiento tan grande con muchos de ellos. Un mes después del 15-M, hay quien cree que este movimiento nunca debería haber surgido, quien piensa que puede ser el embrión de algo grande, quien se va alejando de él, quien se acerca, pero en todos los casos hay algo en común: no pasa desaparecibido. Que levante la mano quien no haya hablado en el último mes de este movimiento. Pues eso.

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